Capítulo 23

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Ya hace un par de meses desde que empezó el curso, y la verdad es que han pasado muchas cosas en poco tiempo. Obviamente uno de los mayores cambios es que Colo y yo ya no estamos juntos. Las primeras semanas fueron terribles, la verdad, y no solo porque teníamos trabajos en grupo y responsabilidades conjuntas que nos obligaban a interactuar a diario, sino porque la culpabilidad me estaba matando por dentro.


Ya sé que he sido un imbécil, pero eso no quiere decir que Colo me dé igual y que no me importe ver lo hecho polvo que está por mi culpa. Y aunque me hubiera gustado volver a disculparme, las palabras no salieron de mi boca.


Porque sabía que no surtirían ningún efecto en él.


Después del primer mes la cosa mejoró bastante, y volvimos a hablar...con cierta normalidad. No era lo mismo, por supuesto, pero al menos el ambiente no se sentía tenso. Y sé que en parte era gracias a Subaru, aunque se esforzara por ocultar su teléfono delante de mí y pusiera excusas cuando salía de la habitación para no decirme que había quedado con Colo. Le estoy agradecido por cuidar de él, así que nunca hice preguntas.


Ya no es asunto mío.


En cuanto a Gaga...no tuve valor para volver a verlo en persona. No porque estuviera avergonzado de mi comportamiento, que también, sino porque sentí que él estaba atravesando un momento de cambio...del que yo no era parte.


Supongo que Nozomi le gusta en serio.


Y creo que ya la he cagado lo suficiente para lo que queda de año. Esperaré hasta que sea el momento indicado...


...y espero que me responda al teléfono cuando eso pase.


Por mientras, yo también necesito mostrar que he madurado y dar un paso adelante que me da mucho miedo, pero que es necesario.


–¡Leo, cariño!–mi madre estaba en el jardín cuando llegué, cuidando de sus plantas–Has venido temprano, ¿no tenías clase por la tarde?–se sorprendió


–No, este año salgo pronto los viernes.–abrí la puerta–¿A qué hora vuelve papá?–


–Me ha dicho que hoy llegaría pronto, tiene muchas ganas de verte.–


–Ah, bueno...he pensado que podríamos salir a cenar fuera hoy, con mi hermana también.–ofrecí


–¿Mm? ¿Y eso? ¿Celebramos algo?–probablemente mi madre ya se estaba haciendo ilusiones de que me fuera a casar y a darle varios nietos


–Más o menos.–


Y así fue. Cuando mi padre llegó los cuatro salimos juntos a cenar a un local de sushi lleno de familias como nosotros. Igual que en las películas.


Aunque lo que estaba a punto de pasar sí que iba a ser de película.


Blue LagoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora