CAPÍTULO 7

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Valeria

Por suerte Carla nos estaba esperando en la puerta. Si hubiera entrado sus padres se habrían preguntado dónde estábamos y nos hubieran bombardeado a preguntas.

-Gracias por esperarnos-le sonreí

-De nada-Se giró y miró a Rubén-Para que luego digas que soy una impaciente…

-Gracias enana-Se acercó a ella y le dio un abrazo-Bueno, venga, tenemos que entrar

-Tápate bien la cara ¿vale?-le dije con una media sonrisa

-Vale

-Y acuérdate les dices hola y subes directamente a tu habitación-Continuó Carla

-Eso

-Que si pesadas…-hizo una pausa-pero yo os quiero-Ambas lo miramos con mala cara pero nos empezamos a reír.

Carla cogió la llave de su casa y la metió en la cerradura, la giró y la puerta se abrió.

Primero entró Carla, seguida por Rubén y por mi. Al entrar, como habíamos planeado, Rubén saludo y subió a su habitación:

-Hola-dijo al entrar y subió las escaleras que lo llevaban hasta su cuarto.

Desde abajo yo lo observaba subir las escaleras y cuando llegó arriba me hizo un gesto para que subiera pero yo le dije que no con la cabeza y aparté la mirada dirigiéndola hacia Carla pero cuando volví a mirar hacia la segunda planta él ya no estaba, supongo que se habrá ido a su habitación para esperar hasta que subiéramos.

-Hola-dijimos Carla y yo desde la puerta esperando una respuesta de sus padres.

-Hola, ¿Qué tal lo habéis pasado?-María, la madre de Carla salió de la cocina y se acercó a nosotras

-Muy bien mamá-le dijo Carla y María nos dio dos besos a cada una

-Me alegro-hizo una pausa y se giró hacia mi-Valeria he llamado a tus padres y los he invitado a cenar

-¿Y que han dicho?

-Los he convencido y también vienen a cenar. Así que te podrás quedar hasta más tarde. Por cierto-volvió a dirigirse a su hija-¿Porqué ha subido con tanta prisa tu hermano?

-Genial, muchas gracias-Mi cara de sorpresa hablaba por sí sola, mis padres no suelen aceptar estas proposiciones porque no les gusta molestar, pero me alegro de que esta vez si lo hayan hecho, porque se merecen descansar un poco después del trabajo y porque así después de cenar seguro que se quedan hablando un rato y así tendré mas tiempo para pasar con Carla y Rubén.

-De nada-dijo María con una sonrisa en la cara

-Dijo que estaba cansado ¿Y papá?

-Haciendo la cena

-Ah vale…Bueno mamá subimos para mi habitación-dijo Carla y subimos las escaleras

-Vale, cuándo esté la cena os llamo

Al llegar al final de las escaleras nos dirigimos a la habitación de Carla. En su cama estaba sentado Rubén que se había desecho de la chaqueta tirándola sobre la cama y solo llevaba puestos sus vaqueros y una camiseta de manga corta que dejaba ver sus bíceps musculados:

-Cuanto habéis tardado-dijo frunciendo el ceño

-Estábamos hablando con mamá

-Bueno vale…

-Dejo mi chaqueta y mis cosas y ya te arreglamos la cara-dije yo

-¿Arreglamos? Tu se la arreglas, yo no. Tengo otras cosas que hacer-y cuando dijo eso abrió mucho los ojos dándome a entender que iba a hablar con Sergio, se dirigió a su escritorio y encendió el ordenador

-Ya entiendo…bueno pues lo arreglo yo. ¿Dónde tienes el maquillaje?

-Está ahí-dijo señalándome un estuche que estaba encima de su cama. Me acerqué y lo cogí.

-Bueno, vamos al baño. Volvemos ahora-cogí a Rubén por la chaqueta y lo levanté de la cama-Vamos

-¿Por qué no vamos para mi habitación? Hay mas sitio para sentarse y así no tendremos el baño ocupado-Me dijo Rubén con una sonrisa pícara

-Si si, tu lo único que quieres es llevarla a tu cama…ejem…-Interrumpió Carla rompiendo a reír

-Cállate anda-y le tiró un cojín a la cara

-Si si, yo me cayo, pero cuidado con lo que hacéis que pronto llegarán sus padres-dijo otra vez riendo, yo tiré del brazo de Rubén y cuando íbamos a salir de la habitación dijo-¡Rubén, siempre con protección!

-¡Enana!-Volví a tirar de su brazo para que no volviera a entrar y cerré la puerta. Desde el otro lado todavía se oían las risas de Carla y yo también reí-¿Qué es eso de que vienen tus padres?

-Si, tu madre los llamo y también vienen a cenar, así que seguramente me quede más porque se pondrán a hablar y eso

-Perfecto. Pero tengo que corregirte algo…

-¿El qué?

-No es mi madre, es tu suegra-en ese momento me empecé a poner colorada y a reírme; ni el ni yo pudimos evitarlo y nos fundimos en un nuevo beso.

Después de unos segundos dije:

-Serás tonto…

Entonces me dio un beso en la mejilla y me susurró:

Deberíamos entrar ya en la habitación si no quieres que nos vean aquí”

“Vale”

Y entre besos y abrazos entramos en la habitación.

DeberíamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora