Capítulo 19

150 12 31
                                    


Sam.

Confusión.
eso es lo que siento luego de que la anciana dijera eso y se fuera como si nada.

Como si no me acaba de decir que debo hacer no sé qué, y que se sabe mi nombre.

Escalofriante.

¿Qué se supone que debo decir? Y ¿A quién se refería? ¿a Chris?
La bola de pelos comienza a ladrar diciéndome que quiere continuar con el paseo.

Debo llegar a mi casa, rápido. Necesito darme una ducha inmediatamente.

No entiendo el porqué, pero las palabras de la señora han dejado como un peso en mí. Como si en el fondo supiera que tiene razón. Pero ¿de qué?

Salgo de mi trance en el instante en que escucho mi teléfono sonar.
Es un mensaje de Chris.
Dice que viene hacia el refugio.

Le digo que estoy a unas cuadras de su casa, pero no responde.

A los pocos minutos veo su auto venir en mi dirección, al llegar se detiene y estaciona a un lado de la acera.

Sale con una chaqueta y ¿gorro?
Me da una mirada fulminante cuando me ve a punto de reírme. Pero ¿Cómo no hacerlo? Se ve adorable.

- ¿Cómo está mi chica? –dice acercándose a mí. Pero, es detenido por lo latidos del cachorro recién adoptado.

Awwwwww, ya me ama.

O solo le tiene miedo a lo desconocido, loca.

- ¿Se supone que esta diminitura me va a impedir besar a mi novia? –me mira y me sonríe. Se agacha y el perro se empeña en ladrar con más fuerza. Aunque solo se escucha bastante desafinado debo decir.

Intenta acariciarlo y el cachorro lo mira desconfiado. Chris lo mira con diversión y adoración. El perro se derrite.

Otro más bajo los encantos de Christopher Parker.

Tu cállate que eres feliz estándolo.

- ¿Cuál es su nombre? –ya se encontraba acariciando la cabeza del animal. Lo alza y el animal se aferra a él como si su vida dependiera de ello. Chris se acerca y me abraza de lado dándome un beso que dura unos segundos.

Recuesto la cabeza en su hombro pensando. Pero ni puta idea de cómo llamar a quien ahora me observa con ternura.

-No lo sé, pensaba que tu podrías ayudarme a escoger un nombre.

-Pues…-lo observa con detenimiento como si buscara de que tiene cara. –creo que le quedaría genial Parker.

- ¿Qué? ¿Quieres colocarle tu apellido de nombre a mi perro?

-Es nuestro, querida. Y sí, creo que suena genial.

-Se te quedaron los tornillos antes de venir aquí Chris. Eso, o que ese gorro te aprieta demasiado.

-Ja, que graciosa. Y que sepas que vengo de casa de mis padres y por eso tengo puesto un gorro. Mi madre cree que mi cabeza podría congelarse.

-Awwwwww, dile que yo te hago entrar en calor. Y, no sé en qué momento dije que el perro también era tuyo.

Pero, antes de que sea capaz de responder, el nombre que tendría nuestro cachorro es enviado por los ángeles a mi cabeza, y ese nombre es…

-Angus.

- ¿Que? Ay no, no me digas que piensas llamarlo así.

Pues sí, querido amigo.

Le dirijo una sonrisa de suficiencia. Le quito el perro de las manos y lo bajo asegurando la correa en mi muñeca. Me acerco y hago que rodee con sus brazos mi cintura y hago lo mismo, pero en su cuello.

Amor sin medidas (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora