| Sospechas |

6.1K 661 281
                                    

Emeraude se encontraba viendo fijamente las cartas que tenía en mano y luego dirigió su mirada hacia las dos personas que se encontraban frente a ella, quienes de repente se removieron nerviosos desde sus respectivos asientos, a la espera de cualq...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Emeraude se encontraba viendo fijamente las cartas que tenía en mano y luego dirigió su mirada hacia las dos personas que se encontraban frente a ella, quienes de repente se removieron nerviosos desde sus respectivos asientos, a la espera de cualquier movimiento de parte de la jovencita.

-¡Uno! -exclamó la castaña a la vez que colocaba una carta con el número cuatro en color morado en el centro y sonrió arrogante cuando escuchó las quejas de su mamá y de Charlie.

Los tres se encontraban sentados en los sillones de la sala de estar y frente a ellos había una pequeña mesita y una montaña de cartas UNO. Emeraude, que no podía más con su eterno aburrimiento, les había propuesto jugar UNO Flip y mientras barajeaba las cartas, Margarita le estaba explicando a Charlie las reglas de ese juego y lo que significaba cada carta que no fuera un número.

Tuvo que pasar una ronda, en la que ganó Margarita, para que el hombre pudiera adaptarse al juego y saliera a flote su lado competitivo, pero para él era injusto porque estaba solo, pues las dos Maliachi se habían hecho aliadas y atacaron al sheriff para que se llenara de cartas; sin embargo, ahora que es Emeraude la que está a una carta de ganar, pues Margarita está considerando sabiamente una pequeña alianza con su futuro esposo.

-Cariño, entre ese montón de cartas que tienes. -empezó a decir ganándose una mirada enojada de Charlie. -¿Tendrás alguna que haga que Emi no juegue o el flip en morado?

-¡Mamá! -exclamó la nombrada indignada.

-No tengo nada y ni siquiera sabemos que color tiene Mera. -respondió él tratando de ver la carta de su hijastra, pero ella sabía ocultarlo muy bien. -¡Ay, ya! Que gane el que tenga que ganar. -escogió una carta con el número cuatro en color rosado y lo dejó de manera despreocupada sobre aquella montaña.

Ante el ceño fruncido de Margarita y la sonrisa divertida de Emeraude, agarró su lata de cerveza y se bebió todo el contenido en un solo sorbo.

-Gracias por el apoyo, cariño. -se quejó de manera sarcástica y analizando seriamente la carta que iba a lanzar.

Y ahi el dilema, ¿lanzar una carta de ese mismo color o lanzar el "reverse"? No se lo pensó más y dejó que la suerte hiciera de las suyas: tiró el "reverse" rosado y le dio una mirada a Charlie, causando que el hombre se pusiera nervioso.

¿Por qué su prometida lo metía en esos aprietos? Lo peor es que ya no solo sentía la mirada de su prometida sobre su persona, sino también la de Emeraude.

-¡Que chingue a su madre, que sea lo que Dios quiera! -exclamó lanzando una carta con el número nueve en rosado. -Si va a ganar Mera, pues que gane ya. -finalizó ante la mirada fulminante de la Maliachi mayor.

-Gracias, Charlie. -agradeció Emeraude con una sonrisa triunfante mientras colocaba una carta con ese mismo número, pero en color naranja. -Y por darme esta pequeña gran victoria te mereces que te diga: Gracias, futuro papá.

Spark | carlisle cullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora