Capitulo 29

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CAPITULO 29

Y volví a ser la antigua Quinn, la Quinn de 35 años, y aprendí una valiosa lección, a pesar de que la vida no había salido como lo había planeado, hubiera sido a los 17 o a los 35, iría tras Rachel una y otra vez. Porque ella es el amor de mi vida. Gracias a ella tuve a mis dos hijos, tuve una familia. Pero la amo demasiado así que debo dejarla ir, ella se lo merece, estuvo a mi lado por casi 20 años y supo soportarme todos mis errores y mis faltas, pero esto debe acabar. A pesar de tener esta segunda oportunidad de vivir mi adolescencia por algunos meses, esto ocasiono que la relación entre ambas se enfriara.

"Quinn ¿estas segura que quieres firmar estos papeles del divorcio?". Santana sacaba de su mundo de pensamientos a Quinn para traerme a la realidad.

"Si Santana, es lo correcto. Debo dejarla ir". Le dijo al mismo momento en que plasmo su firma en esos documentos.

Santana se dirigía a tomar los documentos cuando Quinn la detuvo. "¿Quieres que vaya a dejarlos? La rubia negó con la cabeza y los tomó ella.

"Creo que se merece una explicación de porqué he estado ausente tanto tiempo". La rubia se dirigía a retirarse de la oficina, cuando choco con Britt.

"Ya veo que volviste a tu cuerpo de adulta". La rubia más alta abrazo a Quinn. "Te extrañe, es decir a tu cara.".

"Debo suponer que gracias aunque ya nos hemos visto". E iba a seguir hablando cuando Santana le grita desde atrás.

"Pues claro, por que fuiste tú quien incentivo a Lucas para que persiguiera a nuestra inocente y tierna hija, no puedo creer que ese lobo llamado tu hijo ponga sus garras en nuestro bebe".

se tapo la boca para que no se dé cuenta de cómo me rio por lo que dijo. "¿un lobo? ¿Sus garras? Conociste a Lucas y viste que es lo más inofensivo que pueda haber, sé que no va a hacerle nada a tu hija San, de eso no te preocupes".

"Eso espero, porque no tendré problema en que el chico conozca la furia latina que corre por mis venas, espero no tener que patearle el trasero blancucho que tiene". La abrazó para que terminara su monologo, debe ir a otro lugar antes de torturarse cuando deba enfrentarme a Rachel. Sabe que la conversación anterior le sirvió para relajarse un poco. Se despidió de ambas con el compromiso de que se juntarían para recordar viejos momentos.

se subio al Mini Cooper, ahora el destino es a la casa de Sam, debia de hablar con él, no sabia qué es lo que va a ocurrir ahora que volvio a su cuerpo de adulta. Le subio el volumen a la radio, tratando que la música sea más fuerte que los pensamientos que la aquejan. Estaciono el auto y tomo la carpeta con los papeles de debia entregarle a Rachel y los guardo en su bolso, mientras menos los vea, menos me dolerá, piensaba ella.

Se dirijo a la puerta, saco las llaves de su bolsillo y abrio, empiezo a avanzar hacia los sillones cuando levanto la mirada y se encuentro con la directora Jones de frente y con Sam de espaldas sentados en el sillón besándose ambos con los ojos cerrados. Mercedes abre los ojos y se separada rápidamente de él dandole un golpecito en el pecho para que el mire atras. Sam se gira y se levanta.

"Mercedes, ella es Quinn Fabray madre de Lucas y Kitty Fabray ambos chicos van a la escuela. Quinn, ella es Mercedes Jones mi novia, directora del colegio de tus hijos". Le levanta las cejas a la rubia para que no meta la pata, debería ser él cuidadoso, él tiene el record de meteduras de pata desde que lo conozco. penso Quinn. Se acerca a Mercedes y la besa. "Amor espera un momento debo hablar con Quinn y vuelvo en un segundo".

Ambos partieron a la sala de juegos donde usualmente pasában noches enteras jugando videojuegos. La rubia comienza a hablar. "Sam, creo que ahora que la situación volvió a la normalidad, tengo que hacerte entrega de las llaves tanto del auto como de la casa". Se disponia a sacar ambas llaves cuando este le toma la mano para detener la acción.

17 Otra VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora