¿El amor puede nacer dónde sea no? Sin importar nada, y cuando es nada, todo se puede ir muy a la mierda, la amistad, la familia, los hermanos, los enemigos, la vida...
Todo, no existe ningún límite para ese sentimiento, ese que estaba prohibido para ellos, por el simple hecho de ser hermanos, no sabían ni cómo, ni cuándo.
Pero el sentimiento latente estaba ahí, la sobreprotección y el amor que Hikaru siempre le daba a Hyuga, tenía dobles intensiones y viceversa. Se habían enterado de ello, una noche de tormenta, cuando sus padres los dejaron solos y ahí se dieron su primer beso.
Aunque ahora, tenían que disimular, cuando estaban solos hacían de las suyas.
Cómo ahora...
—Te amo mucho...—musito cerca de su oído el mayor, para luego aspirar su aroma. Era una fortuna, que siempre tuvieran un lugar en especial para cometer ese pecado atroz.
Mientras Hyuga abrazaba a su hermano y amor de su vida con fuerza. Con sus ojitos algo vidriosos por la emoción.
—Hikaru…—suspiró en voz baja, acariciando su cabello con delicadeza y cierta timidez.
Si amarse era un crimen, entonces se declaraba totalmente culpable de ello.
—Eres mi lindo niño, mío solo mío—dejo un par de besitos sobre su delicada piel—. No te quiero compartir con nadie.
Ahora mismo se sentía celoso, todos los buitres cerca de algo que ya era de su propiedad, por ley.
—Sí—suspiró el más pequeño, retorciéndose entre los brazos del mayor, encantado con sentirlo cerca. Que aquella faceta recelosa de Hikaru fuera revelada frente a sus ojos.
Por él.
—Sólo tuyo…—sonrió levemente, tratando de corresponder sus toques con algo de torpeza.
Y claro para Hikaru aquello era muy hermoso, como hacía que sintiera esas mariposas en su interior solo con esos pequeños toques.
—Ya no le hagas caso a ese viejo...—bajó un poco su ropa, dejando a la vista su hombro, mordiendo un poco.
Hyuga reprimió un leve gemido, llevando una de sus manos a sus labios.
—¿Q-quién…?—inquirió confuso, respirando algo agitado mientras observaba a su hermano—. Hikaru…
—De Silas, no me gusta como se te insinúa, ni de Lane, ni Free, ni de Valt, ni Shu...mucho menos de Drum—porque era el único que se acercaba a abrazar a su niño.
Alzó un poco su ropa, para poder tener expuesto su pecho, mordiendo un poco, castigo por no hacer caso.
Hyuga se sorprendió por ello, moviéndose un poco mientras cerraba sus ojos con fuerza, abriendo levemente sus labios.
Los suspiros no se hicieron del rogar, apretando la superficie debajo de él para contener aquellas poderosas emociones.
—¡Hikaru…!
Y claro que el mayor quería proseguir, si no fuera porque el sonido de la puerta de entrada y un grito de parte de sus padres lo interrumpió.
—¡Niños, ya llegamos!—gritó su madre.
Hikaru bufó, para quitarse de encima de su hermanito.
—Al rato no te salvas—le susurró cerca de su oído, acomodando su ropa.
Para que nadie sospechará obvio.
Hyuga se apuró a espabilarse también, golpeando sus mejillas buscando con ello bajar el sonrojo que había sobre estás.
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✧ 𝐁𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 [Fanfics Beyblade Burst] ✧
FanfictionUna colaboración con @Mei_Shirosagui ✧ Porque el amor puede florecer en distintas situaciones, y en diferentes corazones. ✧ • Inspirado en la serie manga/anime Beyblade Burst, propiedad de Hiro Morita. • Serie de drabbles protagonizad...