Capítulo 19: Cacería

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"No me gustan los lunes, solo lo hice para animar el día"

Brenda Ann Spencer

Jonathan

La cabeza me da vueltas y siento la sangre bombear en mis oídos. El nivel de furia que me cargo es muy superior al que pueda haber sentido nunca, Ámbar me desafió en frente del imbécil de Petterson y aunque ya no está para contarlo el que ese tipo creyera que yo era débil me puso de un humor de mil demonios. Más le vale a la pelinegra mantenerse alejada de mí al menos hasta que se me pase todo lo que siento y descargue con otra mi molestia y frustración. Benjamín recibirá dos cuerpos en vez de uno y todo por culpa de Petterson, nadie más tenía que morir. Eso no estaba en mis planes y odio improvisar.

La tarde pasa volando mientras dejo en el cuerpo de Petterson marcas y cortadas por donde quiera, su corazón  es el souvenir con el que me quedaré, esta vez no habrá subasta ni venta de órganos y lo que creí haría por pura diversión se convirtió en un asesinato de furia y frustración.

Al caer la noche tengo el contenedor limpio y el cuerpo del agente metido en una bolsa plástica, listo para que lo transporte hasta donde tengo pensado dejarlo y montar toda una escenografía para mi amigo Black y el resto de su equipo. Cuando ya no hay nada más que hacer salgo de aquel lugar y aunque mi molestia ha disminuido un poco aún está en niveles estratosféricos, así que me marcho hasta mi departamento y me doy una ducha. Decido que para la noche una chica con los atributos y características de Ámbar  serán más que suficientes para dar rienda suelta a mi imaginación a la hora de terminar con su vida. Iré a la discoteca que está al otro lado de la ciudad donde pocas veces he frecuentado y donde mi cara pasará completamente desapercibida, allí estoy seguro encontraré lo que sea que vaya a buscar.

La discoteca de lujo me recibe y sé que aquí encontraré lo que estoy buscando. Me dejan pasar sin hacer la fila y voy directamente a la barra. Me pido un trago de Vodka para ir calentando la noche. En la pista de baile hay de todo para escoger, desde chicas con el cabello platinado y piel de porcelana, hasta pelinegras con cuerpos de infarto.

Fijo mi objetivo en una morena con cuerpo de infarto y pelo como el azabache, se parece a Ámbar y eso es precisamente lo que necesito. Sigo mirando hasta donde se encuentra moviendo el cuerpo y el peso de mi vista hace que mire hacia donde estoy , levanto mi trago en señal de saludo y con la cabeza le hago señas para que se acerque. La chica confiada se contonea hasta donde estoy y cuando llega se acomoda el cabello hacia un lado en señal de coquetería. Pido un trago para ella y comienzo a entablar una plática mientras se lo bebe.

— ¿No sabías que aceptar tragos de desconocidos en una discoteca puede ser peligroso?— le suelto.

— Me gusta jugar con el peligro — responde y no sabe donde se está metiendo.

— Entonces juguemos un rato.

A medida que la noche avanzaba ella cogía más confianza y se soltaba, la pista de baile fue poco para los dos. Restregaba su cuerpo contra el mío y gritaba en silencio que la hiciera mía, pero mis planes para la noche no incluían sexo, pero sí sangre y dolor.

A medida que bailábamos y bebíamos la noche seguía su camino y pronto fue hora de salir de aquel lugar.

— ¿Tu depa o el mío?— preguntó.

— Mejor mi cabaña, no quiero que mis compañeros de cuarto me molesten mientras estoy contigo. Tengo grandes planes que quiero nadie interrumpa.

— Me parece perfecto, ya quiero probar lo que se esconde debajo de ese jean. ¿Dónde está tu auto?

— Cerca de aquí, y no te preocupes que aunque bebí no estoy tan mal como para no conducir — y es que aunque había bebido estaba en mis cinco sentidos mientras que ella se tambalea un poco.

Sed De Sangre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora