la flota

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Samantha y Símil regresan a la nave.
Salieron de manera innecesaria, el Acidiano ya había regresado también, solo faltaba Eirene, [Incubus] Y...

Samantha toma el comunicador y lo activa.

—¿Eirene? ¿Estas ahí?—no responde.

El Acidiano intenta lo mismo con el Viriano, pero tampoco contesta.

—Puede que se hayan roto o no puedan usarlos ahora mismo—Propone Simil, aún atrapado dentro de Samantha.

—...—la chica pensaba lo peor, quizás no debía haber permitido que Eirene fuera con el robot.

Es entonces cuando la tierra empieza a temblar con mucha fuerza, el planeta mismo parecía gritar.

—¡Allí!—Señala el Acidiano a una gran columna de humo que ahora se veía a lo lejos.

Todos entran a la nave, sería más rápido así.

Con dificultad, logran hacerla despegar, ya que el duelo no paraba de temblar, una vez en el aire, se dan cuenta de que el suelo no estaba temblando, se estaba moviendo.

Como si fueran venas verdes y pulsantes, enorme lianas y raíces se movían en dirección al humo.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Eirene grita y salta, [Incubus] en su espalda la hacía flotar con fuego que salía de su forma de Jetpack, sin dejar de disparar ni cortar en todas direcciones.
El fuego y el ácido cubrian a cada una de las espinas, raíces y ramas que atacaba a la chica, [Incubus] cambiaba de forma y tamaño tan rápido que aveces parecía que fueran dos.
Eirene solo tenía que concentrarse en esquivar.

Toda la atención estaba en ella.
Las plantas casi no ponían su poder en contra del Viriano que los atacaba también, pero por cada rama cortada, parecía que dos más salían.

Eirene se estaba agotando, [Incubus] tenía mucha fuerza, pero consumia parte de su propia energía para crear la munición, y si seguía a este paso...

El Viriano dispara arpones explosivos, lo que crea una brecha para que la chica se reúna con el, las nanomaquinas ya lo habían reparado suficiente para estar de pie.
Sin embargo, seguían rodeados de plantas, y el suelo tiembla con fuerza.
Parece que el ataque no iba a cesar nunca...
Es entonces cuando una enorme y gruesa liana cubierta de espinas y jugos digestivos los ataca, pero una pieza de ella sale volando por un preciso disparo del cañón de la nave Acidiana.
El disparo fue lo suficientemente potente detener los ataques por un momento.
Momento que Markie aprovecho para sujetar a Eirene y disparar su gancho central hacia la nave, parecía que iba a llegar, pero no, el gancho se quedó corto.

Afortunadamente, Samantha se asoma por la escotilla y estira un tentáculo de masa gris hacia el gancho, sujetándolo.

La nave asciende, levantando a Markie e Eirene del suelo justo antes que la tierra bajo ellos cediera.

Samantha y Símil los jalan hacia arriba, Markie retrae el Cable del gancho lo más rápido que puede.

Las lianas y Bulbos se levantan y estiran, intentando agarrarlos.

Parecía que el propio planeta estirara la mano para atraparlos.

El gris brazo de Samantha agarra alcanza por fin a Markie y lo sube junto a la niña.

La abraza con fuerza.

Y la niña la abraza a ella.

—Eirene... Lo siento, no dejaré que te vuelvas a separar de mi, ¿Esta bien?—Se disculpa Samantha.

La compuerta se cierra.

—¿Que demonios hiciste?—Pregunta Símil a Markie.

—Creelo o no, fue ella.

—Explicate.

Markie iba a contar lo que sucedió, pero entonces el Acidiano los interrumpe.

—Oigan... Creo que debemos irnos...

—Claro que debemos irnos, no viste lo que...—el Robot iba a comentar, pero se queda callado al ver lo que su compañero.

Samantha también se pone de pie. Y un fuerte escalofrio le recorre la espalda al mirar por la ventanilla, una enorme flota de naves. Eran demasiadas, cientas, sino miles.

—Esa es...

—La flota rebelde.

El Acidiano se apresura a cambiar el curso, si solo fueran un par de naves, podría intentar negociar o pelear, pero ni al más loco se le ocurriría pelear ahí.

Activa el salto espacial apenas puede.

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El salto espacial, era un impulso que usan las naves para recorrer más rápido y fácilmente el vacío del espacio, saltando de cuadrante en cuadrante.
Sin embargo, hacerlo sin que la nave y tripulación estén preparados puede llevar a problemas.

En el caso de las humanas, un dolor de cabeza y estómago.
Desorientación por desconexión para el Viriano, problemas en el campo magnético para el Acidiano, y un ligero problema de control de forma para Simil.

Todos problemas menores, pero molestos.

Ya en la enfermería de la nave, la tripulación se pone al día.

—... Y entonces llegaron ustedes—Termina de contar Eirene. Ahora no llevaba la máscara.

Y es recién en ese momento que Samantha se da cuenta.

—Te quitaste la bolsa.

Eirene se sonroja un poquito, por la vergüenza.

—Si... Llevaba tanto tiempo acostumbrada a a llevarla, que ahora se siente raro no traerla.

—supongo que podríamos conseguirte un casco o algo—Contesta Samanta poniéndole la mano sobre la cabeza, acariciándole el cabello.

Markie estaba abierto a la mitad, el Acidiano y un brazo de Símil estaban ajustando algunas cosas dentro de él.

—Samantha, un paso más cerca —Pide Simil.
La chica se hace un paso hacia el Viriano.

—¿Porque se quedó atorado?—Pregunta la niña.

—No estamos seguros— Dice Samantha, pensando en lo incómodo que era tener a Símil así.

—Pero... ¿Eso no es algo bueno?—Pregunta Eirene— Digo... Yo quiero a [Incubus] y estamos siempre juntos, y tú quieres a Símil, y ahora están juntos.

—Bueno, eso que... Es algo más complicado que eso—Intenta explicar Samantha.

Literalmente, su relación con Simil era más allá que física o emocional.
Su esencia de había hecho parte de el, y la de el parte de la de ella.
A este punto, se le hacía raro pensar en ella separada de Símil.

Un recuerdo le llega a la mente. Cuando Símil y ella estaban peleando con el Acidiano que ahora piloteaba la nave.

"somos uno, que pelea como dos"

GALAXIA SIMILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora