Sam.
De todas las situaciones posibles de las cuales pensé que mi padre iba a hablar esta no encajaba en ninguna, ni de cerca hubiera pensado que diría algo así, esto es demasiado para mí; si hasta lo poco que bebí desapareció por culpa de la impresión. Ah, pero no crean que mi padre termino ahí. Él quería terminar de cavar de mi tumba, y muy profundo.
Ignorando que la gente me observaba continuó:
- Como bien es conocido mi empresa es multinacional y tengo la oportunidad de abrir instalaciones en Madrid. La oportunidad que se presenta es importante para mí, para el bienestar y estabilidad de mi familia, y claramente para la expansión de mi empresa; como ya les he dicho las oportunidades se aprovechan y esta es una que dudo se me presente dos veces. Sé que esto será duro al principio, pero somos fuertes, podemos con esto y más. Todo está muy bien organizado, tanto que nosotros nos trasladaremos oficialmente dentro de un mes.
>>Esto es un nuevo comienzo que nos caerá bien a todos, también nos abrirá muchas puertas asegurándonos un futuro estable; pero bueno, ya los dejo disfrutar de lo que queda de la fiesta, buenas noches.
Mi cabeza no para de dar vueltas, me encuentro con la mirada de Beth y veo la tristeza y confusión reflejada en sus hermosos ojos. Mudanza: Nueva vida, nuevas amistades, nuevas formas de ver las cosas. Pero ¿cómo se atrevían? Seguro ninguno pensó en mí, en cómo me sentiría, en como esto me iba a afectar. Me encuentro en segundo año en la carrera de medicina, no puedo dejar todo así, no puedo, simplemente, no puedo...
Sigo pensando en lo que todo este cambio me va a costar cuando escucho la voz de mi madre:
- Samantha querida, acompáñame al despacho de tu padre para que podamos hablar. - dice ella, ignorando la mirada que lanzo en su dirección.
-Vamos madre, hay varias dudas que deben aclararme. – Contesto lo más calmada que puedo, algo que claramente no funciona.
Mi madre se detiene justo en la entrada del despacho y mira hacia mi dirección -Espero que entiendas que todo lo que hacemos es por tu bien y el nuestro, solamente deja que tu padre hable y entenderás todo. - No contesto, es lo mejor.
Al entrar lo primero que veo es a mi progenitor sentado con un vaso de whisky en la mano. Su despacho tiene un estilo retro: escritorio de una caoba oscura el cual le da un ambiente sofisticado, muebles de cuero negro con mesa a juego, estantería del mismo material que el escritorio, y sin olvidar su toque personal: Una colección de Ron Pampero, su tesoro más valioso.
- Sam siéntate por favor. - Dice cuando posa su gélida mirada en mí.
>>Sé que te estarás preguntando qué es lo que pasa y el porqué de esta decisión, como también estarás molesta porque no te lo habíamos dicho. - Continua él, mirándome de esa forma que hace que las personas le teman, cosa que a mí no me pasa.
Henry Duncan, dueño de una empresa distribuidora de medicamentos, maneja los negocios mejor que cualquiera, siempre consigue todo lo que se propone y no acepta un NO por respuesta. Por la forma en que me mira sé que nada de lo que diga hará la diferencia, él se siente poderoso, eso es lo que es él, alguien que logra todo. Y esa mirada es suficiente para que explote:
- ¡Explícame porque ahora resulta que tengo que dejar todo, cada cosa que tengo construido en esta ciudad por ti, porque tú eres egoísta y no piensas en cómo me sentiría con todo esto! –le digo liberando toda la rabia que llevo dentro, aunque me conozco, después de esto me derrumbaré, Pero eso no voy a permitir que lo vean, si ven que eres débil se aprovechan de eso. - ¡¡Explícame ahora mismo el porqué de todo, te juro que no lo entiendo!! –le reclamo en un tono de voz demasiado alto, momento en que me callo, me estoy pasando.
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Amor sin medidas (+18)
Teen FictionLa vida tiene una manera inesperada para hacer sus jugadas. Samantha Duncan y Christopher Parker estaban a punto de descubrirlo. Cada uno llegaría para dejar patas arriba el mundo del otro, y lo que al inicio fue un claro duelo de titanes, se conv...