CAPITULO 1

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Agosto 1996

Quinn Fabray nunca se había sentido más en su elemento y luego cuando ésta estaba en la cancha con una pila de balones de baloncesto practicando algunos tiros libres. En ese momento cuando planeaba tomar otro balón es detenida por la entrenadora Sylvester caminando hacia ella.

– Ahorra un poco para el juego Fabray. – Le comentó la entrenadora

– Sólo el calentamiento entrenadora. – Respondía Quinn con una sonrisa.

– Acabo de hablar por teléfono con los reclutadores. Ellos vendrán a la partida de esta noche y si juegas a la mitad de tu capacidad normal, obtendrás una beca segura, un viaje gratis a la universidad. – Sylvester dijo sonriendo con orgullo a su mejor atleta.

– Coach Gracias. – Quinn dijo con sinceridad, porque sabía que los reclutadores no habría ni siquiera de mirarla si no fuera porque la mujer mayor tenía varios contactos.

El resto del equipo se amontonaron en el gimnasio, poco después y Sylvester comenzó a dar órdenes para prepararlos para la foto del equipo que debía de tomarse.

– Esperen un segundo, Sam no está aquí, tenemos que esperar. – Quinn dijo al equipo y a la entrenadora.

– No es más que el chico de agua, ¿qué importa? – Respondió Santana, una de sus compañeras la que gritó rudamente desde el fondo de la sala.

– Es importante porque somos un equipo. – Quinn respondió y Santana se detuvo de responder ante la aparición brusca del chico en cuestión.

Este llevaba una capa y una espada, Quinn tomó su cara con ambas manos, signo de frustración ante lo que sus ojos veían. Rápidamente corrió hacia él y le arrojó una toalla a la cara y éste alcanzó a agarrarla, se acercó a él y le susurró

– Escucha, yo soy tu mejor amiga y siempre voy a cuidarte la espalda, pero no es mucho lo que puedo hacer cuando tú no me ayudas en esta situación. – Sam asintió rápidamente y se colocó en posición.

El chico se veía tan pequeño cuando llegó a situarse en la parte delantera del grupo, no era popular como tal y Quinn había intentado hacer que entrara en el equipo de los muchachos, que era entrenado por la Coach Bestie pero era incapaz de tomar el balón por más de dos segundos seguidos sin que lo lastimaran en el proceso, por lo que ella le pidió a la entrenadora si él podía ser el "chico del agua". Ni siquiera porque el chico era amigo de la talentosa Quinn Fabray fue tomado en cuenta.

Ella sonrió a la cámara sabiendo que iba a estar mirando a la imagen en los próximos años y tal como fue tomada, Santana que estaba de pie detrás de Sam le quito su espada y se la metió dentro de la ropa interior de este haciendo que se levantase de su lugar y se ahorcase con su propia capa. Y así fue tomada la foto.

Después de haber sido tomada la foto de rigor, realmente quería golpear la estúpida cara de Santana, pero sabía que no podía hacer nada para arriesgar el juego de esa noche.

XXXXX

Quinn se sentía como si estuviera en la cima del mundo. Al mirar alrededor del estadio de baloncesto lleno de gente, muchos de los cuales cantaban y vitoreaban su nombre, ella nunca se había sentido más feliz en su vida.

Ella se quedó en el banquillo con Sam y se dejó llevar por el ánimo en la atmósfera. Estos hablaban de cualquier cosa mientras ella trataba de girarse sutilmente y encontrar a su novia.

Las porristas llegaron corriendo a la cancha y la multitud se emocionaba tanto por las porristas, como por el juego. Empezaron con una rutina bastante simple, tanto Quinn y Sam estaban apreciando lo que estaban viendo cuando de repente Britt, la jefa de animadoras le pidió a Quinn a unirse a ellos y Quinn aceptó felizmente.

17 Otra VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora