Emeraude Maliachi ha vivido la mitad de su vida en su país natal, México y la otra mitad en Los Ángeles, pero se ve obligado a mudarse a Forks debido a que su madre decide casarse con el sheriff de dicho pueblo. Todo sin saber que se adentraría a un...
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Pasaron dos días desde que se terminaron las clases en Forks y dio inicio a las vacaciones de Navidad y faltaban otros dos días para que las Maliachi y Charlie se fueran a México, por lo que en ese pequeño lapso de tiempo Charlie aprovechó para ir a pescar con Bill y Harry, mientras que Emeraude pasó un gran tiempo de calidad con sus amigos y Margarita trabajó como loca para no dejar ningún pendiente, pues estarían fuera del país casi tres semanas.
Para alegría de Emeraude, se ha estado acercando a Carlisle cada vez más, sus encuentros principales era en la cafetería The Velvet House y pasaban un buen rato platicando de cualquier cosa o jugaban algunos juegos de mesa, incluso habían intercambiado números de teléfono.
Pasar casi toda la tarde de los viernes con el rubio doctor ha sido de lo mejor que le haya ocurrido, pues en todo momento, él se ha comportado de lo más caballeroso, amable y dulce que se pueda ser. Y no debía negar que aprovechó cada momento para coquetearle y, para su emoción o imaginación, Carlisle parecía sentirse dichoso y, a veces, hasta correspondía a cada coqueteo.
Era tan encantador que podía pasarse horas y horas viéndolo con una sonrisa mientras lo escuchaba a hablar, era tan encantador que ella ignoraba que Carlisle le llevaba algunos años, era tan encantador que en todo ese tiempo que pasaban conviviendo, ella olvidaba por completo que él tiene cinco hijos adoptivos de su misma edad y que esos hijos son de sus amigos más cercanos. Pensar en los hermanos Cullen hizo que sus pensamientos se centraran y recordara que estaba en su casa y en compañía de ellos, pues habían decidido ir a la casa del sheriff Swan para despedirse de ella.
Edward, siendo un lector de mentes y un chismoso a palabras de sus hermanos, se fijó en cada pensamiento que rondaba por la cabeza de la compañera de Carlisle y disimuló una sonrisa, pues aunque Emeraude fácilmente podría aparentar ser una chica superficial y materialista, sus pensamientos estaban lejos de serlo. Ella pensaba en Carlisle de una manera que le daba envidia y unas enormes ansias de encontrar a su compañera.
Observó con cuidado a su alrededor, él estaba sentado en el sillón individual y sus hermanos estaban cómodamente sentados en los demás sillones mientras veían una pelicula, Tequila reposaba tranquilamente sobre las piernas de Jasper mientras él acariciaba su cabeza, solo Rosalie estaba sentada en el suelo, pues le había pedido a Emeraude que le hiciera dos trenzas recogidas con listones.
Ellos siempre habían sido una familia, pero Emeraude era aquella chispa que les hacía falta y su hermana, Alice, tenía toda la razón en lo que había dicho antes: ella les hacía bien.
-Me gusta como peinas. -halagó la rubia.
-Gracias, asi es como se peinan algunas mujeres en Oaxaca y es como tengo pensado peinarme para la vela.
-Junto con flores naturales, ¿no? Gerberas habías dicho.
La mexicana asintió mientras terminaba de sujetar las trenzas de Rosalie, una vez que estuvo lista, ella agradeció con una sonrisa y se levantó para irse a sentar a lado de Emmett.
