Miss Marjorie

Capítulo X - Dorothea

Son las 9 de la mañana de este viernes, y recibo una carta desde Tupelo, Misisipi, es del Mr. John Anderson, mi padre, este escrito dice :
"Querida Marjorie, ¡Hola hija, es tu padre!, al leer esta nota, espero que te sientas bien, que estés feliz contigo misma, piensa que compartimos muchos momentos juntos, tristes y alegres, no olvides que aún te amo, y esta etapa en la que estoy desahuciado, quiero que sepas que si no nos volvemos a ver, estaré desde el cielo, guiándote en cada paso que des, solo recuerda que cuando triunfes, es mamá y papá ayudándote, te quiero, mi Marjorie ".
Ese día supe que papá me necesitaba, debía viajar a Tupelo, aunque sea para despedirme de él, tengo que estar para él, no es justo perderlo, pero la vida es así de difícil.
Cuando llegué a su casa, Dorothea, mi hermana estaba en la cocina, preparaba café, llevé a Michael para que lo conociera al fin, que se diera cuenta que encontré el amor de mi vida, Dorothea me llevó al cuarto en donde papá descansaba, con su alma agotada, y con un suspiro de esperanza.
Al entrar, lo vi, y vi en él una vida maravillosa, vi mi vida junto a él, sus esfuerzos y su alegría de verme feliz, me miró con sus ojos cansados, y sonrió diciéndome :

_¡¿Veniste?!

_Llorando le dije - ¡Claro que sí papá, cómo no hacerlo!, ¡Oh papá, perdóname por no estar antes contigo, viví tan excluida de ti por mi propia culpa, y ahora mira, no quiero verte así!

_¡Marjorie, hija, yo ya viví lo suficiente, y créeme que estoy tan orgulloso de ti, mi cuerpo se debe un descanso ahora, es mi momento, así que no llores! - Me dijo acariciando mi cabello, mientras mi cabeza reposaba en la cama, y preguntó - ¿Y este joven quién es?

_¡Oh, papá, te presento a Michael Miller, él es mi novio, quería que lo conocieras!

_Michael lo saludó, y papá felizmente le dijo - ¡O sea que es mi otro hijo!, escucha muchacho, si mi hija te eligió es porque cree y está segura de quién eres, si te ama, yo te recibo como mi hijo, si quieres mi permiso y bendición, ¡está bien!, por si algún día se quieren casar, ¡ven amigo, dame un abrazo!, sólo encárgate de hacerla reír, soñar y amar, ustedes dos se merecen, ¡tu mamá estaría muy feliz Marjorie, al ver cómo su hija ha madurado! - Exclamó con sus lágrimas en la mejilla

_¡Gracias papá, te amo tanto y siempre lo he hecho, a pesar de no habértelo dicho antes, espero que no sea tarde!

_No hija, jamás es tarde para amar, escucha, quiero que hagas algo por mí - Dijo con su voz a medio escuchar - Se trata de Dorothea, quiero que tú estés con ella para cuando yo me vaya, necesito que la cuides, será muy difícil para ella, saber que tú padre morirá pronto, ahora sólo tú serás su familia, ¡así que cuidala amor, hazlo!

_¡Sí, papá, yo estaré para ella!, descuida, estará conmigo, no la voy a desamparar, ¡te lo prometo!

_Eso es, ¡Te amo Marjorie, adiós!.

Papá murió ese día, su último adiós, ¡Siempre te amaré!.
Dorothea, tiene 19 años, aún la recuerdo de pequeña, jugábamos demasiado, la veo y, ya es una mujer, preciosa, entré a su habitación, y en su espejo tiene tres fotos, supongo que también ahí está su vida, una foto con su mamá, idéntica a ella, con ese brillo en los ojos tan hermosos, otra foto con papá, riendo, en la heladería de la esquina, a la cual siempre íbamos, y una más, conmigo, sentadas en el campo, jugando, simplemente siendo hermanas y amigas, ese es su mundo, y me duele ver como por parte se está destruyendo, ¡Te admiro hermosa, eres fuerte, tienes miedo, no hablas de ello, pero, tu corazón lo derrota!.
Después del funeral, volvimos a casa, este es uno de los momentos más difíciles para nosotras, si algo nos une a las dos ahora, es que perdimos a nuestros padres, y nos corresponde estar juntas, será una trayectoria larga y con dificultades pero, nuestros padres nos darán la oportunidad de lograrlo.
Michael regresó a Nueva York por el trabajo, tuve que quedarme un tiempo para estar con Dorothea, y esperar a que ella se resigne, a que termine de despedirse de sus padres, de su vida en Misisipi.