CAPÍTULO 3

301 22 0
                                        

Valeria

Mientras esperaba sentada en uno de los bancos de la parada saqué mi reproductor de música del bolsillo y me puse los casos.

La primera canción que escuché fue Born To Die de Lana del Rey que estaba en pausa del día anterior, así que la puse desde el principio y intenté relajarme mientras no llegaba el autobús.

El bus llegó con un poco de retraso a las 16:40.

Me subí al autobús yo sola  porque en mi pueblo no hay mucha gente de mi edad y con la que hay no hablo casi nunca.

Le pagué al conductor el dinero por el viaje y me dirigí hasta el asiento en el que estaba Carla.

La saludé con un abrazo y dos besos que ella me devolvió.

-¡Hola Valeria!

-Hola

-Hey, ¿Qué te pasa, dónde está tu entusiasmo?

-No sé, la verdad estoy un poco triste por lo que te conté.

-Tranquila, ya verás que todo se soluciona...-me contestó con una sonrisa tranquilizadora en la cara

-Es que no sé que hacer, si esperar y dejar pasar el tiempo como dices tu o ir yo a por él…-y solté un suspiro

-No te preocupes-después de decir eso me dio un abrazo

-Intentaré no hacerlo, además hoy venimos a pasarlo bien-dije mostrando una sonrisa, no estaba dispuesta a pasar una mala tarde

-Lo que me contaste, creo que le va a interesar al cotilla que tenemos detrás-dijo soltando una gran carcajada

De repente me empecé a poner roja, deseaba que él no estuviera sentado en los asientos de detrás, pero entonces noté que una mano me tocaba el hombro y me giré.

Allí estaba él enseñando sus perfectos dientes en una gran sonrisa. En ese momento quería matar a Carla por no haberme dicho que él también iba a bajar en bus y que además estaba sentado detrás nuestra.

-Hola, ¿Qué tal?-me dijo y me dio dos besos que yo le devolví

-Hola. Bien ¿Y tú?-dije notando como el calor aumentaba en mi cara

-Muy bien-hizo una pausa-No me dijiste nada de que ibais a bajar hoy, aunque ya me lo dijo ésta de aquí-dijo señalando a Carla a lo que ella respondió sacándole la lengua.

-Es que, cuándo hablé contigo ni yo sabía que hoy íbamos a bajar…

-Ah vale, en ese caso te lo perdono-dijo con una voz muy seductora a la vez que me guiñaba un ojo.

Yo no aguantaba más, me estaba derritiendo, no podía seguir mirando a aquellos ojos verdes que me hipnotizaban, pero lo hice, entonces él dijo:

-Por cierto, se me había olvidado deciros que el día de las fiestas tenemos pensado irnos a la piscina de Iván después de las 3 de la mañana y estáis invitadas a venir si queréis-en ese momento aquel comentario me provocó una sonrisa de la que él se dio cuenta y por segunda vez me volvió a guiñar un ojo

-No sé si a nosotras nos dejarán quedarnos a partir de las 3-dijo Carla rompiendo aquel momento y mis esperanzas

-No te preocupes enana, que yo los convenzo. Les digo que os venís conmigo y que yo os cuido y ya verás como os dejan

-No creo que les dé mucha paz saber que tu nos cuidas-dijo Carla rompiendo a reír y yo también lo hice

-Eh, no te pases-dijo dándole un golpe en el hombro derecho pero nosotras seguíamos riéndonos

-Vale, perdónanos-dije riendo, entonces él también empezó a reír pero paró y se acercó a mi oído muy lentamente y me susurro

“A ti no hace falta que te perdone porque nunca sería capaz de enfadarme contigo” Despacio se alejó pero otra vez volvió a acercarse y entonces sus labios rozaron de una manera muy dulce los míos dejándome con ganas de más. Nos separamos, los dos sonreímos y nos miramos a los ojos.

-¡Ei tortolitos, sigo aquí!-dijo Carla rompiendo a reír otra vez

Entonces Rubén se acercó a su hermana y le dijo:

-Tu y yo ya nos las veremos en casa-otra vez todos rompimos a reír

-No te tengo miedo-dijo Carla con voz desafiante pero que pronto se convirtió en risas y más risas

-Lo tendrás-dijo Rubén sacándole la lengua-Bueno, yo me bajo en esta parada-a continuación se acercó a mi e hizo que me levantara. Me cogió por la cintura y me dio un abrazo que yo le tuve que devolver de puntillas porque es más alto que yo. Entonces cogió mi cara entre sus manos y me dio un beso en la mejilla muy cerca del oído y me susurró

“Dentro de poco ya nos veremos y tendremos unos cuantos días para estar todo el tiempo juntos y quién sabe, tal vez, hasta dormir juntos. Pero la próxima vez que nos veamos, deberíamos estar solos sin la petarda ésta”  

La idea de dormir con él me provocó un escalofrío que tapó con otro beso en los labios tan dulce como sexi. Entonces se separó de mi y dejé de sentir el calor de sus manos acariciando mi cara.

Recogió su tabla de skate que estaba en el suelo y se despidió de su hermana con la mano. Todos las personas que iban en el autobús se quedaron mirándome y yo me sonrojé entonces apartaron la mirada. Estoy un poco desconcertada por lo que acaba de pasar, de verdad, no entiendo a éste chico. En cuánto se bajó del autobús dejó el skate en el suelo y se alejó patinando.

Yo siempre había querido aprender a montar en skate y algún día le pediría a él una clase particular.

Volví a sentarme en mi asiento y a mi lado Carla me miraba con cara de sorpresa.

-¿Qué pasa?

-Nada, sólo que…-hizo una pausa

-¿Qué?

-Que nunca había visto a mi hermano así…

-¿Cómo que así?

-Si, él no suele ser tan detallista con sus novias como para acercarse a su oído para susurrarles algo y darles un pico en el medio del autobús, y menos después de lo que pasó con Iria…

-No sé, yo…-no me dio tiempo a acabar la frase

-Tú no sabes lo que provocas en él. Has hecho que cambie, ya no es el mismo de antes, ahora…ahora creo que tiene miedo de perderte…

-Tú lo conoces bien…no sé que decir…

-No hace falta que digas nada, pero no creo que lo pierdas así porque sí, creo que él va a luchar por ti…

En ese momento me quedé sin palabras, aquello que acababa de decir Carla me había dejado con la boca abierta y con todavía mas ganas de besar y tener a Rubén cerca de mí.

Al cabo de 1 minuto dijo:

-Que sepas que me hace mucha ilusión tenerte como cuñada-me guiñó un ojo y me dio un abrazo.

DeberíamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora