Miss Marjorie

Capítulo I - Betty

_ Otoño de 1958 - Nací en octubre de ese año, mi nombre es Marjorie Anderson, una chica rubia, ojos celestes, manos suaves como plumas blancas y delicadas, y una voz que enamoraba a aquel que la escuchaba, aprendí a tocar la guitarra, componía mis canciones, y creaba esos ritmos y melodías para que su letra fuera un placer cuando fuera escuchada.

Vivo en Nueva York - ¡amo esta ciudad! - me vió nacer, y ahora ve como crezco.
1975 - Hablemos de mi adolescencia, bueno, en esta etapa de mi vida, yo estaba en secundaria, a mis 17 años, y, mi mejor amiga es Betty Rogers, una chica que usa lindos vestidos de flores, tímida, pelirroja, y la más sincera compañera de locuras inocentes, ella vale la pena realmente.

En la escuela los días eran hermosos junto a Betty - ¡siempre es así! - dos chicas jóvenes en medio de tantos, la conocí en el salón de clases, nos sentamos juntas esa vez, esa primera vez, desde entonces somos las más grandes amigas, contándonos nuestros secretos, nuestras ilusiones, incluso sé que a Betty le gusta esa canción de The Kingston Trio - ¡sí esa que se llama Tom Dooley! - es su favorita y además, nos reíamos de aquella chismosa del colegio, la llamaban "Inés", era la más problemática de ahí, chismes verdaderos y falsos, inventándolos, era su as bajo la manga, era divertido verla espiando a todos en la escuela, parecía una psicópata.
Realmente amo y guardo todos esos recuerdos junto a Betty, ella me cuida, yo la cuido, a pesar de que yo sea alocada en ocasiones y ella siendo discreta.

Junio 1975 - Es verano, y realizarán una fiesta de cumpleaños en casa de Iris, fuimos invitadas, y obviamente iremos, así que nos pusimos de acuerdo.
Pasaré por Betty a las 6:30 pm, en el auto de papá.
Me he maquillado, mis labios rojos, y mi vestido perfecto para la ocasión, le llevo un disco de The Byrds a Iris, sólo espero que le guste, bueno, a mí me gusta mucho.
Entonces he llegado a casa de Betty, bajé del auto y, fui a tocar el timbre y su papá salió, lo saludé diciéndole :

_¡Hola Mr. Rogers!, ¿Cómo ha estado?

_¡Hola Marjorie, bueno, que te puedo decir, estoy bien!, ¿Tú cómo estás?

_Eh, ¡Bien!, ¿Ya está lista Betty?, quedamos en que pasaría por ella a las 6:30

_¡Oh, cierto, creo que ya está lis...!

_Betty dijo en ese momento - ¡Ya estoy lista!, ¿Nos vamos Marjorie?

_Mr. Rogers respondió - ¡Santos Cielos, Betty luces preciosa!

_¡Gracias padre! - Exclamó Betty mientras sonríe

_¡Te ves encantadora, amo tu vestido! - Le dije

_¡Oh gracias, bueno, papá prometo no llegar tarde, hasta pronto, te amo! - Contestó nuevamente Betty, despidiéndose del Mr. Rogers dándole un beso.

Así que nos fuimos en el cadillac, íbamos tan emocionadas, y al llegar a casa de Iris, pues nos ofrecieron comida, nos dirigimos al jardín a sentarnos, platicar acerca de los chicos guapos de la fiesta, tomábamos este té frío que después de tantos vasos es tan asqueroso, bailando con música del radio de la abuela de Iris, y para entretenerse un poco más, nos jugábamos unas partidas de bridge, o como otros, que se iban a fumar por detrás de los arbustos, escondiéndose de los padres de Iris, bueno, yo también iba, pero en este caso me escondía los padres y de Betty.
Me encontré a Inés, ¡sí!, besándose con el novio de su mejor amiga - ¡la muy desgraciada! - pobre de Sara cuando se entere de lo que hacen esos infelices.

Esta fiesta sigue aburrida, los padres de Iris ahora están dormidos, y solo tenemos cigarrillos compartidos, y alguna que otra chica dándole su prueba de amor a algún tarado, sólo hace falta los tragos de whisky, y obviamente yo si tomaré, siempre y cuando aparezca.
La sorpresa es de Charlie, sí, apareció con dos botellas de whisky y una de vino que le robó a su padre, dijo que era el regalo para Iris. Y nadie dudó en abrir esas botellas a las 9 de la noche, apenas empezaba, claro, Betty no tomaba, ni fumaba, su padre la castigaría, y a mí, pues apenas y veo a mi papá, trabaja todo el día y lo veo sólo en las noches, a veces.
Me sirve un trago este chico llamado Richard, un pobre idiota que se supone que está enamorado de mí, pero solo es una farsa, ¡sí!, lo descubrí besándose con Anna Lee, cuando él me decía que yo era su fantasía más deseable, ¡qué bueno que no decidí ser su novia!, terminaría siendo la engañada de la escuela, ¡ay no, y lo peor, caer en boca de Inés, terminaría suicidándome!. Pero bueno, se lo acepté, y le advertí que guardara su distancia conmigo, no lo quiero tener cerca.