- ¡Thomas! - Grité.
Enseguida mi hermanito se acercó.
- Necesito que me ayudes - Asintió y nos dirigimos a mi habitación.
Me senté en mi cama, él se paró frente a mí.
- Toma mi chaqueta y quítamela.
Se acercó y comenzó a tirar de ella, la sacó y prosiguió con mi sudadera. Se paró detrás mío y la quitó. Luego bajó y desató mis botas y comenzó a tirar de ellas. Como no lo logró, tuve que agacharme y, con mucho dolor, hacer fuerza para retirarlas.
- Ya, gracias - Dije y al retirarse, desabroché el botón de mi pantalón, para así deslizarlo por mis extremidades hasta que tocaran el suelo.
Caminé despacio y con cuidado hasta el cuarto de baño. Giré el grifo de la pequeña ducha y el agua comenzó a salir de ella. Retiré mi ropa interior y me paré por unos segundos debajo del agua.
Con una mano me sostuve de la pequeña barra de hierro aferrada a la pared, con el fin de evitar resbalarme. Con la otra, tomé el jabón e intenté lavar mi cara. Maldije cuando me entró en los ojos. Me quedé otros segundos quieto, hasta que el ardor se haya ido. Más tarde intenté pasar el jabón por mi zona media y mi espalda, me fue imposible ya que no podía moverme demasiado.
- ¡Tommy! - Grité con todas mis fuerzas.
A los segundos, una voz contestó detrás de la puerta.
- James, tu hermano dice que está cocinando ¿Necesitas algo? - Preguntó Brooklyn.
Automáticamente mis mejillas de enrojecieron. No supe por qué, pero estaba nervioso.
- Descuida - Contesté.
- ¿Seguro? - Insistió.
- Seguro - Mentí.
Moví, una vez más, el jabón por mi cuello. De repente se resbaló de mis manos y fue a parar a dos metros de la ducha.
- Maldita sea - Maldije más fuerte que la vez anterior.
Cerré el grifo, para no gastar más agua y caminé hacia el objeto. Con dificultad me acerqué y lo tomé. Regresé al lugar anterior. Con la otra mano, volví a girar el grifo y el agua, una vez más, comenzó a salir. Volví a sostenerme para eludir problemas.
Sin embargo, no fue suficiente. Intenté girar sobre mi eje para colocar el escurridizo objeto en su lugar pero caí al cruzar mis piernas. Mi cuerpo cayó de seco al suelo mojado, por fortuna no golpeé mi cabeza, pero si la zona de mis costillas derechas. Eso no fue lo único, antes de hacerlo, como reacción natural, intenté aferrarme de la cortina. Éstas cayeron conmigo y también, por consecuencia, el palo que las sostenía. Mi brazo también se vio perjudicado ya que fue el primero en tocar el suelo, con todo mi peso sobre él.Quería llorar, pero no por el dolor, sino por la impotencia. ¿Qué más me podía suceder?
- ¡Mierda! ¡Mierda! - Dije tirando las cortinas tan lejos como mi enojo me lo permitió. Luego me senté, agarré el palo y lo tiré contra la puerta. Mire mi codo, sangraba.
Dos golpes en la puerta llamaron mi atención.
- ¿¡Que!? - Grité furioso.
Silencio.
- ¿Todo bien por allí? - Preguntó dulcemente - Escuché un ruido.
Suspiré con mis ojos cerrados.
Silencio de mi parte.
Sin levantarme, me estiré hasta alcanzar mi ropa interior, la tomé y me la coloqué como pude.
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Crossed.
Random"Hay momentos en la vida en el que dos caminos se cruzan... por casualidad. Por una fracción de segundo, dos universos convergen en un mismo plano y logran vencer las arenas del tiempo."