Fear. (Secuestrada)

Capítulo 26.

Christian POV.

Había salido a tomar un paseo por las calles de la ciudad, con la esperanza de despejar mi mente.

O imaginar que todo estaba bien, que nada estaba pasado. Jamás funcionaba, pero me tranquilizaba el hecho de no estar en casa. Reí internamente, ya ni siquiera se sentía como una.

Tal vez debería dejarlo ir, al igual que Nicole, pero no puedo. Algo en mi interior me dice que estoy exagerando, que debería volver a mi antigua vida. Sonreír mas seguido, hablar mas con mi familia, pero no quería.

No quería olvidar. No quiero dejarla ir.

La quiero a ella, conmigo. Siempre.

Solo para mí, aunque sea solo por unos instantes.

Mientras caminaba por un desolado parque un trueno se escuchó, me detuve para mirar al cielo y observar la negrura de este. El clima había empezado a empeorar días atrás, el frío arrasaba los días, las tormentas eran fuertes y seguidas. 

Pequeñas gotas comenzaron a caer y retome mi camino, me puse el gorro de mi suéter y corrí hacía casa.

Cuando entre a casa, chorreaba agua de todos lados, me quite mi suéter y lo colgué en el perchero de la entrada, quite mis tenis y los puse en el tapete de la puerta.

—Nicole —murmure sentándome a su lado, siguió con su mirada fija en la televisión, parpadeando de vez en cuando—, si me necesitas llámame, estaré en mi habitación.

Ella continuó ignorándome y me pare del sillón, donde ella estaba sentada viendo una película antigua. 

Subí las escaleras y me metí a mi habitación una vez que llegue. 

Me despoje de toda mi ropa y entre a la ducha sintiendo el agua caliente caer por mi cuerpo.

Termine de bañarme y enrede una toalla a mi cintura, mientras que con otra secaba mi cabello. 

De pronto mi celular comenzó a sonar, deje caer la toalla con la que secaba mi cabello y corrí hacia mi teléfono.

—¿Hola? 

Nicole POV.

Después de que Christian se fuera, camine hacia una ventana y observe las calles. Otra tormenta estaba azotando la ciudad. 

El teléfono comenzó a sonar y camine hacia el.

—¿Quién habla? —respondí segundos después de haber contestado.

—¿Señorita Palme? —respondió el policía que llevaba el caso de Gwen. Mi corazón dio un vuelco al pensar que había nuevas noticias de ella—, tengo algo que decirle.

—¿Es ella? ¿Ya la encontraron? ¿Cómo esta? ¿Ya avisaron a su madre?

—Le pido que se calme señorita Palme —murmuro con voz tranquila—, lo que le voy a decir es importante y no quiero que se haga ilusiones.

...

Finalice la llamada sintiendo la adrenalina correr por mis venas, corrí escaleras arriba y abrí la puerta de la habitación de Christian.

—Apareció...

—Tengo que ir al hospital —murmuro Christian interrumpiéndome.

—Lo sé —susurre asintiendo, Christian se congeló en su lugar y me miró.

—¿Qué sabes? —respondió a la defensiva.

—Apareció —respondí mirándolo, la cara de Christian se descompuso totalmente y me miró sorprendido—. Me acaba de llamar el agente Richards, lo han encontrado. Estaba en un hospital a kilómetros de aquí, pero ya han pedido un traslado de hospital y esta aquí.— ¿Quién te lo ha dicho? —pregunté recordando lo que había dicho.