~A married life~

Tomar decisiones posibles

Era jueves.
Era un día de la semana tan dulce como doloroso.

Sirius había salido de la cama porque necesitaba un respiro y, de paso, un cigarrillo. No le gustaba fumar, el sabor era horrible, detestaba que ese gusto amargo se quedara en su boca por días, pero desde marzo había comenzado a hacerlo sin parar, en especial los jueves. Era octubre y el frío del balcón le calaba los huesos, no estaba bien que saliera sin camiseta con el clima así, sin embargo, eso era el menor de sus malestares. Se sentía frío por dentro, roto.

Llevaba meses así y estaba totalmente consciente del motivo de su tristeza, porque justo en ese instante este dormía en su cama, ajeno a las lágrimas que resbalaban por sus mejillas. Tampoco le gustaba llorar, le hacía sentir débil, pero dolía tanto y era tan cansado amarlo de esa forma... era sencillamente doloroso. Exhaló el humo mientras cerraba los ojos con fuerza, sintiéndose más solo que nunca. Era horrible.

Habían establecido reglas cuando fue innegable que eso se repetiría tanto como se pudiera. Sirius le pidió un día (mínimo) a la semana, Remus dijo que de ser así ese sería el único día donde podría ser suyo, porque los demás les pertenecía a su esposa y a su hijo. Su familia. La verdadera familia que esperaba por él... No había dudado en aceptarlo, por supuesto que no. Incluso le pareció justo en ese momento, porque de eso a no tenerle ni un momento, prefería aquel trato desventajoso.

Pero ahora sólo podía pensar que le hubiera gustado pedirle más. Más días, más de sí mismo, más... sólo más.

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Miren, la cosa es que la idea anterior me encantó lo suficiente para decidir hacerla trilogía y omgggg, la inspiración me golpeó durísimo y ya está la segunda parte terminada. Ojalá puedan ir y darle amor, les va a gustar, yo lo sé.

¡Les prometo cosas bonitas y dulces para compensar el dolor!
Les amoooo, later.