Tormenta Gris

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La nave de Simil llega a la federación.

Atracan y bajan, la piel de Samanta se eriza, sentía el peligro en el aire.

Sigue a Simil através de toda la sección inferior de la nave hasta llegar a la escalera  que daba a la sección superior.
Cerradas.

—esto es raro...Yo iré por aquí, tu da la vuelta y sube por las escaleras traseras de mantenimiento, si me sucede algo, debes cuidar a mi cuerpo original—Dice Simil dándole un toquesito con su dedo en el centro del pecho a Samanta.

Samanta asiente

—Si tenemos suerte, estaremos equivocados. No te mueras—Dice dándose vuelta y corriendo en direccion a las escaleras traseras.

Simil mira su mano.
Nunca había peleado con uno de su tipo, y no quería hacerlo.

Sacude la cabeza, no era momento de pensar en eso.

Pone su mano sobre el cierre electrónico de la puerta y la abre.

Dentro habían solo más tripulantes de la nave, nada raro, aunque voltearon a verlo, normal al ser un Asilian.

Cruza la puerta que se cierra detrás de él.

—¿Ya lo sabes, no?—Pregunta uno de los aliens.

—lo raro sería que no, debí tener más cuidado y quizás mandar una escolta para evitar el contacto—Dice otro.

—¿Donde esta tu compañera?—Pregunta otro.

Se estaban agrupando frente a él, bloqueando su paso.

—entiende Simil, no quiero pelear contigo, somos los dos últimos, si uno de nosotros muere, se acabó todo.—dice otro acercándose a el.

—Asi que... Estaba pensando en una forma de someterte sin mucha resistencia...—Dice otro, cambiando de forma.

La forma de todos los aliens empieza a cambiar en masa gris.
Tomando una forma más similar.
Simil siente la rabia hirviendo dentro de él.

—Esta chica...—Dice un alien con una voz distorsionada hasta que se adecua a la forma que imita—... Te importa, ¿Verdad?

Era una copia de Samanta en su forma Asilian.

—No me harías daño, ¿verdad?—Dice otra copia.

—Simil, yo te quiero, solo rindete.

El salon estaba lleno de copias de Samanta.

Las copias de abalanzan sobre el, pero un momento antes de tocarlo el salta hacia atrás, pegándose al muro unos metros arriba.

—Eit... No tenía ganas de hacerte daño pero ahora no estoy tan seguro.

Venas resaltaban en el rostro de Simil, desde su ojo, con su iris rojo más rojo que nunca.

—¿Y por eso vas a dañar a la gente que estoy poseyendo?, ¿Tan cruel eres Simil?—Dice una copia.

Tenía razón, si detenía a Eit podía liberar a todos, aún así, podrían perdonarle uno o dos moretones.

Simil se concentra, está pelea iba a ser difícil.
Y en este momento agradecía que Samanta no estuviera con él para ver lo que iba a hacer.

Todo su cuerpo hinchandose y creciendo en peso y masa. Totalmente diferente a su físico normalmente más delgado y elegante, parecía un animal.
Se descuelga de la pared y agarra a una copia por la cabeza, arrojandola contra otras, agarrando a una por la pierna y usándola como un mazo para golpear y empujar al resto.
Entre los gritos y chillidos con la voz de Samanta.
Cada golpe le dolía más a el que a ellos.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Por su lado, Samanta había abierto su puerta también, subiendo por la ruta de emergencia hasta un pasillo largo, donde estaba... ¿Simil?

—Oh, al fin llegas—Dice Simil—Te estaba esperando, vamos.

—¿Simil?¿Que paso con el otro camino?—Sam sentía algo raro en este Simil, aún si sonaba y se veía igual que siempre.

—No tuve problemas, me dejaron pasar. Me dijeron que Eit está en un cuarto secreto en las celdas de la nave, si queremos atraparlo tenemos que ir allá.
Simil se da la vuelta y guía el camino.

—Eso es... Conveniente—Piensa Samanta, cualquier líder corrupto que se ve pillado por alguien que puede detenerlo normalmente huiría, pero ella llevaba mucho tiempo con un Asilian y sabía que ninguno cometería un error así.

—Deberiamos esperar a Anya—Dice Samanta.

—¿Anya?—Pregunta Simil.

—Si, Anya, ya sabes, la niña con la que veníamos.

—Oh, si, ella. No creo que sea necesario y... ¡¡Aaaaaahhhggghhahaaayyyaaahhaa!!

Samanta había partido un cable de alta tención con sus manos y la había conectado a la espalda de Simil.

—Se llama "Eirene"

La masa Asilian que cubría al alien se deshace, revelando que era un poseído.

—Ya veo, fue una ligera falta de información—Dice una voz al fondo del pasillo, donde había otro Simil.

—Quizas fue mala idea subestimarte pero...

—la mayoría de mis números tienen que ir contra el más fuerte—continua otro Simil detrás de ella.

Samanta sonríe

—Para ser Asilian, eres bastante tonto.

Arroja el cable de alta tensión hacia arriba, y se agacha para pasar por entre las piernas del otro Simil tras de ella. Empujándolo para que el cable caiga sobre el.
Que con un chillido, se deshace, liberando a otro alien inconsciente.

Solo quedaba un símil falso frente a ella.

Pero el símil falso se agarra la cabeza y empieza a agitarse de un lado al otro.

—a-ayudame! Esta en mi cabeza!

Samanta se acerca corriendo para ayudarlo, pero en ese momento siente calor en su vientre. El símil falso la había apuñalado con una cuchilla hecha de su mano.

—Hice mi investigación sobre ustedes también, humanos, ¿No?—Dice el Simil falso antes de darle un fuerte puñetazo que la arroja para atrás con el vientre abierto, aún con su regeneración era una herida fea.

El Simil falso salta sobre ella, con su cuchilla arriba para hacerla pedazos, pero Samanta estira su mano y agarra el cable de alta tensión, poniéndolo en el camino del cable, dándole una potente descarga al Simil falso.

Menos mal que los falsos eran más tontos que un Asilian real. De no ser así, entre los tres la hubieran superado.

Samanta con dificultad llega al salón principal, donde las paredes estaban llenas de masa Asilian, al igual que el suelo y cada uno de los alien en el suelo.

Simil, su Simil estaba tirado en el suelo, de cara sobre el suelo sobre un charco gris.

GALAXIA SIMILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora