Segunda Vida: Aiko (Tercera parte)

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Mi madre murió por mi culpa, eso lo se bien; Velasco me explico que de alguna forma las consecuencias de un acto que realicé en el futuro terminaron afectando este presente, me dijo que fue por una maldición, la maldición de la necesidad, el no sabe exactamente con quien la realice pero me dijo que di como sacrificio a mi madre y tal vez el control de mis poderes, me dijo tal vez porque no sabe si eso será uno de los sacrificios que di o un efecto secundario u error que sucedió al realizar aquella maldición...

En esta segunda vida yo no pude utilizar nuevamente mi premonición, no tuve ni una sola, en cuanto lo que respecta "El salto" aún me es un poder desconocido.

Esta vez no tuve ni un solo contacto con la familia de mi madre, ellos no me buscaron ni yo a ellos.

° ° °

Al final no logré ganarme el apoyo de los suficientes nobles, aún así mi padre me cedió el trono y así fui coronada a la edad de 23 años.

Dos años y contando para mi muerte...

Luego de cederme el trono mi padre se fue, solo se que se fue del reino pero para mi ese paradero es desconocido, podría fácilmente rastrearlo pero, es mejor dejarlo así.

(Suspirar)

He regresado a este trono que desprecié en el pasado, que extraño, la última vez solo lo tomé para lograr obtener los beneficios de este, ahora que estoy aquí se cual es mi deber. 

Desearía prometer ser una buena líder, desearía que confiaran al dejarme este reino pero ¿Qué puedo hacer en tan solo dos años?

Cuando morí comprendí muy bien una cosa, comprendí que cuando nací, la primera vez que nací, yo vine al mundo con un odio, un odio demasiado grande y sin motivo alguno, un odio que tan solo me destrozaba por dentro... ¿De donde vino este odio? ¿Por qué mi alma grita "te odio"? ¿A quién va dirigido todo esto?

Esas respuestas creo que nunca las descubriré, pero se una cosa, una sola cosa, este odio no durara para siempre, este odio cada vez se va apagando más y más, conforme empieza mi alma a olvidar empiezo a ver mi yo verdadero, mi yo sin odio.

El odio con el que nací al principio no era visible, después de todo no había razón para que apareciera, pero cuando hubo una razón, una simple razón, mi odio se salió de control.

Odie a Rin y a Matias, los mate, odio a Cia, quiero matarla, es algo simple pero a la vez confuso.

-Bien, ahora lo siguiente

Lo único que me quedó hacer fue por lo pronto, ser buena gobernante, me esforcé tanto en no arruinarlo.

Utilicé la poca, casi nula, información que había obtenido para lograr evitar las tragedias.

Muchas herramientas mágicas fueron prohibidas, las prohibí porque este reino dependía mucho de ellas, tanto al punto de ser dañados por la propia herramienta; lo que pasaba aquí era que, al no tener las cualidades para usar magia las personas recurrían a herramientas mágicas pero al necesitar tantas la producción empezó a disminuir la calidad de los productos para lograr aumentar la producción haciendo estas defectuosos, al ser defectuosos los productos que necesitaban mana para funcionar tenían fugas y la mana que salía dañaba al usuario; ese tipo de mana es  peligrosa ya que no es controlada por nadie.

El mana por si solo ayuda a poder hacer magia, solo debes de tener lo suficiente para ser apto para usarla y después practicar pero, al no estar el usuario cerca para controlar aquella mana esta podía activar por si misma magia, cualquier tipo de magia que el portador sepa usar el mana lo podrá hacer hasta que esta se agote.

Muchas de las enfermedades, daños estructurales, incendios, entre otras cosas fueron producidas gracias a esa fuga de mana, obviamente no todas, si hablamos de enfermedades solo el 40% son consecuencia de estas, pero, esto se descubrió años después de que me coronaran en mi vida pasada, desgraciadamente, aunque Aaron me informó, yo lo ignoré y lo deje pasar por alto.

Todo había ido mejorando, incluso mi relación con Ray, obviamente hablo de mi relación romántica; tarde un poco pero al final lo acepte ¿Qué más pude haber hecho? Creo que esa decisión es una de las cuales no me arrepiento.

Esta vida cada vez marchaba de mejor a mejor pero, esa pequeña felicidad no duro mucho.

Cuando tenía unos 24 años me llego una noticia.

-Emperatriz, hemos detectado tropas desconocidas acercándose cada vez más

-¿Lograron determinar quien mando aquellas tropas?

-No sabemos exactamente porque las mandaron o quien es la persona quien lo dirige, pero sabemos un nombre, Cia, el soldado que capturamos antes de morir dijo ese nombre

-...

Me rompí, al escuchar ese nombre deje de funcionar correctamente.

-Vamos a la guerra entonces

-¿Eh?

Rápidamente empecé a preparar a mi reino para una guerra, una guerra muy apresurada, teníamos el tiempo contado, aproximadamente menos de dos semanas.

Inmediatamente cuando la noticia empezó a circular la mayoría de la gente medio la espalda, antes me llamaban el escudo del reino, ahora empezaron a llamarme la loca adicta a la guerra, la razón es que empezaron a circular rumores de mi emoción por esta guerra ya que cuando di la noticia de la guerra sonreí involuntariamente...

Raymond y Aaron no estaban muy de acuerdo con mi plan pero por el momento me dejaron en paz, hasta que ordene que ellos pelearan en sectores diferentes.

Ya no me quedaba mucho tiempo, mi cabeza se lleno con la idea de que si voy a morir por lo menos traeré a Cia al infierno conmigo por esa razón no quería arrastrar a Raymond y a Aaron nuevamente conmigo por lo que esa fue mi elección.

Al final ni Aaron ni Raymond se pudieron oponer ante mi orden por lo que fueron mandados a donde indiqué...

Soy una mujer cruel, pese a que se muy bien que en esta batalla moriré aún así envié lejos a Aaron y a Raymond, ahora en esta vida por lo que aparenta terminaré haciendo que carguen con el peso de m muerte.

Reencarné?, otra vez NO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora