Primera vida: Raymond

18 3 0
                                    

Nací en otoño, era un día normal, nada especial desde mi punto de vista.

-Waaaa

-Mira cariño, este es nuestro hija

-Ha... Nuestro.... Hijo

-Si, Raymond

Desde pequeño siempre fui bueno en la magia, no tengo mucho que contar a decir verdad.

-Flotar

-¿Eh? ¿¡Raymond!? ¡Cariño!

-¿Qué suce- ¿¡Ray!?

Mi padre era un mago reconocido mientas que mi madre tenía mucho poder pero no era conocida, ella siempre ocultó su magia.

-Baja, te puedes lastimar

-...

Viví mi vida como un niño prodigio en la magia, hasta que un día un hombre singular con una oferta particular vino a mi.

Recuerdo muy bien ese día, un hombre desconocido con una peculiar cabellera blanca llegó a mi casa.

-¡Su majestad!

-Cali, No hagas escandalo

-Esta bien, solo es que no esperaba su visita

-Oh, su majestad vino a nuestra mansión, es extraño, normalmente solo recibimos visitas de Alice, aunque, desde que nació la pequeña princesa ya no a venido

-... Ella tiene muchas cosas en mente

-Ya veo, en ese caso ¿Qué lo trae aquí?

-Les tengo una propuesta

-¿Eh?

-Desde que Aiko nació Alice empezó a sobreprotegerla y aislarla, por esa razón creo que lo mejor para ella sería tener amigos de su edad para no sentirse sola

-Oh, de casualidad ¿Tiene en mente a nuestro hijo?

-Si, ya que el tiene la misma edad que mi hija

-No, lamento decirlo pero mi hijo no lleva vivo ni siquiera media década por lo que no voy a dejar que su majestad se lo lleve

-... Pienso lo mismo que mi esposa, lo siento majestad

-Quiero ir

-¿Eh?

Nunca supe porque quise ir, tan solo esas palabras salieron de mi boca, tenía curiosidad por aquella princesa, pero sentí que era algo más, desafortunadamente nunca supe que era eso...

Al final terminé aceptando ser el mago guardián de esa princesa desconocida.

-Ray, aún eres muy pequeño....

-Mamá, quiero ir

-... Esta bien, no creo que pase nada malo, solo serán amigos

Y así fue como abandoné mi casa y me dirigí al palacio.

Empezaba una nueva vida con personas diferentes.

-Oh, Raymond

La primera que me recibió fue la emperatriz, ella me observo por un tiempo y luego sonrió complacida.

-Me alegro no haberme equivocado

-¿Eh?

La emperatriz se me acerco y se agacho, tenía una niña en sus brazos, era Aiko.

-Tu serás el hombre que la acompañará, cuídala bien ¿Si? (susurrar) En un futuro ella cometerá unos que otros errores, ayúdala a ir por un buen camino

Reencarné?, otra vez NO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora