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Ingresé al lugar y el hombre de la entrada me miró boquiabierto.

Miré de mala gana.

- Brooke Miller - Dije y balbuceó algo.

Miré sin comprender.

- Lo siento pero... No está per...

- Mire señor... - Dije mirando su placa - Cooper, ni se atreva a decirme que no puedo ingresar de esta manera porque va a arrepentirse. No estoy así porque quiero así que toque un maldito botón y dígale a su jefe que "La señorita Miller" se encuentra en la entrada - Dije señalándolo.

Asintió rápidamente y tocó un botón para luego dejarme pasar.

Me acerqué al ascensor y subí. Antes de llegar al cuarto piso, paró en el segundo, donde dos hombres con traje se adentraron.

Me miraron sorprendidos y luego bajaron su vista a mis pies.

Los miré fijamente sin decir nada. Estaba al borde de colapsar pero gracias al cielo no dijeron nada.

Durante todo el trayecto me miraron extraño, como si fuera una cualquiera.

Al llegar al cuarto piso, me bajé sin saludar, sin embargo me di la vuelta y los fulminé con la mirada.

Estúpidos hombres.

Entré al salón donde un hombre calvo me esperaba.

- ¿Señorita Miller? Que... Que gusto verla - Dijo entregándome su mano.

La tomé.

- Por favor no diga nada - Dije y rió. Agradecí su silencio.

- Por favor tome asiento mientras mis mejores mozos le traen nuestras especialidades.

Tomé asiento en una lujosa mesa y esperé por los mozos.

- Por cierto - Dijo regresando - Cada uno de los mozos será puesto a prueba para asistir a la celebración de su padre, así que por favor comuníquenos si hay algo que no le agrade.

- Perfecto, gracias.

- Disculpe señorita, pero de más estar decir que cualquier falta de respeto que sienta por parte del servicio, notifíquelo.

- Así será - Dije y sonrió para retirarse.
Trajeron los cuatro tipos de entradas, luego la cena y luego el postre. Ahora, debía probar la comida que los mozos repartirán a lo largo de la noche. Tales como sushi, bocaditos, etc.

Luego de tres bocados, la puerta se abrió y un mozo vestido de traje, inmaculado, se acercó a la mesa con un plato de diferentes tipos de sushis.

No lo miré a la cara hasta el momento en el que él lo hizo.

Nos miramos por unos segundos.

Reprimió una risa al verme. Lo miré furiosa.

Apoyó el plato y se quedó a mi lado, como habían hecho los demás, hasta que terminase de comer.

- Tengo algo para ti - Susurró muy bajito aún con su mirada en el suelo ya que no tenían permitido mirarme o hablarme.

Hice caso omiso. Sólo lo ignoré.

- Brooklyn - Aclaró su garganta para llamar mi atención - Búscame en la cocina.

Sentí su mirada pero no la respondí.

Terminé el plato y el señor calvo se acercó.

-¿Y bien?

- Quiero todos - Dije levantándome.

Crossed.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora