–Debo abrir la puerta Ed. Dije caminando hacia la entrada.
-¡No! No ahora, dime algo. Respondió cruzándose en mi camino.
– Debo abrir la puerta Eduardo, no actúes como un niño.
Ed se hizo a un lado agachando la cabeza y abrí la puerta.Era Samuel Kiszka, en la entrada de mi hogar. Un Sammy demasiado agitado, con rosas rojas y un café en las manos.
–¡Hola! Me dijo sonriendo.
–Ho-hola ¿Estás bien? ¿Cómo hiciste para llegar aquí? Respondí entre tartamudeos.
Comenzaba a sentirme totalmente nerviosa. No sabia que hacer. Debía invitarlo a pasar pero...– ¿Quién es Rox ?Dijo Eduardo asomándose a la entrada. Su rostro al ver a Sam cambio totalmente y fué bastante notorio.
Ambos nos miramos, después Ed miró a Sam, entonces decidí hablar.
– Pasa Sam, no te quedes ahí. Déjame presentarte a mi amigo Eddy, de Device Q. ¿Recuerdas?
Sam entro, yo fuí detrás de él acompañándole y Ed se quedó en la puerta.–Oh sí! Hola soy Samuel Kiszka, mucho gusto. Dijo Sam acercándose a Ed y estirando su mano, con una sonrisa.
–Mucho gusto. Dijo Ed fríamente sin responder al apretón de manos.
Sam agachó la mirada, le tomó un sorbo a su café y sonriendo dijo:
–¡Roxy estás son para ti! Mi bella perla latina.
Ed miró a Sam con cara de asco y enseguida me miró a mí.
– Gracias Sammy son muy bellas. Recibí las Flores.
Hubo un silencio incómodo mientras Sam y Ed se miraban.
Obviamente Sam no tenía idea de lo que pasaba y Ed estaba muy molesto.
– Espero no haber sido inoportuno... Dijo Sam un poco apenado.
–Nada de eso. Yo solo venía de pasó. Ahora me retiro Samuel. Dijo Eduardo abriendo la puerta.
Salió y yo fui detrás de él.
–¿Te irás? Le pregunté preocupada.
– No lo sé, suspendí la gira unos días porque planeaba quedarme tiempo aquí Rox, renté un apartamento en este mismo edificio, quizá nos veamos después.
– Lamento todo esto Ed, no tengo palabras y... Sam yo no lo esperaba, no sabía que iba a venir...
– Está bien, no te preocupes, creo que lo único inoportuno aquí soy yo. Dijo yéndose y finalizando la conversación.Lo miré, dió vuelta por un pasillo y desapareció, se fue, herido...
Entre de nuevo al apartamento y cerré la puerta. Me sentía culpable y triste.–¿Estas bien? Dijo Sam acercándose a mí y acariciando mi mejilla.
–Si... Respondí evitandolo sin ser grosera.
– Él ¿Está bien? Preguntó curioso.
– Eso creo, te contaré después. No pasa nada.
¿Preparamos algo de cenar? Mientras me cuentas cómo rayos hiciste para llegar aquí tan rápido. ¡estás loco!
Dije sonriendo, intentando cambiar de tema y alejar la vibra tan tensa que había dejado aquella situación.
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Nunca sabes si será un amor imposible.
FanfictionFanfic bonito con Sam Kiszka. PD. Sólo me dejaré llevar.