Sam.
Bien, hoy es el gran día.
¿Para qué?
Para demostrarle a Chris de una vez por todas quien soy en realidad.
¿Estoy segura de ello?
No, para nada. La verdad nunca había dudado tanto de mi cordura hasta este momento.Adam había podido organizar todo en tiempo record.
Su clase fue la cosa más loca que he vivido en mi vida, pero no se compara en el instante que vi los juguetes sexuales.
Si Chris no aprendía la lección, seguro me iba a odiar, ya que denunciarme no podía ya que estaríamos a la par.
Bueno, ni tanto, estoy consciente de que mi castigo es, por mucho, peor.
Pero ¿Qué locuras no comete una desquiciada como yo?
Tranquilos, es broma. Solamente estoy divagando a causa de los nervios.Respiro profundo adentrándome a la ducha. El agua cae sobre mi cuerpo dejándome resbaladiza y desconcertada por el hilo que comienzan a tomar mis pensamientos.
Christopher, en cada esquina de mi mente.
Pequeños momentos que ahora, toman otro sentido.
-Yo no me acuesto con Chris porque soy Wonder Woman.Esa fue la primera vez que me llamó así. Imitándome de manera burlona, enojándome y calentándome en nada más que segundos.
- ¿Completamente segura?
Ese día en la cafetería, descubrí que mi cuerpo reaccionaba a él.
Mi mano comienza a viajar por mi cuerpo.
-Yo siempre gano y obtengo lo que quiero, y esto no sería una excepción.
Mismo instante en que supe que me gustaría poder retarlo y ganarle, teniendo a él, como premio.
Comienzo a masajear mi cabello de manera lenta con los ojos cerrados.
-Estás tan jodidamente sexy con este vestido, y no juego cuando digo que quiero follarte.
Sentir que su cuerpo reaccionaba así por mí, hacía que mi propia calentura solo aumentara. Se sentía grande y duro contra mí, todo él era pura tentación.
La mano desciende por mi cuello mientras imagino como sería tenerlo desnudo para mí. Toco el borde de mis pechos imaginando como sería tener la visión de él debajo de mi cuerpo, con mis manos en su pecho, y las suyas guiando el vaivén de mis caderas, mirándolo fijamente deseando besar su sexy y dulce boca.
Recordar como su cuerpo se movía junto al mío aquella noche que bailamos me hace soltar un pequeño gemido de apreciación. Sus manos encima de mí, rozándonos de una manera que solo dejaba clara que la tensión era máxima. Deseaba besarlo, su aliento contra el mío, sus labios entreabiertos eran una tentación.
Ahora imagino esos mismos labios sobre mi cuerpo.
La humedad entre el vértice de mis muslos es por él, y solo por él. La mano desciende de manera lenta mientras pienso que es él quien recorre mi cuerpo. Llego a la unión y lentamente paso un dedo sobre mis sensibles pliegues. Otro gemido escapa mientras recuesto mi espalda contra la pared del baño.
Puedo sentir como me susurra que lo vuelva a hacer. Que desea que lo haga para él.
El morbo me puede y paseo lentamente el dedo por los pliegues de nuevo sin tocar el pequeño manojo de nervios que se esconde entre ellos. Mi respiración se acelera mientras recuerdo su voz, su cuerpo, su dureza y su necesidad por mí.
Froto lentamente ese pequeño punto, de arriba abajo, de un lado al otro, mientras suspiros entrecortados escapan de mi boca.
Las embriagantes sensaciones me piden cerrar las piernas. Pero escucho como me dice que no lo haga. Al contrario, que las abra más.
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Amor sin medidas (+18)
Teen FictionLa vida tiene una manera inesperada para hacer sus jugadas. Samantha Duncan y Christopher Parker estaban a punto de descubrirlo. Cada uno llegaría para dejar patas arriba el mundo del otro, y lo que al inicio fue un claro duelo de titanes, se conv...