A veces creo que él es un ángel que el cielo me mando para calmar mi soledad, ¿ sabe doctor?, aun ahora aunque yo este aquí y él esperándome allá fuera no me siento del todo solo por que se que alguno de estos días podre salir de aquí y lo primero que are será ir a su encuentro.
– Pero sabes que si no continuas con el tratamiento es probable que no salgas en algún tiempo.
– Lo se doctor, por eso le seguiré contando el como lo encontré, pero recuerde que prometió ayudarme a salir de aquí.
El doctor asintió e indico a XingChen que continuase con aquel relato.
Tal como lo pensaba nadie se había dado cuenta de mi paseo nocturno, mas sin embargó si me había enfermado, al parecer andar a pleno aguacero no había sido una idea muy buena, esa mañana no asistí a clases, así que de alguna manera me había quedado solo pues A-Qing y mis padres si se habían marchado, una al colegio y los otros a sus asuntos, después de desayunar salí a rondar por el jardín, debía encontrar el lugar por donde aquel chico entraba, después de rondar un tiempo di con aquello que buscaba, había un hueco pequeño en la valla, estaba tapado con algunos arbustos por lo cual nadie lo había visto pero quitando estos quedaba un agujero lo suficiente mente grande para que alguien pequeño cupiese por el, me levante y gire hacia todos lados, no había nadie por allí cerca cada quien andaba muy metido en sus asuntos además nadie me había visto salir así que creían que estaba dormido en mi habitación, con cuidado me metí por aquel lugar, me arrastre despacio hasta salir por el otro lado, me levante y sacudió mi ropa, luego levante la vista, no había mucho que ver, sólo un terreno vacío bueno casi del todo vacío pues al final de este se divisaba una pequeña casita, muy vieja de madera y techo de tejas, estaba en tan mal estado que parecía un ancianito de aquellos que ya no pueden detenerse derechos, el patio de esta casa estaba desértico, no había flor alguna o césped solo una tierra árida como si en ella no hubiera llovido en años a pesar de que la noche anterior hubiera caído un tremendo aguacero.
Camine hasta aquella casa y cuando estuve completamente cerca pude ver que estaba peor que de lo que me había imaginado, las maderas de esta eran viejas la polilla había destruido parte de ellas, las tejas estaban llenas de fango, y las ventanas yacían cubiertas con unas cortinas de un color negro que por el efecto del sol sobre ellas ahora parecían grises, a mi parecer era imposible que alguien viviese ahí, gire mi cabeza para buscar alguna otra vivienda pues aquel niño debía vivir por aquí cerca, pero no, no había ninguna otra vivienda, decidí entonces dar la vuelta al rededor de ella pero todo esta igual, ni rastros de que allí pudiese vivir alguien, trate entonces de entrar pero la puerta parecía cerrada por dentro, estuve un tiempo allí parado en la entrada a aquel lugar sin saber exactamente que hacer, después de un rato caí en cuenta que nada sucedería y que los empleados se darían cuenta de mi desaparición así que sin ánimos regrese, con mucho cuidado entre a mi habitación tome un baño y me recosté, todo el resto del día transcurrió normal, mis padres y hermano llegaron pero nadie fue a verme yo ya estaba acostumbrado a esto así que no tome aprecio y espere paciente la noche, quería volver a ver a aquel chico.
Como a eso de la media noche justo cuando la luna brillaba en lo alto me levante y me acerque a la ventana, nada, no había nada, pensé que él estaría allí jugando como la otra noche pero no había nadie, jale un sillón que había en mi cuarto y lo arrime a la ventana tome asiento en este y espere, podía escuchar el lento tic-tac del reloj que me indicaba cada segundo que iba muriendo lentamente, mi vista no se movía de aquel jardín que hoy resplandecía con la luz de la luna que lo bañaba en sus ríos de plata.
No supe cuando me dormí, solo sabia que había estado soñando con un inmenso color rojo, el cual me arrastraba en sus olas como si de una basura se tratase, yo intentaba salir pero este me arrastraba mas y mas hacia su interior, cuando ya estaba lo suficientemente dentro que incluso no podía ver nada que no fuera aquel rojo, sonó mi despertador trayéndome de vuelta a la realidad, seguía en ese sillón pero ahora podía sentir los rayos de sol que me daban de lleno en el rostro, me levante con pereza y camine hasta llegar a aquel despertador que seguía sonando, sus pitidos inundaban toda la estancia, lo tome en mi mano y lo apague, empecé a desnudarme para entrar en la ducha y arreglarme para el colegio, sabía que hoy ya no tenia permitido ausentarme, cuando ya estaba vestido salí al comedor mis padres ya estaban allí, salude mas por costumbre que por otra cosa pues sabía que ellos no me contestarían, tome asiento y una de las empleadas me acerco un vaso de jugo de naranja y tostadas untadas con mermelada, comí en silencio para luego salir, el chofer ya me esperaba fuera, en el colegio no ocurrió nada fuera de lo común.
Por la tarde cuando estábamos de regreso fije mi mirada en aquella casita que había visitado el día anterior, para mi sorpresa pude ver una mujer que lavaba ropa o eso había estado haciendo pues justo ahora tendía al sol algunas prendas, le pedí al chofer que parara un momento, este parecía que se negaría pero termine convenciéndole, baje rápido y camine hacia a la mujer al verme se quedo parada a medio tender observándome como si fuese un bicho raro.
La invadí con preguntas de todo tipo todas relacionadas con aquel chiquillo, ella parecía asustada y cuando por fin pudo hablar me contó que ella no tenia pequeños que era viuda y que vivía sola, le insistí para que me contara la verdad pero parecía que ella no daría su brazo a torcer, así con mas preguntas que respuestas me aleje y trepe al auto, pero ella no me convencía, algo escondía y yo lo descubriría.
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EL ROJO MÁS PROFUNDO
FanfictionRojo, si tuviese que buscar alguna palabra para describirlo sin duda seria rojo, pues su mirada era de un rojo profundo. Au Moderno XiaoXue Porque nuestros protagonistas merecen un final feliz juntos. Los personajes pertenecen a la fabulosa autora...