Alianza

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—¿Seguro que tengo que hacer esto?—Pregunta Samantha.

—¿Hay algún problema?—Pregunta Símil de vuelta

—No diría que problema pero...

Samantha estaba tocando un panel que daba acceso a la base de datos central de la biblioteca de la federación.

Alrededor de ella pasaban alienígenas con todo tipo de aspectos, desde los que tenían una forma humanoide hasta insectos gigantes, hombres roca que superaban lava, máquinas, insectos, etc.
Parecía el sueño febril de un autor de ciencia ficción.

Y en contraste estaba la pequeña Samantha con lo que llevaba encima nada más, símil no la cubría.

—Seria peligroso si me ven a mi, a ti en cambio, no te buscan—Contesta Símil sintiendo la inquietud de Samantha.

La chica toma su cámara y empieza a grabar a los aliens que están cerca de ella.

—Nisiquiera estamos tan lejos de la tierra y hay tanta.... Vida. Es hermoso. ¿Como es que nunca los hemos visto?

Simil estaba uniendo su masa al panel de control para revisar los datos. Si bien apenas le había tomado unos minutos obtener gran parte de la información de la tierra por internet, está era mucha más información.

—Dime tu que tiene la tierra que pueda interesarle a una raza con capacidad de viajar libremente por el espacio, o mejor, dime algo que la tierra tenga que no haya en otro lugar del universo.

—Frambuesas.

—Graciosa.

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—Esto es un condensador y ampliador de energía, usas tú batería para aumentar la potencia del disparo.

Markie estaba enseñando un nuevo cañón a [Incubus], quien lo toca y copia en su propio brazo.

—Esto es un sable de energía, es un cortador por calor, puede atravesar una buena cantidad de defensas y...

[Incubus] se aleja cuando Eirene se deja caer hacia atrás de donde estaba sentada, muy aburrida.

—¿Que pasa?—Pregunta Markie.

—[Incubus] ya tiene muchas armas, ¿Enserio necesitamos más?

Markie flexiona sus patas mecánicas para acercarse a ella.

—No sabemos a qué tipo de peligros nos vamos a enfrentar, lo mejor es que [Incubus] este actualizado y listo para protegerte a ti o a nosotros. De no ser por la presión que ejercería en ti, lo haría copiar los cañones de la nave, su fuerza está limitada a la tuya.

Eirene se vuelve a sentar de golpe.

—Estoy...¿limitando a [Incubus]?

—...Si, [Incubus] pelea en base a energía, tú eres muy pequeña y no generas mucha energía. En un cuerpo como el de Símil o el mío podría liberar mucho más de su potencial.

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—¡Esto es...!

—¿Que ocurre símil?—Samantha se sorprende al escuchar el sobresalto de su compañero.

—...mira.

La conciencia de Samantha se aleja, pero no mucho, no como antes.
Sentía que podía resistirse, pero se deja llevar, como si enfocará algo a lo lejos con los ojos.

Veía caos, desorden, un nuevo régimen dentro de la federación desde la caída de la nave insignia. El avance de la flota rebelde y los piratas, sus objetivos conquistados, planeta tras planeta cayendo en sus manos, los refugiados escapando e intentando esconderse, el sometimiento y destrucción de civilizaciones enteras fieles a la federación.

Samantha sacude al cabeza, estaba lagrimeando.

—Esto... ¿Esta pasando ahora?

—Si —Contesta Simil— quizás deberíamos... ¡Hey!

Samantha se conecta al panel para seguir viendo, no con Símil, sino que através de el.

Si seguía mirando en que dirección iban los planetas conquistados, un poco más allá... Casi al borde del mapa... Si... Ese pequeño punto azul en ese joven sistema solar de una pequeña galaxia al fondo del universo... Su hogar, la Tierra.

Separa la mano del panel, con un suspiro.

—Samantha....

—Tenemos que ayudarlos.

—¿A quienes?—Pregunta Símil.

—La federación—Dice Samantha de forma cortante, alejándose del panel.

—Pero... ¿Y nuestro viaje?

—Sera más fácil viajar en una galaxia despejada y lo disfrutaré más si la tierra está a salvo.

—Samantha, cualquier cosa puede llegar a destruir la tierra. Desde un meteorito hasta su sol, o los propios humanos.

—Lo se, Símil, pero yo puedo salvarlos de esta, con tu ayuda, eres un Asilian.

Simil piensa en ello por un segundo, una idea arriesgada pero... No sería primera vez que se arriesga por la tierra.

—Entonces... ¿Como planeas conseguir hablar con gente de la federación?—Pregunta Simil— Ahora mismo el orden jerárquico debe estarse reordenando, una gran lucha de poderes e intereses y...

Samantha apunta a un alien que parecía un guardia y tenía el mismo emblema que las cápsulas que fueron por Archet.

—¿Ese es de la federación?

—¿Eh? Pues si pero....

Samantha va hasta dónde el guardia y llama su atención.

—Tengo al Asilian, ¿Me llevan?

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Antes de que Markie, Aqvus o Eirene pudieran procesarlo, estaban rodeados por una unidad entera de naves de la federación y eran escoltados de manera voluntariamente obligatoria junto a Samantha y Simil.

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La información llega rápidamente a la federación, tenían al Asilian.

Esta noticia solo llegó a oidos de algunos pocos elegidos cercanos al nuevo comandante de la federación.
Con el Asilian de su lado podrían quizás hacerle frente a la flota rebelde y los piratas, tanto sus capacidades físicas como intelectuales eran altamente precisadas para lo que se venía a futuro.

El comandante, que siempre iba metido en un traje que cubría todo su cuerpo de aspecto humanoide Una máscara con un cristal grande y verde era lo único que resaltaba en el.
Había sido difícil llegar a su posición actual de no ser por sus grandes servicios a la federación desde hace tantos años.
La caída de la nave insignia fue lo único que necesitaba para catapultar su carrera hasta la cima.
El comandante va a su camerino, de quita el casco.

—El Asilian, ¿Eh? Lo haz hecho bien... Simil,  estoy seguro de que no te vas a arrepentir de esta desición—Dice para si mismo.

Estaría sonriendo de tener boca, pero no habían rasgos en su rostro liso, suave y totalmente gris.

GALAXIA SIMILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora