Entre la espada y la pared.

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Ya había amanecido cuando apenas sentía un sueño profundo apoderarse de mí. Entonces Eddy me despertó mientras preparaba su mochila para el viaje.
Me sentía tan cansada que apenas podía recordar lo que había pasado el día anterior, nada importaba, no quería ni separar mis párpados.
Entonces Eddy me lanzó una almohada a la cara y me levanté al instante enfurecida.
- ¿¡Qué carajos te pasa!? Le grité
- Nada, es tarde y tenemos que irnos. Parece que anoche no pegaste el ojo, solo te sentía dar vueltas en la cama. ¿Qué te pasó, te sentías mal?

Contestó muy tranquilo, así que tuve que calmarme, tenía razón. Era tarde, sin embargo yo seguía algo modorra.

- Me sentía un poco ansiosa por el viaje, es todo. Iré al baño.
Respondí cortante y él sólo me miró extrañado.

Mientras orinaba, con un ojo cerrado y otro entreabierto, empecé a recordar todo con exactitud.
- ¡Demonios! Pensé y me levanté rápidamente del inodoro.
Me lave el rostro y salí del sanitario emocionada, corrí hacia la habitación por mi teléfono.
Desbloquee mi celular y bueno...
¡ Si, tenía un mensaje suyo por Instagram !

 ¡ Si, tenía un mensaje suyo por Instagram !

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Bien, en realidad no sabía que responder. Obvio le iba a decir que si.
Pero se suponía que iría a Utah está mañana y me quedaría el resto de la semana allá para pasar tiempo con
Eduardo, simplemente no podía quedarle mal a mi mejor amigo.

Bueno, al final empaqué mis cosas y subí al auto con él, partimos desde San Francisco. No le contesté a Sammy y no podía sacarme de la cabeza la posibilidad de salir con él. Me sentía emocionada y preocupada al mismo tiempo por no haberle dado una respuesta.

Nunca sabes si será un amor imposible. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora