Valeria
-Siéntate ahí mientras saco las cosas-le dije señalando la cama
-Vale
Dejé el estuche de maquillaje en el escritorio y saqué una esponja con corrector. Apliqué el líquido encima de la esponja y me puse de rodillas entre las piernas de Rubén y el apoyó sus manos en mi cadera.
-Tienes un montón de moratones…Te tengo que echar esto para que no se te noten tanto
-Vale, me tendré que fiar de ti
-No te queda más remedio-Cogí la esponja con mi mano derecha y la pasé lentamente por su cara-¿Te duele?
-No, sólo un poco, pero se puede soportar-dijo con una sonrisa en la cara
-Vale. Si te duele mucho avísame…
-Si
Seguí arrastrando la esponja por su cara hasta que no quedó ningún moratón a la vista
-Listo
-Gracias
-De nada
Poco a poco Rubén se acercó a mi y me besó, tuve que estirarme porque seguía de rodillas en el suelo. Nos separamos y me levanté. Dejé la esponja dentro del estuche y como tenía mucho calor me quité la sudadera y la dejé en una silla que estaba al lado de la mesa.
-¿Me estás provocando?
-No
Entonces se levantó y se puso delante de mí.
Se lamió los labios y sus ojos mostraban... ¿Deseo? Puso sus manos en mi cintura y noté como las subía por dentro de mi camiseta. Yo coloqué mis brazos en su cuello y lentamente se acercó a mi y pegó su frente a la mía, ambos nos miramos y sonreímos. Acercó sus labios y nos besamos. Bajé la mano derecha de su cuello y la metí dentro del estuche de maquillaje que tenía detrás. Cogí un pintalabios rosa sin que se diera cuenta y volví a subir la mano hasta su cuello. Le quité la capa de plástico que lo cubría y lentamente le pinté un corazón en el cuello. Sobresaltado separó nuestras bocas y me dijo:
-¿Qué es eso?
-Vete a mirarte al baño-dije riendo
Me soltó y salió de la habitación hacía el baño. Me senté en la cama a esperar que volviera. Entró corriendo en la habitación y dijo:
-¡Así que pintalabios eh!
-Si-dije riendo
-Ya verás…-se acercó a mi, juntó nuestras caras y noté como su mano buscaba el pintalabios en la mía
-No te lo voy a dar-dije apartando nuestras caras y tumbándome boca arriba para dejar el pintalabios oculto tras mi espalda
-Pues te lo quito yo-Se volvió a acercar y se puso encima mía dejando caer el peso de su cuerpo sobre sus brazos y sus piernas. Entonces apartó su mano derecha de mi cara y la metió detrás de mi espalda buscando el pintalabios, y lo encontró. Lo cogió y no me dio tiempo a reaccionar.
-¡No, dámelo!-dije incorporándome
-¿Por qué?-dijo impidiéndome levantarme
-¡Porque sí!
-No me vale esa respuesta…-Se levantó y se tumbó, pero esta vez a mi lado.
Le quitó la tapa al pintalabios y me subió un poco la camiseta, yo puse las manos en la camiseta para que no me la diera subido.
-¿Qué haces?-dije muy nerviosa
-Bueno, tú me has hecho un tatuaje y ahora me toca a mí hacértelo a ti.
-Pero…-Entonces puso su dedo índice en mi boca indicándome que me callara
-Pero nada. Me toca a mí-Apartó mis manos de la camiseta y me la subió hasta el final de las costillas-Que puedo ponerte… Ah, ya sé-Y empezó a escribir algo en mi piel-Esto no pinta… Espera…-Se levantó, fue hasta el escritorio y cogió un rotulador permanente de color negro.
-¡Eh, eso no vale!-Dije yo a punto de levantarme y salir corriendo
-¿Cómo que no?
-No, no vale-Entonces me levanté y cuando iba a abrir la puerta me agarró del brazo y me dio la vuelta. Nos quedamos mirándonos a los ojos y me pegó la espalda contra la puerta
-¿A dónde ibas?-preguntó con una voz muy seductora
-A ningún sitio-contesté con una media sonrisa
-Ah vale, porque tenemos un tatuaje pendiente-dijo sonriendo
-¿Me lo vas a hacer?
-Claro-Se acercó, echó el pestillo de la puerta, guardó el rotulador en el bolsillo de su camisa, me sonrió y acercó sus labios a los míos. Yo coloqué las manos en su cuello y él sus manos en mi cintura. Nos separamos y nos miramos.
Entonces me volvió a besar y mientras lo hacia bajo las manos hasta mis muslos y hizo fuerza para subirme y hacer que quedara en el aire. Enrosqué las piernas en su cintura. Ambos nos besábamos con muchas ganas y deseábamos que aquel beso nunca acabara, pero yo necesitaba coger aire así que me separé y lo miré a los ojos. Tenía la respiración entrecortada y él se dio cuenta de ello, así que empezó a besarme el cuello, rozaba con sus labios desde mi clavícula hasta el final de mi mandíbula, es una sensación increíble. Aquello me provocó un escalofrío y él esbozó una sonrisa al darse cuenta de ello. Caminó hacia la cama y se sentó dejándome sobre su regazo.
Sacó el rotulador del bolsillo y le quitó la tapa.
-No creas que me he olvidado-entonces volvió a subirme un poco la camiseta y empezó a escribir con letra bastante grande cubriéndome con esa tinta negra la mayor parte de mi torso:
Siempre serás mía. Te quiero y no dejaré de hacerlo.
Propiedad de Rubén

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Deberíamos
Fiksi RemajaValeria,una chica de 15 años como cualquier otra está completamente enamorada del hermano de su mejor amiga, Clara. Rubén, un skater de 17 años, popular entre las chicas y con unos rasgos perfectos. Todo empieza como un amor imposible pero pronto l...