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17 Noviembre 2020

Este día no saldrá de mi cabeza, ni para bien ni para mal...

17 de Noviembre, el día del peor cumpleaños de mi vida, el día en el que decidí escapar de mi casa y empezar una nueva vida.

Todo comenzó por la mañana, ese día lo normal sería que tus padres te despierten con una tarta o cantando el cumpleaños feliz, que tu dulce hermana se tire encima tuya y te llene de besos y que tus amigas te feliciten... Bueno pues eso jamás pasaría en mi vida.

Me levanté a las 7 AM por gritos, gritos que provenían de mi cocina, gritos de varias personas de las cuales yo no conocía ninguna de las voces.

Hasta que escuché un golpe y se acabó el ruido, me asusté y decidí bajar las escaleras de mi habitación a la cocina; lo que vi me dejó impactada.

La puerta estaba abierta de par en par y mi madre no estaba en casa.
Normalmente cuando mi madre desaparece no me asusto ya que es costumbre que ella se largue cuatro o cinco días por ahí pero esta vez había algo que me dejaba inquieta, intranquila.

Decidí llamarla pero ella no contestaba, salí a buscarla pero no estaba a los alrededores de mi casa así que decidí tumbarme en cama y esperar, esperar a que ella apareciera puesta (drogada) como era habitual.

Subí las escaleras y me metí en la habitación; llené la bañera le puse espuma y olor a vainilla, sin dudarlo era uno de mis olores favoritos. Me metí en ella y me puse música, hice todo lo posible por relajarme pero lo único que conseguí fue que mis lágrimas empezaran a caer más y más fuertes, lágrimas que no paraban de salir y de llenar mis ojos de agua y de escozor.

Nunca había celebrado los cumpleaños, no era eso lo que más me dolía pero sí que es cierto que este cumpleaños para mi era especial, cumplía 20 años y he de decir que este año me lo había trabajado tan bien...
Me había sacado el carnet de conducir, había acabado mis estudios como peluquera y maquilladora y lo más importante, había tomado la decisión de irme, de independizarme y buscarme un trabajo, lo cual aún no había conseguido pero la idea estaba ahí.

Y es que yo desde los 16 era la que traía dinero a casa, la que intentaba que las cosas fueran medianamente bien ya que mi madre se gastaba su paga en droga o en alcohol...

Por suerte no me faltaba de nada, excepto ese amor de madre, esas salidas familiares y ese tiempo que tendría que haberme demostrado el papel de madre dejo de ejercer cuando vió que yo empecé a trabajar.

Acabé de bañarme, me relajé y baje las escaleras, me preparé mi comida y dejé en el refri otra poca por si ella volvía a casa.

Me puse a cantar cosa que solo hacia cuando estaba completamente sola ya que siempre me habían juzgado por haberlo hecho.

Cogí el móvil y...

Cogí el móvil y

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OXYTOCIN - Billie Eilish Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora