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Cuatro días después, Trent apareció en la puerta de mi casa con una propuesta en mente. Me subí a su automóvil y lo acompañé.

- Él es James, el chico del que te he hablado - Dijo Trent presentándome.

El hombre me miró sin decir nada y luego miró a Trent.

- Sígueme.

Me quedé solo en la humilde y desastrosa habitación sin respuestas.
Al cabo de tal vez unos cinco, y eternos, minutos, Trent ingresó a la habitación acompañado por el hombre. Parecía nervioso, inseguro.

- Oye niño - Dijo el hombre con poco pelo y seria expresión - Una semana de prueba ¿Sabes en lo que te estás metiendo?

Miré a mi amigo y luego al señor - No en verdad, pero quiero hacerlo. Mi hermano ha hecho esto antes y quisiera seguir su trabajo.

- Sus trabajos, Mason. Trabajarás para mí, harás lo que te pida sin excusas.

- ¿No quieres pensarlo mejor, James? - Preguntó Trent detrás del hombre.

- Creo que él ya tuvo su tiempo para hacerlo.

- Lo haré - Dije sin titubear y mi amigo negó decepcionado.

[...]

Luego del obligatorio viaje que mi padre me obligaba a realizar, una vez por mes, debido a un contrato que mantenía su empresa con otra en el exterior, llegué a casa cansada; sin embargo tenía que prepararme para la cena que iba a tener, en exactamente treinta y cinco minutos, con Benjamin.

Subí las escaleras, me dirigí a mi baño, tomé una ducha lo más rápido que pude y escogí un atuendo abrigado, debido al frío que había afuera, sin perder la elegancia. Luego me maquillé y tomé mi celular.

Luego de una hora y media me encontraba cenando en uno de los restaurantes más elegantes de la ciudad junto a Benjamin. Nos ubicamos frente a un ventanal con vista a la calle más transitada de la ciudad y que dejaba a la vista el mar y la luna llena de aquella bella noche.

Luego de una cena basada en conversaciones sobre trabajo, Ben decidió cambiar radicalmente de tema. Se acercó más a mí y acarició mi mejilla - Sabes... - Dijo manteniendo su mano en mi mejilla - Hay una fiesta cerca de aquí, tal vez podrías arreglarte y acompañarme y luego... ya sabes... puedes dormir en mi apartamento.

Me lo quedé mirando incrédula. ¿Arreglarme? ¿Enserio?

- Me encantaría - Dije sonriendo.

Cerró sus ojos y se acercó a besarme. Iba a imitarlo pero una figura detrás del ventanal del restaurante captó por completo mi atención. Era James, reía y se empujaba con sus amigos de un lado al otro; se pegaban y compartían una misma botella de cerveza.

Al observarlo mejor, pude notar un hematoma en su ojo izquierdo. En ese mismo instante miró en mi dirección y cruzamos miradas. Pude, en ese momento, ver cómo su expresión cambió rápidamente a una seria y enfadada.

- Brooke ¿Qué sucede? - Preguntó Benjamin.

- Lo siento - Dije negando con la cabeza.

Volví a mirar por el ventanal pero James ya no estaba. Suspiré aliviada. Probablemente no había sido él.

- Vámonos, te llevaré a tu casa por ropa.

Me levanté lo más rápido posible, para largarme de aquél lugar, y salimos del restaurante. El frío viento chocó brutalmente contra mi cuerpo y me abracé lo abracé. Benjamin me tomó de la cintura y caminamos en dirección a donde había aparcado su coche.

Crossed.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora