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Me encontraba frente al moderno edificio, sin dudas era el más alto y llamativo de la cuadra dónde sería mi nuevo lugar laboral y dónde pasaría la mayor parte del día.
Eché un suspiro y me acomodé la corbata, me sentía cansado, las ojeras reflejaban la mala noche que habia pasado.

Una vez dentro, me sentí un poco cohibido debido al ajetreo, personas yendo y viniendo con prisa de un lugar a otro.

—Nombre completo, por favor —pidió la recepcionista, una vez me acerqué a su lugar.

—Kazutora Hanemiya.

—¡Oh, es tu primer dia! —exclamó sonriente, luego de revisar en la computadora. Le devolví una sonrisa incómoda y agregó—: te esperan en el octavo piso. Espero te sientas cómodo y bienvenido.

—¡Muchas gracias! —respondí con una reverencia.

Una vez llegué al piso indicado caminé por un corto pasillo con oficinas a ambos lados, todas con paredes de cristal, se observaban todos muy concentrados en sus computadoras. Mucho más calmado que el piso de abajo.
Llegué a la oficina del director, según identificaba la placa colgada en la puerta, Imaushi Wakasa, Ceo.
Era la única oficina con persianas, golpeé y espere unos segundos a que me indicara poder entrar.

Ni bien ingresé me encontré con el jefe reclinado en una gran y cómoda silla de oficina, con los pies sobre el escritorio y una revista de paparazzis en las manos. Al verme se incorporó y se acercó a mí con la mano extendida. La estreché y él sonrió. Se veía más entusiasmado que yo.

—¡Kazutora! Que puntual eres —miró el lujoso reloj en su muñeca—. Incluso unos minutos antes. Me gusta que seas responsable, hay que ser activos porque sino el ocio gana espacio y no hay que perder tiempo, hay que vivir.

«Si Chifuyu lo escuchara, pensaría que tengo competencia a la hora de hablar»

—Si, no presté atención a la hora realmente. —respondí con simpleza—. Mientras no tenga que cortarme el cabello, realizar mi trabajo no será problema, sobre todo si se trata de algo que me gusta.

Me abrazó por los hombros y me guió hacia el escritorio.
—Ya te dije que no hay problema con el cabello, incluso, no hace falta que vengas de traje. Mírame a mí, me veo bien sin usar uno.

Bueno, con el aspecto increíble de Wakasa, se vería bien hasta con una bolsa de papas.
Los cabellos ondulados y rubios, casi blancos, brillaban con la luz del sol que se colaba desde la ventana trasera al escritorio. Su piel blanca como la leche y sus grandes ojos semi caidos, como un cachorro, con largas pestañas rubias que resaltaban el azul de sus orbes y unos pequeños pigmentos lilas, debajo una fina y recta nariz. Sin lunares, pecas, ni siquiera una mancha.
Vestía una camisa negra, arremangada hasta los codos y algunos botones desabrochados permitian ver un poco de piel. Zapatos y pantalón también negros, resaltaban aún más sus facciones y combinaban a la perfección con su blanco natural.

—Jefe, usted parece modelo. No sea modesto. —Respondí, tomando asiento luego de que me indicara que lo hiciera y él se sentara enfrente.

Sonrió y apoyó los brazos en el borde del escritorio.
—Lo sé, tú igual Kazutora. —dijo, prendiendo un cigarrillo, a las 9am—. Y por favor, sin formalidades. Llámame por mi nombre sin honorarios. En esta empresa trabajamos en un ambiente ameno y con mucha confianza.

—Será un placer.

—Muy bien. Te asigné la oficina que está junto a la mia y también junto a la de Senju, que por cierto ya debe estar por llegar. Suele llegar unos minutos tarde porque se empeña en traer ella misma el café. Pero no te preocupes, aquí hay una cocina con una cafetera y algunas cosas más… no sé, nunca entro ahi. En fin.
Te cargué unos archivos en la pc. Esta semana quiero que hagas algunas reseñas, son todas para evaluarte, no publicaré nada. Y la semana que viene quiero que escribas algo, poesía, literatura, no sé, lo que quieras —Asentí a cada indicación—. Como ya hablamos en la entrevista previa, esta es una revista semanal apuntada al público femenino y nos faltaba ese toque literario como para darle un poco más de cultura —mis ojos fueron a la revista amarillista que estaba leyendo cuando llegué. La tomó y dijo—: esto me sirve para saber si querrán hacer alguna nota más adelante, a los nuevos romances me refiero. Los escándalos quedan descartados.
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El camino de las lágrimas ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora