El camino de las lágrimas ✓

☙ 01 ❧

Otra mañana en la que por inercia me levanto, tomo una ducha, me visto y salgo. Salgo a la vida, la rutina. Los mismos diálogos banales, la misma indiferencia, la misma monotonía.

Hubo un tiempo en que no era consciente de todo ello porque tenía un motivo, una persona que daba sentido a todo.

Pero aqui estoy ahora, escuchando al profesor de biologia, mientras Takemichi se mensajea cosas cochinas con Hina. No es que le este leyendo el chat, pero lo conozco, sonrie ladino y tiene las orejas rojas. Mientras miro las hojas caer lentamente al suelo, desde la ventana.

-Aaaah, como habla este viejo denso -suspiraba Takemichi mientras se acomodaba en su asiento-

 - Como si le prestaras atención -refunfuñe, aún con la mirada hacia afuera y el mentón sobre mi mano-

- Sobre eso quería hablarte, Chifu. Planeo abandonar la uni.

Takemichi nunca fue muy responsable cuando cursabamos la secundaria, pero desde que nos graduamos cambió bastante. Gran parte del cambio fue Hina, Sobre todo cuando comenzaron a vivir juntos. Por eso esta noticia realmente me asustó, para que tome una decisión asi debe ser serio.

- ¡¡¿Cóoomo?!! - Mi grito provocó que todos en el salón voltearan hacia nosotros, incluido el profesor que nos miró poco amigable.

-Shhh, después de la clase te cuento - susurró.

Al finalizar la jornada fuimos al café. Tenia una hora libre antes de entrar a mi trabajo de medio tiempo.

-Bueno, desembucha que no tengo mucho tiempo. -sentencie colocando los dos vasos de cappuccino.

Takemichi sonrió, tomo el vaso y lo elevó como si tuviera un trofeo. Lo miré expectante.

-¡¡¡Soy un macho Alfa!!! -exclamó

-¿Un quéee? Por favor sentate y explicame bien. -rogué.

- Hina esta embarazada y estamos muy felices. Pero con nuestros trabajos de medio tiempo no podremos mantener una familia así que postpondre mis estudios para más adelante.

Por un segundo quedé anonadado, Takemichi estaba feliz y las lagrimas ya comenzaban a escurrirle por el rostro. Me puse de pie, lo abracé y lloré con él.

[...]

Más tarde en mi trabajo pensaba ¿en qué momento crecimos tanto? Parece que fue ayer cuando nos escapabamos de clase para ir a andar en bici a la costanera. Parece que fue ayer que ibamos al burdel de Draken a ver si teniamos suerte y veiamos una teta mientras las chicas se cambiaban -nunca tuvimos suerte-. 

Parece que fue ayer cuando lo conocí... -Todavia- siento que fue ayer cuando lo perdí. 

Pero ya pasaron dos años.