Samanta recupera la conciencia.
Se toca la cabeza, cayó bastante duro.
—¿Simil?—Se pica el pecho para despertarlo.
No hay respuesta.Se pone de pie, aún tenía la masa de Símil cubriéndola, si se había roto algo, a este punto estaba recuperada.
Mira a su alrededor, no tenía ni idea de dónde estaba.
Mira hacia arriba, el acantilado por el que saltó debía tener al menos unos 200 metros de altura.Sin la mente de Símil no tenía ni idea de dónde estaban exactamente, pero se hacía una idea de dónde podían estar
Escalar no es una opción, no le quedaba mas que caminar donde suponía que era la dirección correcta
Se sentía rara, mira sus manos mientras camina.
Sabía que tenía a Simil con el, pero al mismo tiempo se sentía sola.La última vez que se había sentido así fue cuando Simil quedó inconsciente por la Humaxita en la tierra, pero en ese entonces apenas podía caminar con el cuerpo fusionado.
Había progresado mucho desde ese entonces.
Agita su brazo izquierdo fuertemente hacia abajo, haciendo salir un tentáculo grueso y gris.
Lo mueve, jamás lo admitiría, pero le gustaba mucho hacer eso.
En su cabeza se veía genial.Entonces una idea viene a su cabeza.
Varía veces había visto a Simil hacer algo similar, pero ella nunca intento cambiar de forma.
No era el momento ni el lugar pero...
No, quizás más adelante. Sería demasiado irresponsable ponerse a experimentar ahora.
E ignorando todo su buen juicio, siguió dándole vueltas a la idea.
Tener más ojos le ayudaría a estar más atenta, ¿No?
Quizás un par de alas le servirían para regresar más fácilmente y...
—No tienes la más mínima idea de Aerodinámica— Dice una voz en su cabeza.
—Oh, finalmente despiertas—Contesta Samanta.
—Si, las esporas en el aire eran muy pesadas, filtrarlas todas y reparar tu cuerpo me agotó bastante— La cabeza de Simil se asoma desde su hombro.
—Bueno, creo que deberíamos volver, no parece que el verdecito se haya ido por aquí, ¿Recuerdas en que dirección está la nave?
Simil le da las indicaciones, y Samanta las sigue.
Sin que ninguno de los dos note como las raíces de mueven tras ellos, arrastrándose por sobre y bajo la tierra.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Markie corta todo lo que sus cuchillas alcanzan, podía ver en la oscuridad como el capullo lo atacaba con sus apéndices verdosos llenos de púas desde todos lados, chorreando sobre el aquel líquido digestivo desde sus pétalos cada vez que chocaban, estando bajo tierra sería mala idea disparar su munición explosiva, y con tan poco oxígeno la munición incendiaria tampoco sería muy útil.
Un feroz golpe que lo arroja contra uno de los muros, dañando parte de su coraza basta para desactivarlo por un segundo, el equivalente en un ser orgánico a quedar noqueado.
Con dificultad se gira, quedando con su visor hacia arriba.
—Si la niña va con el Acidiano y el Asilian, podrán rescatarme, deje un localizador en la nave, la niña esta mas conectada a su lado emocional que al racional, la humana a la niña, y el Asilian a ella. Hay altas probabilidades de que me ayuden y...—Markie calculaba mentalmente un esquema de posibilidades basado en los parámetros de comportamiento de sus compañeros, pero su esquema se viene abajo cuando una vocecita llega por sus receptores auditivos.
—¡Markie, vine a salvarte!— Grita Eirene desde el camino hacia el exterior, con una antorcha en cada mano. Debe haber usado algo del fuego que quedó de su munición explosiva en la superficie.
—¿No se puede ser tan estúpida, Cierto?—Piensa Markie, no se podía levantar, su eje de movimiento estaba roto.
Eirene corre hasta el apenas lo ve tirado, suelta su antorcha, dejándola caer al suelo.
—¡Markie!—Eirene pone las manos sobre el.
La última vez que lo había tocado fue en la tierra, cuando pelearon.
La niña intenta moverlo, pero era muy pesado.
—No... Se supone que los Robots no de mueren.
Markie estaba apunto de decirle que no estaba muerto y darle instrucciones, cuando desde atrás de la chica aparece el capullo que lo arrastró hacia abajo.
Eso era peligroso, mucho.
Eirene no tenía posibilidades contra algo así.—... Pero a ti...—La niña gira la cabeza para ver a la planta— Voy a matarte.
La niña se separa de Markie.
—¡[Incubus]!
La ser de nanomaquinas biorganicas se manifiesta desde el cuerpo de la niña, se veía más grande que antes.
—¡Hazlo!— Ordena la niña, Señalando a la planta que cargaba contra ellos.
[Incubus] la imita, señalando a la planta, pero su brazo cambia.
Eso no era un puño, era..
—¿Mi cañón?—Piensa Markie mirando lo que había reemplazado el brazo de [Incubus]
Una carga explosiva se dispara desde el cañon y le da de lleno a la planta.
—¿Como? Mi arma es de mi invención, no hay otra como ella, pero [Incubus]... ¡Eso es!—Markie lo recuerda, el brazo que ahora es un cañón, es el mismo con el que toco SU cañón.
[Incubus] dispara sin piedad una y otra vez a la planta, la cueva temblaba con cada explosión.
Una de las raíces vuela directo hacia Eirene, pero la otra mano de [Incubus] se convierte en una motosierra y lo corta limpiamente.
Esa era la razón, ese era el potencial de [Incubus] e Eirene.
Su poder militar, la razón por la que eran contenidos.De la espalda de [Incubus] aparece un nuevo brazo que se convierte en una Minigun, que llena de agujeros a la planta, que aún seguía peleando, pero cada vez pasaba más de el ataque a la defensa y al escape.
El poder de fuego de Eirene fácilmente era igual al de un tanque, y eso solo por lo que estaba viendo Markie.
Las nanomaquinas de reparación interna de Markie terminan de reparar su eje de movimiento, justo en el momento en que la planta hace su última carga contra Eirene.
Markie e [Incubus] apuntan su cañón a la planta y disparan al mismo tiempo.
Destruyéndola finalmente.
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GALAXIA SIMIL
Ciencia FicciónSímil y sus compañeros han logrado escapar con vida de la tierra. pero el universo se abre ante los ojos de sus acompañantes terrícolas, con la nave insignia de la federación destruida, los cazarrecompezas están siendo la nueva fuerza militar privad...