Capítulo 12

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No me atreví a contarle a Colo que Gaga me había besado (y que por alguna razón yo le había correspondido) así que me hice el loco toda la semana y fingí normalidad. No es que no tenga confianza para decírselo, es que aún no tengo muy claro lo que pasó ni yo mismo.


Y como no podía ser de otro modo, precisamente esta semana mi querido compañero ha decidido que quiere pasar tiempo en la habitación, por lo que esta vez he sido yo el que apenas ha pisado el cuarto: iba mucho más al gimnasio, hacía todas mis comidas en la cocina o la cafetería y salía a correr por el campus por las tardes. Aun así he de decir que Gaga estaba actuando con toda normalidad, como si nada hubiera pasado. ¡Y no sabía si eso era bueno o malo!


Así que decidí que sería un buen momento para pasar un fin de semana en casa y despejarme del ambiente de la universidad. Llamé a mi madre para avisarla y por supuesto estuvo muy contenta y me dijo que me prepararía tooodos mis platos favoritos y tal y tal y tal. La quiero mucho, la verdad.


–Oye, Gaga...–era la primera vez que yo iniciaba una conversación desde lo del beso–Este finde no voy a estar.–


–¿Mm? ¿Y eso?–me miró


–Vuelvo a casa.–


–Oh, claro.–parecía triste de oír aquello


¡Pero si él nunca está! ¿Ahora me va a echar de menos?


¿...igual le gusto en serio?


Nadie me preparó para ser popular entre los chicos. ¿Cómo se lleva esto?


**


Hayato y yo llevábamos un par de minutos caminando, y aunque me sentía como en una nube yendo de su mano, no podía dejar de darle vueltas a que esta era mi primera y única oportunidad de estar con él en una situación tan íntima.


–Hayato...–así que me detuve frente al primer hotel por el que pasamos


–¿Ah?–me miró estupefacto


–¿Quieres que...entremos?–me atreví a formular aquella pregunta, aunque seguía sin estar seguro de si estaba tomando o no la decisión correcta


–Mm...–él se quedó observando la entrada del hotel, y luego volvió a mirarme a mí–¿Eso es lo que quieres?–no me soltó la mano en ningún momento


–...–


¿Tan evidente era mi indecisión?


–Creo que será mejor no entrar.–me dedicó una de sus enormes sonrisas, y seguimos caminando


–Mm...–por alguna razón me sentí algo triste ante ese rechazo


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