La pesadilla

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***

Remus. Remus. Remus con Thonks. Remus con su sobrina Nymphadora.

Dolor. Dolor. Dolor.

Estaba caminando en la cornisa de aquella destartalada casa en donde había visto mil y un veces a Remus convertirse en un animal, ni siquiera sabía cómo había llegado ahí, pero se estaba paseando con descaro por el filo sin importarle una mierda nada. Porque dolía. Algo en su pecho dolía como nada nunca antes había dolido.

"— No, Sirius. Las cosas cambiaron, tú y yo cambiamos. Entiendo lo que dices, pero creo que no estás entendiendo la situación en la que estamos. Ya no somos niños corriendo por Hogwarts buscando dónde meterse mano. Somos adultos y hemos pasado por tanto, pero... — El castaño se llevó una mano co frustración al cabello casi canoso, sus ojos se veían bestiales como en la noche de Luna llena. Estaba obviamente exasperado con la situación y mientras tanto Sirius estaba ahí, quieto, sintiendo cada palabra como una cuchillada. Hubo un breve contacto visual y Remus suspiró, pellizcando con dos dedos el puente de su nariz. — Mira, te amo, ¿bien? Siempre voy a amarte, pero ya no de la misma forma. Hemos sido amigos, ¿no es así? Mejores amigos. Siempre seremos amigos, ¿entiendes? — Parecía que estaba divagando, tratando de encontrar el propio rumbo de sus palabras. Sirius se estaba perdiendo mientras este hablaba. Porque todo dolía. Cada palabra pronunciada, cada mueca del contrario... todo dolía. — Pero ya no puedo sentir más que eso. Sé que no te gusta y que probablemente no lo entiendas, pero Dora me ha ayudado mucho, ha estado aquí y está aquí ahora para mí. — Cuando Remus dijo eso, Sirius quiso gritar todo lo que se le venía a la cabeza "¡yo estoy aquí para ti, maldito idiota insensible! ¡Yo estuve aquí antes que ella! ¡Yo quiero estar aquí porque te amo!" Pero se le ocurrió que eso debía ser ciertamente insufrible de su parte. Él sabía los errores que había cometido desde aquella vez en quinto año. Sabía que en el fondo esas eran cosas que ni siquiera se había perdonado a sí mismo. Errores. Sirius era un hombre lleno de errores, proveniente de una mala cuna. — Lo siento. Tuvimos nuestro tiempo, un amor adolescente, pero es tiempo de seguir adelante."

Seguir adelante... ¿qué significaba para Remus seguir adelante? ¿Qué estaba pasando? Pensó que aquel abrazo cuando se reencontraron era aquella cosa que sellaría el hecho de que estaban juntos de nuevo, pero no. Vaya mierda.

Recordó una vez, antes de que James y Lily fueran enserio, que tuvo una plática muy "profunda" con su mejor amigo.  Le había dicho "Me estoy muriendo, Sirius. Me estoy muriendo y ella ni siquiera parece interesada en lo que me pasa. La veo y siento que me muero. Me dice que no y siento que me muero." Vale, estaban ambos fumándose un porro y ninguno estaba al cien, pero por alguna razón Prongs se había puesto especialmente sensible. Sirius se había reído de él, obviamente, diciéndole que de amor no se moría nadie. Pero ahora sabía que eso era una mentira. Porque él se estaba muriendo enserio y era una agonía distinta a a todos los tipos de dolor que había conocido. El adorable de Harry trataba de hacerlo sentir mejor, pero no podía. Porque se estaba muriendo sin Remus. Se estaba volviendo loco y las voces en su cabeza parecían ser sus únicas aliadas... o algo así.

"Eso te hace una perra egoísta, Moony necesita algo de diversión, hombre. Está feliz, déjalo ser." La voz en su cabeza sonaba un poco como Lily, siempre protegiendo al pobre de Remus. Pobrecito y jodido Remus que le estaba rompiendo el corazón. "Ya sabes bien que de amor no se muere nadie" de nuevo la voz, pero esta vez quiso replicarle que había estado equivocado, pues cuando le dijo eso a James ni siquiera había estado enamorado antes. Ahora lo entendía y supuso que sólo la gente que amaba podría sentirse así. "No, sólo la gente que ama y no es correspondida se siente así" le corrigió de nuevo, aunque tuvo que estar de acuerdo. Era verdad. Sólo te mueres cuando amas y no hay amor de vuelta.

~A married life~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora