☙ 06 ❧

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Un atardecer, varios días después volvíamos a encontrarnos. Pero esta vez no parecía ser casualidad.

Me acerque hasta quedar frente a él. El rojo de sus manos indicaba que hacía tiempo esperaba en el frio.

– ¿Cuánto tiempo hace que estas aquí? –pregunté.

– No lo sé, el tiempo es relativo –dijo.

Lo miré perplejo. ¿De verdad creía que era buen momento para filosofar? Metí ambas manos en los bolsillos de mi campera y me giré de cara al rio. Observe como una a una comenzaban a encender las farolas y el cielo se teñía de azul.

– ¿Por qué me esperas? –pregunté.

Escuché un profundo suspiro, lo observé de reojo. Se encontraba apoyado con los codos sobre sus rodillas y su mirada dirigida al suelo.

– Las personas suelen creer que la primera impresión es muy importante. Lo cual en cierta manera lo es, por eso tratan de todas formas sonar formales y educados. Pero yo creo que para que la impresión sea buena, debe haber una buena interpretación a las palabras. –levantó el rostro para verme, yo había vuelto a girar para verlo.

– Y yo creo que, aunque "extraña" nuestra comunicación fue exitosa. –concluyó.

– Pues yo creo que hablas demasiado –dije, sentándome a su lado.

Una pequeña risita se escapó de sus labios – lo sé.

– ¿Qué hay con esos cafés? – pregunté.

– Nada.

– ¿Cómo que nada?

– Nop, nada. Tal vez si hubieras venido al día siguiente podrías haber disfrutado de uno –respondió, enarcando ambas cejas y formando una línea recta con sus labios.

Le arrebaté uno de los vasos de la mano y estaba vacío, luego tomé el otro y se encontraba de igual forma.

– ¡Te has bebido los dos! –me queje.

– Pues claro, no iba a desperdiciarlo por quinta vez.

<<Quinta vez>>

Silencio... Todo en este tipo era misterioso, pero más misterioso era yo que me sentía cómodo pese a tal comportamiento extraño.

– No creí que vendrías –dije luego de varios minutos.

– No te preocupes. Yo tampoco lo hubiese hecho en tu lugar. –respondió.

– Kazu ...

– ¿Sí?

– ¿Kazu es tu nombre?

– Oh –de inmediato se puso de pie, me extendió la mano –Kazutora Hanemiya. Mucho gusto.

– Bueno, Kazutora, soy Chifuyu Matsuno y supongo que te debo un café – respondí tomando su mano.

– Un skinny caram-

– Caramel macchiato –completé.

Kazutora, sonrió. Pude notar que, pese a su seriedad para hablar, sonreír era un hábito en él.

Volvió a sentarse a mi lado, sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo y colocó uno en sus labios, antes de encenderlo me ofreció uno. Lo rechacé amablemente.

Observe su perfil y en la manera que sus cabellos se mecían con el viento y cómo el humo del cigarro parecía danzar junto a ellos.

<<Hermoso>>

El camino de las lágrimas ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora