☙ 12 ❧

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Domingo mediodía.

-¿No vas a comerte eso?

-No, me duele un poco el estómago.

-¿Te estuviste castigando con la comida? -preguntaba Senju, mientras me tomaba el Donburi de las manos.

-Un poco, anoche tomé vino hasta perder la consciencia, o algo asi.

-¿Cómo así? ¿En plan alegre o triste?

-Supongo que alegre.

Me se sonroje de inmediato al recordar, los inesperados sucesos del fin de semana.

-Dale, desembucha -dijo dándome un golpe ligero en la cabeza-. ¿A que se debe ese sonrojo?

Noté como a medida que le iba relatando mi historia, desde que me enfermé después de la fiesta hasta el desayuno frente al rio de ésta mañana, se le iba iluminando el rostro y se le dibujaba una gran sonrisa.

-¿Por qué esa sonrisa? -pregunté.

-¡Yo sabia! Desde el primer momento los shipee -dijo juntando sus manitos.

-Que infantil eres. No es asi. -respondi-. Anoche luego del vino me quedé dormido y por lo que vi cuando desperté a medianoche, a Kazutora le habia pasado lo mismo. Intenté despertarlo pero fue imposible.
Ha pasado mucho tiempo que no dormía con alguien más, y la noche anterior, que me senti mal, él me protegió. Por eso tuve ganas de abrazarlo cuando lo vi durmiendo en el suelo junto a mi. Creo que me recordó a Keisuke.

-Mucho texto -dijo rodando los ojos-. Sabés que no es asi, no hagas que me caiga mal la comida -sentenció-. El pibe te gusta y no te juzgo, parece modelo y ese tatuaje...

-¡Te estás babeando! Cochina... -dije empujándola suavemente.

Ambos reimos, pero de inmediato Senju se ponia seria y retomaba la palabra.

-No tiene nada en común con Baji, solo el cabello largo. ¿O debo recordarte las noches que te sentiste solo porque él nunca estaba o porque incluso estando ahi era como si no estuviera? Sin mencionar todo lo demás.

-Ya lo estas haciendo -respondi.

-¿Es así o no?

-Pero él me ayudó a salir de casa -susurré.

-¡Pero, pero, pero! Después de eso todo se fue a la mierda y cuanto fueron ¿Cuatro años? De una relación tóxica y violenta.

-Lo sé -respondí apenado, ya no queria seguir hablando del asunto, aún me dolía por lo que decidí cambiar de tema-. ¿Qué vas a hacer ahora?

-Esto no quedará asi -Senju me apuntó con los palillos-. Iré a hablar con Haru, quería hacerlo en el almuerzo pero preferí almorzar con mi bestie. -me guiño el ojo.

-Voy a sentirme sólo los fines de semana sin ustedes en el café.

Senju jugaba con los palillos y luego suspiraba -No tiene mucho sentido que continúe trabajando ahora que Emma se mudó a Tokio. Es momento para hacer algo en la empresa, no sé hacer mucho. Pero como secretaria podria funcionar.

-Si tuviera el rostro que tienen todos los de tu familia, sería modelo. -dije apoyando mi rostro en la palma de mi mano.

-No seas adulador -respondió sonrojada.

-Enserio tonta, encima tienen una editorial. Seguro tienen contactos. No te digo que sea de pasarela sino de publicidad. Piensalo.

-Ay, no lo sé. Qué vergüenza. Hablaré con mi hermano. ¿Vamos?

-Si.

Dejamos el dinero sobre la mesa y nos retiramos del restaurante.

Me dirigí hacia el estacionamiento, pero Senju se quedó parada en la puerta del local.
Volvi hacia ella y noté como los ojos le brillaban, de inmediato se le colmaron de lágrimas. Quise preguntarle qué sucedía, pero me abrazó antes de que pudiera hablar.

El camino de las lágrimas ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora