Tercera vida: Aaron

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Nací en abril, era un día particularmente nublado, ese día no hacía ni mucho frío ni mucho calor.

-¡Vamos señora! ¡Usted puede!

Mi madre, Amelie, era doctora, mientras que mi padre, Adolphe Brooks, era mago.

-¡Waaaa!

-Es un niño

-Un... niño

-Felicidades

La unión entre mis padres fue peculiar, nadie la esperaba ya ambos eran opositores del trabajo del otro.

Mi madre al ser doctora velaba por la salud de la gente y se preocupaba por esta, ella era de las pocas personas en Eriberia que se oponían al uso de herramientas mágicas ya que ella sabía que estas podrían llegar a afectar la salud de la persona por lo que intentó muchas veces la prohibición de estas; En cambio mi padre era un mago que se especializaba en la alquimia y que con sus descubrimientos daba más ideas para nuevas herramientas mágicas.

Partes que pelean mutuamente...

Pero bueno, al final se enamoraron y lograron casarse y al final mi madre y mi padre abrieron un pequeño hospital en donde se utiliza la medicina y la alquimia mágica para curar a los heridos y enfermos.

De esa unión inesperada nací yo.

-¡Amelie!

-No grite señor

-Descuiden... Mira cariño

-Oh ¡Es un niño!

-Señor

-Lo siento...

Yo era un niño que alegró la vida de mis padres, pero también terminé siendo un niño que nació con un gran poder mágico y en el futuro sería la causa de muerte de ellos....

° ° °

Yo era de esos pocos que llamaban prodigio, tenía un talento natural para la magia, un talento inesperado ya que mi padre no era un mago poderoso y mi madre ni siquiera podía usar magia.

-Oh my...

La primera vez que usé magia tenía dos años y la magia que utilicé fue la de viento.

-Cariño...

-¿Qué suce- ¿Eh?

Normalmente solo los niños que nacen en familias de magos prestigiosas pueden utilizar magia sin ningún entrenamiento previo, pero los magos de media categoría para abajo necesitan entrenarse para poder utilizarla, obviamente el hecho de que yo utilizaba magia fue algo muy impresionante.

Nadie esperaría nada de un niño que nació de una madre sin magia y de un padre mago de mediana categoría.

-¡Esto es increíble!

-¿Papá, mamá?

-¡Aaron eres increíble!

Al ser un niño no comprendía el porque estaban tan felices e impresionados, aún así me alegró verlos así.

-¡Eres un genio!

Mi padre no tardó en presumir mi poder con sus amigos, en cambio mi madre siempre se mostro preocupada ante mi gran poder.

-¿Mamá?

-¿Si mi niño?

-...

-¿Aaron?

-Mi magia... ¿Ocurre algo?

-... Mi niño, tu poder es asombroso, es increíble que tengas aquel talento pero... Recuerda estas palabras Aaron, mientras más brilles en la oscuridad más te verán las personas y esa atención... No siempre están buena que digamos

-¿Eh?

-Solo... Ten cuidado

° ° °

Tuve una buena infancia, tener una familia amorosa y un ambiente cálido ayudaron mucho a conseguir aquella felicidad.

Desde pequeño recibí mucha atención por parte de diversos mago y algunos nobles, afortunadamente mi padre me ayudó a mantenerlos a raya, hasta que recibí la atención de la familia real.

-Oh...

-¿Padre?

Cruzaba por los cinco años en ese entonces cuando llegó una carta del palacio por parte de la única princesa de Eriberia.

-¡Es genial Aaron!

-¿Eh?

En esta ocasión mi padre pareció preocupado mientras que mi madre parecía encantada.

-Amelie, no estoy tan seguro de enviar a Aaron al palacio

-¿Por qué no cariño? Ese lugar cuenta con los mejores magos protectores además de que tiene una barrera protectora, será un lugar seguro para Aaron

-Pero... En ese lugar tengo muchos enemigos, además de que muchos pueden estar celosos de Aaron y puede llegar a sufrir discriminación por sus bajos orígenes

-Nuestro hijo es fuerte cariño, yo creo que dejar que vaya ahí es lo mejor

-Si tu lo dices...

Al final mis padres acordaron dejarme ir hasta que cumpliera los siete años.

Durante ese periodo de tiempo (los dos años) mi padre y madre se encargaron de darme lecciones básicas de nobles, desde historia y política hasta etiqueta y baile.

Cuando el tiempo acordado pasó me enviaron al palacio.

-Ven Aaron

-Si madre

-Ugh, estoy nervioso

-No hay nada de que preocuparse cariño

-¿Cómo dices eso? Vamos a ver a alguien de la realeza, eso no pasa todos los días 

-Bueno, tienes razón, pero aún así, es solo una niña

-Amelie, debes de tener cuidado con lo que dices

-Bueno, bueno

° ° °

-Saludo a su alteza real, soy el mago Adolphe Brooks y esta es mi familia, mi esposa Amelie

-Es un placer conocer a su alteza la princesa

-Y mi hijo Aaron

-Es un honor conocerla princesa

Para ese entonces yo no estaba muy seguro de venir a servir a Aiko, después de todo en ese entonces ella era conocida por ser una princesa abandonada ya que el emperador ni siquiera la venía a visitar pese a ser su única heredera.

-Por favor, tomen asiento

Una niña con un peculiar cabello blanco que se encontraba trenzado, acompañado de unos ojos azul cielo y un vestido blanco el cual tenía bordada la mitad de una mariposa azul de el lado derecho.

Parecía una niña inocente y tal vez un poco despistada, mi primera impresión fue que ella no sería apta para ser la próxima gobernante.

-Me alegra que hayan aceptado mi propuesta

-Oh, no, nosotros somos los que estamos honrados de haber recibido tal oportunidad

-No tienen que ser tan formales, descuiden, puede que sea la primera vez que nos vemos pero he escuchado maravillas de su hijo Aaron, es por eso que le ofrecí el puesto como mi mago guardián

-Nos alaga mucho que haya ofrecido tal puesto a nuestro hijo, con más que gusto aceptaremos 

-Eso es maravilloso

Y desde ese día comencé a vivir en el palacio Carmira como el mago guardián de la princesa Aiko.

Reencarné?, otra vez NO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora