Capítulo 4

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La alarma de mi teléfono me despertó a las siete de la mañana del martes para lo que me hubiera gustado que fuera «mi gran primer día oficial de clases». Claro que yo no había contado con la fiesta de anoche, ni con el hecho de que no había podido dormir ni dos horas del tirón por los vómitos. Estaba destrozado.


Gaga no había venido a dormir en toda la noche, así que supuse que habría estado con una de esas «amigas de Rio». Al menos me alegro de que no la haya traído aquí sin avisar, porque no quiero imaginarme la situación de ellos acurrucados haciendo vete a saber qué y yo queriendo levantarme a vomitar otra vez. En fin, espero que esto no sea nada que una ducha caliente y un café no puedan arreglar.


Nuestra primera clase fue teórica y me esforcé mucho por apuntar todo lo importante y mantenerme alerta durante las dos horas de asignatura, lo que fue relativamente fácil a comparación de lo que me esperaba después. Sí, efectivamente, una clase práctica.


Hacer deporte.


Sin haber dormido.


Sin haber desayunado nada más que un café.


Habiendo bebido y vomitado hasta los pulmones la noche anterior.


¡Y lo peor de todo es que Tamaki, ese tío que había estado besándose con una chica en la misma fiesta, que probablemente habría bebido más que yo y dormido aún menos por estar manteniendo relaciones, iba por ahí corriendo y pavoneándose delante de las chicas que habían venido a verle como si no hubiera pasado nada! ¡¿De qué está hecho este tío?!


–¿Leo? ¿Estás bien?–Colo no pasó por alto mi mala cara


–Ah, sí...es que...anoche fui a la fiesta.–


–¿Aah? ¿En serio?–


Ya, yo tampoco me lo creo.


–Me invitó mi compañero de habitación...y no sabía cómo decirle que no...–


–¿Tanto bebiste?–


–Qué va, solo dos copas, pero me sentó fatal...–


En el fondo me daba vergüenza proyectar aquella imagen delante de la única persona de mi carrera con la que había hecho amistad el primer día. ¡Yo no soy el tipo de persona que deja de lado sus responsabilidades y se va por ahí a beber!


–¡Venga, que no decaiga el espíritu!–Tamaki nos adelantó corriendo


–...y este por qué tiene tanta energía.–Colo me miró, y me alegré de no ser el único al que le parecía un tío raro


–No tengo ni idea, anoche estaba en la fiesta con una chica...besándose ahí en mitad del bar...–


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