Capítulo 21

106 20 6
                                    

Cassiel Grace

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cassiel Grace

Abro los ojos luego de unos segundos. Mi vista ya no es borrosa y mi cabeza ya no duele tanto.

Pero lo primero que escucho cuando por fin puedo concentrarme, son los golpes de Julian contra la piel de Leo. Me siento en el suelo al tiempo en el que veo al Elemental sobre mi ex novio, repartiendo golpes en su cara.

La rabia con la que emplea cada golpe es indescriptible y cada uno es más fuerte que el anterior.

—Julian, déjalo —por fin hablo. Me paso una mano por el rostro, intentando concentrarme un poco más—. Julian, ya está bien, yo estoy bien.

El Lord canciller no se detiene, sólo sigue golpeando, aunque Leo ni siquiera está defendiéndose. Sigo hablándole a Julian, pero él no parece estarme escuchando, así que me acerco a él. Está totalmente rojo de la ira y aunque sea por poco tiempo, puedo ver sus ojos con ese tono dorado, además de las lágrimas mojando sus mejillas.

Por más que le hablo, por más que lo intento, no me escucha. Es como si estuviera totalmente cegado por el enojo. Nunca lo había visto así.

—¡Ya basta! —grito fuertemente. Él levanta la cabeza y cuando sus ojos se encuentran con los míos, su expresión dura se suaviza—. Está bien —dije en voz baja.

Inmediatamente, Julian se levantó del suelo, seguido, se acercó a mí para abrazarme.

—¿Estás bien?, ¿Te hizo algo?, ¿Qué pasó?

No dejaba de hablar con rapidez, viéndome, revisándome y asegurándose de que no tenía ningún golpe visible.

—Estoy bien, pero venía a decirte que Claire no lo está —de repente, dejó de revisarme y sólo me miró a los ojos—. Está con Eloy en su salón y...

No me dejó terminar, sólo se fue corriendo, dejándome hablando con el aire. Vaya, qué rápido se le olvida que me deja solo en un salón con Leo cuando se trata de mi hermana.

Entiendo que le preocupe, incluso no lo culpo por ello, pero no parece importarle demasiado mi bienestar si es que ella no lo está. Eso me hace cuestionarme cuánto le importo.

—Cassiel —escucho la voz rasposa de Leo a un lado de mí. Los cortes de su cara ya no están y se está limpiando la sangre con un pañuelo que parece estar húmedo. Cuando dio un paso hacia mí, yo di un paso atrás, intentando mantener la distancia—. ¡Sólo déjame hablar! —exclamó desesperado—, por favor.

Lo miro duramente y con esa actitud desafiante.

—No —hablé en alto—. No quiero escucharte porque nada de lo que puedas decirme, que no es muy coherente que digamos, va a hacerme cambiar de opinión. Te quiero lejos de mí. Si tengo que convivir contigo que sea para fingir ante mi hermana y Brisa, o por el Restablecimiento, pero fuera de eso, tienes que alejarte de mí.

Divina Eternidad {Elementales 1.5}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora