GALAXIA SIMIL

¡sorpresa!

Samanta y Símil llevaban un tiempo ya internándose en los bosques, confiando en el increíble sentido de la ubicación de Símil, y pequeños pedazos de el mismo que fue dejando por el camino. No había aún ningún rastro ni de los Rebeldes ni del Acidiano

—¿Que se supone que hay en este planeta?—Pregunta Samanta, evitando apenas pisar una especie de hongo lleno de algún líquido viscoso y verde.

—Es un planeta jungla, que yo sepa o recuerde, la mayoría de la "Fauna" aquí es Flora.

—¿Cómo así?

En ese momento, una liana verde que se arrastraba por el suelo agarra a Samanta por el tobillo.

Muchos más lianas cubiertas de púas caen desde las ramas sobre ella.

Símil se expande desde su espalda, con uno de sus brazos convertido en una cuchilla serrada, cortando de un golpe las lianas, que no dejaban de arrastrarse.

—¡Sacanos de Aquí!— grita Símil, cortando también la liana que sujetaba el pie de Samanta.

Otros árboles empiezan a moverse, arrojando sus lianas sobre ellos.
Varias se enrredan en Símil y clavándose en su masa, arrancando pedazos de el mismo y Samanta.

—¡Símil! ¡No hay más camino!

El alien gira su cabeza para mirar hacia donde iban, parece que agarraron el camino equivocado. Iban directo a un acantilado.

No había tiempo para pensar, saltan.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Eirene caminaba detrás del Viriano, este avanzaba demasiado rápido con sus ágiles patas mecánicas de alta tecnología, y ella lo seguía cómo podía con sus cortas piernas.
Con su sistema de radares, era imposible para el perderse.

—¿Sabes si falta mucho?— Pregunta la niña, estaba empezando a cansarse. No tenía mucha resistencia para los ejercicios largos.

—No estoy seguro, mi scanner no logra detectar ningún rastro de la solución ácida del Acidiano.

El ojo mecánico del Viriano recorre toda la franja central que compone el núcleo de su cuerpo, por mucho que mapea sus alrededores, no hay ni un solo rastro.

—aunque lo que más me preocupa son los Rebeldes

Eirene salga una rama muy gruesa y palpitante.

—Hay algo que me gustaría saber.

—¿Sobre los rebeldes? Es un tema bastante amplio la verdad y...

—no es eso.

El Viriano gira el cuerpo para mirarla.
Ella se detiene y lo mira al nucleo.

—¿Entonces?

—Tu nombre—Dice la niña— Siempre se llaman "Viriano, Asilian, Acidiano" entre ustedes, pero se me hace raro.

—mmm... Es... Una regla no escrita. Cualquiera de nosotros podría morir en cualquier momento, es común en tripulaciones improvisadas NO saber el nombre de tus compañeros, así evitas lamentar la perdida.

El lente rojo del Viriano se hace algo más opaco, quizás su equivalente a cerrar los ojos

—Mi código de fabricación es M4RK13.

—Markie—Dice la chica sin ningún cambio en su voz.

—¿Que?

—Muchos números, no lo voy a recordar. Así que te llamaré Markie

Markie hace un sonido similar a un suspiro y sigue avanzando.

—Hmpf, Markie.

No llegan ni a avanzar otros 10 metros cuando la tierra empieza a temblar.

Markie retrocede, obligando a Eirene a alejarse.

Frente a ellos un capullo enorme y morado empieza a salir de la tierra, con gruesos tallos que lo elevan.

El capullo se abre en su dirección y se abre.
Dejando salir un vapor verdoso y goteando líquido pegajoso.

La garra de Markie se abre, enseñando un cañón con el que empieza a disparar cápsulas explosivas al capullo, que se envuelve en llamas y carga contra ellos.

La otra garra de Markie se convierte en una sierra circular con la que le da un fuerte golpe al capullo, obligándolo a retirarse.

El capullo entonces ataca con sus raíces a Eirene, pero es protegida por [Incubus] quién la separa del suelo y hace pedazos las raíces con feroces garras metálicas.

El bombardeo de Markie sigue hasta que el brote regresa bajo tierra donde estaba.

—¿Que era eso?—Eirene se apega a Markie.

—Alguna planta depredadora, estaba muy alterada. Quizás los rebeldes atacaron algún otro brote. Estás criaturas tienen muchos capullos con un solo núcleo.

Markie se acerca al borde para mirar el interior.

—Puede volverse un problema—Dice apuntando al agujero con su cañón.

Pero [Incubus] sujeta lo detiene, ya que Eirene era muy baja para alcanzarlo.

—No creo que sea necesario hacerlo...

—mmm... —Markie retrae el cañón dentro de su brazo y se voltea, dando la espalda al agujero— Lo mejor es buscar otra ruta, lo más probable es que el Acidiano haya tomado un camino distinto o quizás ya haya vuelto.

Eirene lo sigue.

—¡Genial! Así cuando regrese voy a poder preguntar su nombre también y...

Un fuerte temblor, aún más fiero que antes.

Eirene se gira, solo para ver como el capullo se lanzaba hacia ella con sus pétalos abiertos.

La niña recibe un impacto reducido cuando [Incubus] bloquea una potente patada que Markie le propina para quitarla de en medio.

Eirene cae de culo al suelo, mientras la pierna de Markie es atrapada por la planta.

Y entre disparos y de ametralladora y explosivos el Viriano es arrastrado dentro del agujero del suelo, dejando solo el sonido de sus explosiones tras el.

—¡Markie!—Grita Eirene poniéndose de pie y corriendo al borde del agujero.

Estaba demasiado oscuro.
¿Que debía hacer? Estaba sola con [Incubus]
¿Debería regresar con los demás?
¿Intentar rescatar a Markie?
Quizás si no lo hubiera detenido...

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Un montón de huesos y otros similares estaban amontonados cerca de las raíces de un tronco oscuro, el suelo estaba lleno de largas lianas llenas de púas que salían del mismo.

A una distancia prudente el Acidiano miraba, los rebeldes debieron hacer tenido la mala fortuna de haber sido atrapados por esta planta.

De haber tenido lengua, la habría chasqueado.

Debía informar de la muerte de los Rebeldes, aún así podría cobrar la recompensa. Pero no le gustaba está conclusión.

Se gira y empieza a caminar.

—Espero que la no se hayan preocupado mucho por mi—Dice para si mismo.

En ese momento, fuera del planeta, empezaban a acercarse varias naves con insignias rebeldes y piratas.