Capítulo 17

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Cassiel Grace

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Cassiel Grace

Abro los ojos para encontrarme con una inmensa oscuridad. Sonrío de inmediato por los recuerdos de ayer.

Nunca me había sentido en tanta confianza al bailar frente a alguien, incluso frente a mi hermana. Pero me sentí muy cómodo bailando frente a Dafne. Realmente creo que seremos buenos amigos.

Giro mi cabeza a un lado para comprobar que Leo sigue dormido, así que me levanto con todo el cuidado del mundo para no despertarlo.

Entro en la ducha y me baño lo más rápido que puedo, me cambio con ropa cómoda de entrenamiento, pero no con el uniforme, porque nadie puede ver que tengo el uniforme que portan los Elementales la mayoría de veces.

Cuando termino de arreglarme, salgo de la recámara, me dirijo directamente al comedor, porque sé que allí se encuentran Eloy y Julian. Al llegar confirmo mi teoría, pero mis intenciones de desayunar con ellos se esfumaron en cuanto vi que estaban con Anhelí y Celeste.

Si bien ambas Elementales me caen bien, no me sentiría demasiado cómodo desayunando con ellas, no creo tener esa confianza.

Pero cuando Eloy posa su mirada en mí, me hace señas para que me acerque y me siente en la silla a su lado, que casualmente está vacía, no me niego, entonces me dirijo hacia ellos.

Inmediatamente cuando me siento, sus risas junto a su animada conversación se detuvieron. Las miradas cayeron sobre mí, me encogí de inmediato en el asiento

—Cass solía desayunar con Julian y conmigo en el verano —les hace saber Eloy. Las chicas asienten antes de volver a su conversación, como antes de que yo llegara—. Está bien, sólo hablábamos de tonterías —se acerca susurrarme y asiento—. Por fin vendrás a clases.

Asentí, llamé a la chica de la cocina diciéndole qué era lo que quería, así que se fue para traerlo, seguido vuelvo a Eloy y su mirada interrogatoria sobre mí.

—¿Por qué decidiste hacerlo? —pregunta confundido—. Es decir, me alegro, pero...

—Se lo prometí a mi hermana —contesté en un susurro—. Y ayer conocí a alguien —sonrío inconscientemente. Eloy me mira con una sonrisa burlona y comienzo a negar de inmediato—. No, no es lo que piensas.

—Ajá, no te creo —expresó con diversión—. ¿Cómo se llama el afortunado?

—Se llama Dafne —suelto, entonces él asiente una vez y la burla desaparece de su expresión, pero sigue sonriendo—. Es una chica, así que no, no es lo que pensaste.

Divina Eternidad {Elementales 1.5}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora