CAPÍTULO 17

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Domingo 24 de junio

Rubén

En toda la noche no conseguí pegar ojo. No paraba de pensar en Valeria y en los pros y los contras de lo que conllevaría una relación con ella.

Creo que hay más pros que contras pero no consigo decidirme. Es una chica increíble y ¿De verdad voy a dejarla ir por las mierdas de mis inseguridades? No quiero hacerle daño y por eso estoy haciendo esto. Tal vez no le prometí que mañana le daría una respuesta pero sé que vendrá ilusionada y con ganas de que se la dé así que hoy tendré que pensar muy bien lo que le voy a decir porque no quiero arrepentirme después.

Miré el reloj-despertador que tenía en la mesilla de noche al lado de mi cama y indicaba que eran las 9 de la mañana.

Harto de dar vueltas en la cama sin saber que hacer me decidí levantarme de la cama. Aparté las mantas de encima de mi cuerpo y me puse en pie aun un poco apampado. Esta noche había echo calor así que para acostarme me quité la camiseta y la dejé sobre la silla que estaba junto al escritorio que ahora me estaba poniendo.

Salí de mi habitación y todo estaba oscuro, mi hermana estaba durmiendo y mis padres también. Bajé las escaleras descalzo intentando hacer el menor ruido posible. Cuándo llegué abajo entré en la cocina y cogí un vaso de cristal dentro del armario. Lo dejé sobre la mesa de madera en la que el día anterior habíamos cenado con Valeria y sus padres. Hay que ver como de sexi estaba ayer con sus vaqueros y su sudadera. Rápidamente aparté ese pensamiento de mi mente.

Me acerqué al frigorífico y lo abrí, saqué de él un cartón de leche. Me acerqué a la mesa y eché un poco del contenido blanco dentro del vaso.

Bebí, la leche fría bajaba perfectamente por mi garganta provocando que me estremeciera. Dejé el vaso sobre la mesa y me dirigí al salón. Antes de entrar escuché como alguien bajaba las escaleras y me giré para ver quien era. Carla bajaba lentamente las escaleras.

-¿Qué haces tu despierta a estas horas?

-Buenos días a ti también-dijo con la voz todavía un poco ronca

-Buenos días-dije sonriendo-¿Pero que haces levantada a estas horas un domingo?

-Lo mismo podría preguntarte, pero creo que ya lo sé

-No creo que lo sepas-dije entrando al salón, ella me siguió hasta allí

Me senté en el sofá y ella se sentó a mi lado.

-¿Cómo estás tan seguro?

-No lo sé-dije intentando esbozar una sonrisa

-Es por Valeria ¿Verdad?

Hay que ver como me conoce…

-Pues sí-bajé la cabeza

-Lo sabía-dijo sonriendo-¿Por qué haces que todo esto sea tan complicado? Puedo entender que te cueste mucho empezar una relación después de todo lo que pasó, pero no creo que debas preocuparte porque ella te haga lo mismo ¿De verdad crees que Valeria sería capaz de hacer algo tan malo?

-No, no es por eso

-¿Entonces por qué es?

-Ella es increíble y la quiero mucho, tal vez demasiado y si hago todo esto es para no hacerle daño. ¿No crees que ella podría encontrar a alguien mejor que yo?-dije mirándola a los ojos

-Anda, no digas tonterías, sabes que ella te quiere y mientras estés tu no va a querer a nadie más, créeme

-¿Entonces no crees que deba dejarla un poco de espacio para que se olvide un poco de mí? Es que yo quiero lo mejor para ella y creo que podría tener a alguien mucho mejor que yo…

-No seas tonto. Te digo que ella está totalmente enamorada de ti y si sigues haciendo esto la perderás del todo porque le duele, lo sé, la he visto llorar más de una vez por ti, así que si realmente la quieres, lucha por ella

-¿Pero y si la cago yendo muy rápido con ella?

-Conozco a Valeria, y si algo no le gusta te lo dirá, no te va a dejar por una tontería, de eso estoy segura-dijo esbozando una sonrisa

-Entonces, haré todo lo posible por ella-dije también sonriendo

-Ese entusiasmo me gusta-dijo riendo-Y ahora vamos, que ya son las 10 y tengo hambre

Ambos nos levantamos a la vez del sillón. Le di un abrazó y caminando detrás de ella nos dirigimos a la cocina.

-¿Y ese vaso?

-Es mío

-¿Y por qué no lo dejaste en el fregadero? No sé tu pero yo no tengo ganas de escuchar a mamá

-Vale-cogí el vaso y lo dejé dentro del fregadero

Me senté en una de las sillas que estaban alrededor de la mesa mientras Carla se preparaba su desayuno: cereales con leche fría, sí, en esta casa no encanta la leche fría.

-Bueno… ¿Y hoy que vais a hacer?-dije con voz tímida

-Pues no hemos quedado en nada de momento, pero ayer me preguntó que si hoy me apetecía ir a su casa, así que supongo que quedaremos allí ¿Por qué?-dijo con una sonrisa burlona

-Por nada, pero me parece bien, así tendré más tiempo para pensar, porque si la tengo por aquí, no podré contenerme…Besa como los…

-¿Quieres callarte ya? No quiero saber como besa, sigue siendo mi amiga y estoy desayunando ¿no lo ves?-dijo con cara de asco

-De acuerdo enana-dije rompiendo a reír-¿Por qué te has levantado tan temprano?

-Es que…tengo planes-dijo sonrojándose un poco 

-¿Qué planes?

-Pues voy a ir a dar una vuelta…

-¿Con quién?-dije con una sonrisa picarona en la cara

-Con… ¿A ti que más te da?-dijo mirándome

-Pues claro que me importa-bajo la mirada-Vamos Carla, cuéntamelo, sabes que no se lo diré a nadie, además, yo me paso el día hablándote de mis sentimientos y tu no eres capaz de decirme con quien vas a salir…

-Está bien pesado…Voy a ir a dar una vuelta con Sergio-dijo poniéndose todavía más colorada

-¿Con Sergio?-dije sorprendido

-Si ¿Por qué?-dijo volviendo a mirarme

-Por nada. Me alegro de que sea él y no otro. Es un chico muy bueno, pero espero que sepa lo que está haciendo, porque como te haga daño yo…

-Rubén…-dijo regañándome

-Está bien

Ya eran las 11 de la mañana y Carla ya había terminado de desayunar se levantó de la mesa, dejó su taza dentro del fregadero, salió de la cocina y desapareció por las escaleras.

Yo también salí de la cocina y me fui al salón, me tumbé en el sofá y encendí la tele aunque no le hice mucho caso, seguía pensando en Valeria.

A las 11.30 oí a Carla bajar las escaleras y salí al pasillo. Estaba realmente guapa, llevaba unos pantalones cortos vaqueros, sus Converse y una camiseta de manga corta de Nirvana. Llevaba el pelo suelto, rizo como siempre, pero le sentaba muy bien.

-¿Ya te vas?-dije sonriendo

-Si

-No vuelvas muy tarde

-Vale. Mamá y papá se preguntarán dónde estoy, diles que he ido a dar una vuelta con Ángela ¿De acuerdo?

-¿Pretendes que mienta?

-Por favor, Rubén…

-Está bien pero vuelve sobre las 2 o así

-Vale-dijo gruñendo

Fue hacia la puerta, le dí un abrazo y le dije:

-Pásalo bien tonta

-Gracias

Y salió de la casa.

Volví al sofá y me tumbé, 10 minutos después ya tenía la respuesta preparada para Valeria.

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