Capítulo 35. (1/2)

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PARTE I.

Gwen.

La puerta se abrió con un estruendoso ruido, sacándome de mis pensamientos.

--Hola preciosa --murmuró en mi oído, besando mi mejilla--. Te traje la cena.

No hice ningún movimiento o sonido y él suspiro.

--Amor --dijo, y se mantuvo en silencio varios segundos--, necesitas comer. Estás muy flaca y débil. Y tienes que estar fuerte, tenemos mucho por hacer, un futuro juntos. Y no quiero que te pase algo antes de eso.

Asentí cerrando los ojos. A fin de cuentas era lo mismo, no veía nada más que sombras.

--He estado pensando, y... La verdad es que ya no puedo mantenerte aquí encerrada --habló lentamente--. Y he decidido que tenemos que irnos, vamos a desaparecer juntos.

Mi mente quedó en blanco después de sus palabras.
¿I-irnos? ¿A dónde?

--Gwen... ¿No tienes nada que decir?

Negué con la cabeza lentamente. No estaba segura si él podía verme, pero estaba cansada de todo, y honestamente, ya no me importaba si él me hacía algo.

Sentí la cama hundirse a mi lado, y después un brazo rodeándome por la cintura.

--Estas muy fría --murmuró recostando su cabeza en mi pecho y manteniendo su brazo alrededor de mi cintura--. ¿Te molesta si me quedo así?

Negué con la cabeza.
--Háblame Gwen... --dijo con tal delicadeza, como si le estuviera hablando a una niña--. Vamos a hablar cariño, ya es hora, ¿no crees?

Me mantuve en silencio.

--¿No quieres saber nada de tu madre, Gwen? ¿De tus amigos? --preguntó, pero no fui capaz de responderle--. Excelente, esta era tu última oportunidad de saber algo de ellos, pero si no quieres saber nada, bien. Yo me voy.

Dijo molesto por mi silencio, mientras se ponía de pie.

--N-no --susurré con la voz entrecortada--. No te v-vayas...

Casi pude verlo sonreír.

--Bien cariño, ¿qué quieres saber? --preguntó volviendo a su antigua posición.

--Mi mamá --susurré--. ¿Ella está bien?

--Si por bien te refieres a un estado casi vegetal demasiado deprimente, sí, lo está.

Mamá... Lo siento tanto.

Cerré mis ojos mientras sentía mi cuerpo dar leves temblores debido a los sollozos que me habían provocado sus frías palabras.

--Cuando nos vayamos... --dije, tratando de sonar tranquila y segura--. ¿M-me dejarás llamarla?

--Sólo si eres una buena chica Gwen --murmuró varios segundos después.

--¿Y Nicole...?

--Ella está... En ese proceso de negación, ira, aceptación --dijo frustrado--. Aunque, llegó un punto en el que parecía zombie de un lado a otro sin decir ni una palabra. Incluso para mí era aburrido espiarla --murmuró--. Imagínate para su familia.

Nicole... Perdóname amiga. Te extraño.

--¿Es todo lo que quieres saber? --preguntó curioso.

No.
Pero tenía miedo de preguntarle por Harry, por Christian. Eso podría molestarlo, y era lo que menos necesitaba en estos momentos.

--Sí --murmuré insegura--. Estoy segura que si algo malo le hubiera pasado a mis amigos y familia, me lo dirías.

Ambos nos mantuvimos en silencio durante varios minutos, hasta que sentí que estallaría en una crisis si no ocupaba mi mente en algo.

--¿A dónde iremos? --pregunté--. ¿A dónde me llevarás?

--Siempre te ha gustado la playa --susurró--. Así que pensé que Miami sería un buen lugar para nosotros...

--Y yo... --susurré y me aclaré la garganta--. ¿V-voy a poder salir?

--Todo dependerá en qué tan buena chica vas a ser, amor.

Asentí en silencio y otra pausa nos envolvió, podía sentir el aire denso que nos envolvía. Comencé a inhalar y a exhalar tranquilamente para evitar perder la poca cordura que me quedaba.

Está bien Gwen, está bien. Solo respira.

Estaba apunto de hablar para romper esta asfixiante sensación cuando él me interrumpió. Levantó su cabeza de mi pecho y habló lentamente.

--Te faltó la pregunta más importante cariño --dijo, y pude ver su gran sonrisa a través de la oscuridad--. ¿No crees?

Mi corazón se detuvo en ese momento, sabía a lo que se refería. Y había tratado de evitar esa pregunta a toda costa.
Después de todo... ¿Realmente deseaba saber quién es él?

--Anda Gwen --dijo con un tono de voz que hizo que mi piel se erizara--. ¿Jamás te haz preguntado quién soy? ¿Por qué hice esto?

¿Lo había hecho antes? Una infinidad de veces, pero ahora no estaba muy segura de querer enfrentarme a esa realidad.
Conocer la respuesta a esas preguntas solo iba a hacer que todo se hiciera real. Que ya no vería a mi mamá nunca más, a Harry, a Nicole y a Christian...

Que me iba a quedar a su lado por el resto de mis días.

--Supongo que tu silencio significa que sí --dijo riendo--. Hazlo Gwen, pregúntame quién soy, cariño.

En mi mente, él era el pequeño diablo que me decía «hazlo, hazlo, hazlo.»
Pero mi subconsciente se negaba. «No lo hagas, así estamos bien. No lo escuches. Ignora sus palabras.»

N-no puedo. Pensé. No quiero hacerlo.

--¿Quién eres? --pregunté abruptamente en medio del silencio, interrumpiendo mis pensamientos.

Él se mantuvo callado durante varios segundos, haciendo mi espera larga y aumentando mis nervios.

A fuera no se escuchaba ningún ruido, la noche había caído ya, trayendo consigo más oscuridad y un silencio aterrador.

--Tú corazón está latiendo muy rápido --susurró, colocando su cabeza en mi pecho otra vez--. ¿Te gusta? ¿Qué yo esté aquí? --preguntó con cierta emoción en su voz.

No.
--S-sí --murmuré lentamente, midiendo su reacción. Pero él no movió ni un músculo.

Otra larga pausa llena de ansiedad se instaló ente nosotros. Y fue nuevamente él, quien la rompió.

--Cambie de opinión amor mío --dijo riendo--. Tardaste mucho y pensé... ¿Qué tal un intercambio? ¿Lo que yo quiero por lo que tú quieres?

--¿Lo que t-tú quieres? --pregunté temerosa.

Y él asintió, con su cabeza aún en mi pecho.

--Te quiero a ti, como en mis sueños.

Fear. (Secuestrada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora