el único camino

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—Es un suicidio estadístico—Dice Markie cuando Símil y Samantha le explican la situación actual.

—Lo es, pero tampoco podemos echarnos para atrás ahora, estamos rodeados por naves de la federación—Añade Aqvus, más cómodo ya que su raza tiene buena relación con la federación.

Eirene levanta la mano.

—¿La federación son los buenos?

Simil iba a contestar, pero Samantha se le adelanta.

—Piensa en ellos más o menos como hacías con el ejército regular allá en la tierra, ¿Oka?

—Oki...

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Junto a ellos en la nave habían dos oficiales de la federación.
Eran Arachnochristallians, una raza inmune a la Absorción Asiliana.

Uno de ellos le daba las coordenadas de salto a Markie y Aqvus, el otro los vigilaba a ellos.

Aún así, Simil notaba algo raro.
Este patrón de salto y coordenadas era sencillo y a la vez complejo, más de lo que el esperaría de una IA o un alto oficial de la federación pidieran ingeniar.
Quizás los estaba subestimando, o quizás...

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

La nave finalmente llega a la base central de la federación, era enorme, del tamaño de un planeta pequeño.

La flotilla entera va a un puesto de aterrizaje general, pero su nave tenía la orden de aterrizar directo en el puesto de aterrizaje de la nave personal de los rangos altos.

Donde son recibidos por soldados de la federación, entre ellos, algunos Acidianos, cosa que alegro a Aqvus.

Sin embargo, son separados a pesar de las protestas, la tripulación de la nave de Símil debía esperar en el Hangar, el líder de la federación había ordenado que se iba a reunir a solas con el Asilian.

Y como Samantha estaba cubierta por la masa Asilian, podía pasar por una.

—¿Eirene estará bien? Quizás no debí decirle que pensara en la federación como el ejército regular...

—es mejor así—dice Simil—Peor sería que los tome por amigos y sus intenciones no sean las más... Adecuadas.

—¿Tienes una idea de que pueda querer el comandante?—Pregunta la humana. Cayendo en cuenta de la persona con la que iba a hablar, era el equivalente o más a el presidente de una superpotencia.
Quizás, su rango fuera más grande que el de cualquier persona de la tierra. No debía dejar a la humanidad en mala posición.

—Basicamente eres la embajadora de la tierra—Dice Simil leyendo su mente—Parate derecha.

Samantha de para muy recta, algo nerviosa hasta que escucha a Símil reír dentro de su mente.
Aún no se acostumbraba a oír a Simil hacer bromas.
Menos aún a oírlo reír.

—tu no te pones nervioso con nada, ¿No?—Bufa la chica.

—Soy lo que desea la federación, aceptarán mis condiciones. De paso, estamos aquí por tí, así que lo que salga de esto es responsabilidad tuya.

—¿¡Que!?— exclama la chica antes de darse de frente contra una puerta de metal.

La puerta la escanea.

—Dije que viniera el Asilian solo—Suena por el comunicador al lado de la puerta.

—No puedo separarme de ella—Dice Simil.

—Matala entonces.

Silencio, la voz del otro lado lo había dicho con la misma sencillez que parecía que hablaba de otra cosa.

—...No lo recomiendo, necesito su cuerpo vivo y consciente para mis... Propósitos—Dice Simil.

—Destruye sus órganos de percepción entonces, después puedes regenerarla—Dice la voz del comandante.

—puedo asegurar por sobre mi propia vida que está persona es de total confianza, lo por menores de nuestro acuerdo están a salvo con ella—Dice Simil, Samantha sentía una absoluta sinceridad en su tono.

La puerta se abre.

El cuarto estaba muy oscuro, y la puerta se cierra apenas ellos pasan.

Los ojos de Samantha se adaptan gracias a Símil.

—Preferiría que esta reunión fuera solo entre nosotros—Dice la figura frente a ellos.

Cubierto de pies a cabeza en un traje verde con motivos de la federación en sus hombros y casco.

—He venido a negociar una alianza—Dice Simil—No a tratar sobre mis aliados.

—Aliados, ¿Eh? Puedo asumir que eres más unidos a ellos que a los tuyos propios, ¿No?

Samantha sentía un calor dentro de su cabeza, era la rabia de Símil.

—¿Esto va a volverse algo personal?—Pregunta el Asilian.

—Quiza—Contesta el comandante— verás, Simil, es verdad que me serviría tenerte de mi lado para el beneficio de la federación, pero hay asuntos entre ambos a tratar también.

—¿Como sabes mi nombre?—Pregunta Simil.

—Hay cosas más importantes que hablar—Dice el comandante— Ahora, te seré sincero, no esperaba esa reacción, creí que preguntarías primero acerca de que asuntos tenemos, aunque entiendo que pu de ser por tu largo exilio que olvidaste como era vivir en comunidad.

—¿Esta conversación de esta volviendo algo sobre mi?

El comandante hace algo similar a una risa.

—Siempre es sobre ti, el último Asilian. el creador de Archet, el líder de los piratas espacial.

El brazo de Samantha de convierte en una cuchilla bajo el control de Simil.

—Creo que estás tardando en empezar a dar explicaciones—Dice Simil, con un tono mucho más grave.

—¿Seguro que quieres hacer eso?—Pregunta el comandante—Estad en mi base, tengo a tus aliados. No estas siendo racional, cosa que a su vez es bastante intrigante, sería interesante saber que interpretación le das a las cosas desde ese nuevo punto de vista.

El otro brazo de convierte en una maza.

—Simil, no creo que...—Empieza Samantha, pero sus piernas se mueven, acomodándose para cargar hacia el comandante. Podía sentir las emociones de Símil, Su rabia, su Indignación, su... Miedo.

El comandante levanta sus manos, en un gesto de paz.

—Creo que esto será más fácil así...

El comandante de lleva las manos al casco y lo desencaja, con un sonido el casco se despresuriza. Lo retira de su cabeza mientras el vapor de los gases se dispersan.

Todas las emociones de Simil desaparecen por el shock de lo que ve.
No sólo las suyas, las de Samanta también.
Su piel gris, líneas amarillas.
El ojo verde.

—Puedes llamarme Eit

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—Puedes llamarme Eit. Eit, el Asilian.

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