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- Alan - Dijo estrechando manos con el hombre que estaba en la puerta.

- ¿Qué hay James? - Preguntó y luego me sonrió.

Le devolví la sonrisa.

- ¿Está Jesús? - Preguntó James.

- No, debe estar por llegar - Respondió el hombre.

- Lo esperaré adentro, avísale que estoy aquí - Dijo y abrió la puerta del lugar para que pase.

- Adiós Alan - Sonreí nuevamente.

Entré a aquél ruidoso salón  y mi sonrisa se borró automáticamente. Todo el mundo empujaba, gritaba, bailaba, cantaba, fumaba, tomaba y todos los verbos terminados en aba. 

Odiaba este tipo se lugares donde uno no podía transitar tranquilamente sin chocar con nadie. Pero no era eso lo que más me molestaba sino todas aquellas mujeres que vestían como prostitutas. No podía entender cómo una mujer podía respetarse tan poco.

Miré mi atuendo. Perfecto, unos leggins, unas botas y una campera de cuero no iban a llamar en absoluto la atención, claro que no. 

James se acercó a mi cuello y pronunció unas palabras que no pude entender debido a la alta música que sonaba. Alcé mis hombros debido a las cosquillas y reprimí una sonrisa

Se dio la vuelta y comenzó a caminar por lo cual decidí seguirlo tres pasos detrás. Al llegar a la barra de bebidas James chocó puños con el las servía, luego de hacerse lugar entre la multitud.

Aguardé detrás de él mientras conversaba con su amigo.

- Algo me dice que no vives por aquí - Dijo un chico rubio de, tal vez, unos veintidós años. 

Sonreí y negué con la cabeza - Qué observador - Dije y alzó sus cejas divertido.

- Déjame invitarte algo - Volví a negar con la cabeza.

- No dejo que nadie me invite nada.

- Una cerveza, sólo una - Dijo con el dedo índice arriba.

- Esta bien - Acepté ya que sabía que no iba a dar el brazo a torcer.

Al cabo de unos segundos volvió con las botellas en la mano - ¿Quieres bailar? - Preguntó en mi oreja. Nuevamente alcé mis hombros, levemente. Odiaba las cosquillas.

- Lo siento - Negué.

- ¿Por qué no? - Preguntó divertido.

- Porque no - Dijo James posando una de sus manos en mi hombro. Miré mi hombro y luego al chico.

- Estamos esperando a alguien, lo siento - Dije y James se adelantó.

- No tienes que darle explicaciones. Vámonos, debe estar por llegar.

Me tomó suavemente del brazo y me dio la vuelta para irnos.

- Espera, soy Densel - Dijo haciendo que me de la vuelta.

- Brooke - grité para que me oyera.

Sólo me miró y sonrió.

- Te recuerdo que estamos aquí para arreglar un delicado tema - Dijo James serio.

Sólo lo miré. Se detuvo en seco y miró la botella que poseía en la mano.

- ¿De dónde la has sacado? - Preguntó y me la arrebató de la mano.

- ¿Qué haces? Es una cerveza - Dije e intenté sacársela pero la alejó.

- No tomes nada que yo no te dé. Esto no es como en tu barrio, no sabes qué le pueden haber puesto - Y acto seguido la apoyó en una barra.

Crossed.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora