La boda I

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Una corbata y una historia de amor

Era un día feliz de 1995, en el ambiente se percibía el aroma característico del amor y los inicios de otoño. La fecha perfecta para una boda entre un par de almas gemelas.

— ¿Necesitas ayuda, amigo? — Preguntó Sirius entrando al cuarto de su hijo, quien batallaba angustiosamente contra la corbata muggle que le habían dado.

— Esta cosa quiere matarme. — Dijo el menor con el ceño fruncido y un puchero mientras su cabello se teñía de un rojo furioso. — ¿por qué tiene que ir tan apretada?

Sirius rió de forma canina y se acercó para terminar de liberar el apretado nudo que el niño había hecho, arreglándolo y haciendo que el cabello rojo cambiara a un tono negro intenso y más largo, lo que instintivamente le provocó una amplia sonrisa al ver que estaba tratando de imitarlo.

— No es que tenga que ir apretada, estabas haciendo mal el nudo. ¿Ya estás listo? — Era la persona más impaciente del mundo, pero al menos entretenerse con su cachorro le hacía no pensar demasiado en lo que horas después le esperaba.

— No me gusta esto, el traje es incómodo y tonto. — Respondió el pequeño Teddy mientras hacía pucheros. — ¡¿por qué debo estar vestido así?!

Suspiró en vista de que su hijito estaba dispuesto a hacer un berrinche, así que se dejó caer de espaldas sobre la cama, prometiendo que luego se lanzaría un hechizo para mantener la ropa pulcra.

— Bueno, debes usarlo porque hoy voy a casarme. — Dijo de forma obvia, llevándose un brazo de forma dramática a la cara.

— ¿Qué? Pero tú y papá ya están casados... — Dijo frunciendo sus labios, olvidándose por completo del anterior pleito. Se sentó a un lado en flor de loto a un lado suyo, dejándose llevar por la curiosidad.

— No, no lo estamos. Sólo decimos que lo estamos, pero no habíamos tenido tiempo para tener una fiesta ni una ceremonia real. — Confesó, dirigiéndole una mirada divertida al niño de cinco años, quien parecía cómicamente sorprendido.

— P-pero ustedes han tenido fiestas... como Halloween. ¡Tuve una fiesta grande por mi cumpleaños número cinco! — Dijo como si pensara que era la tontería más grande del mundo, probablemente lo era. Sirius se rio un poco, pero luego se sentó también, mirándolo de nuevo, jugueteando con la argolla en su dedo que usaba desde que habían salido de Hogwarts.
— Además también tienen anillos. Como tío James y tía Lily, ellos están casados y por eso usan anillos, tía Lily lo dijo. — Dijo el menor algo a la defensiva y Sirius asintió.

— Bueno, sí. Ellos están casados, por eso usan anillos. Nosotros usamos esto porque nos amamos mucho desde siempre, pero antes no podíamos casarnos porque a los demás no... — Odiaba esos momentos de ser padre, ¿debería decirle la verdad a su hijo o seguir dejándolo vivir en un mundo hermoso? Ser realista a veces era ser demasiado cruel. Moony lo habría explicado mejor pero las tontas de Marlene y Jazz lo habían llevado a otra ala de la mansión Potter para que no se vieran. Demonios. — No siempre... a veces hay personas que no están de acuerdo con qué personas como tu papi y yo nos amemos. Entonces, eso nos impidió tener una boda como la de Lily y James, ¿de acuerdo? Pero yo amé a tu padre desde que lo vi cuando nos conocimos en Hogwarts, él también se enamoró de mí en cuanto me vio, ¿cómo no podría haber caído por mis encantos?

Ese chiste hizo reír a su hijo y luego le dio una mirada que reflejaba cierta seriedad.

— Papi, yo creo que es muy lindo. — Dijo de pronto el menor, confundiéndolo un poco. — quien diga que no, es tonto.

Eso por poco lo hizo llorar de la felicidad. Estaban haciendo un gran trabajo criando a su cachorro.

— ¿Sabes? Estoy feliz de no habernos casado antes, porque así, tú puedes estar con nosotros en este día tan especial, aunque no te guste usar traje. — Guiñó un ojo, después Teddy se abrazó con fuerza a él.

— ¡Sirius! ¡Sal de ahí que ya es hora! — La voz de Lily se escuchó fuera de la habitación y ambos, adulto y niño, se separaron del abrazo paternal, sonriendo. Ahora su pequeño bebé tenía los ojos grises pero el cabello azul eléctrico.

— Vamooooos, papá está esperando. ¿Puedo estar junto a ustedes? — Tomó su manita en lo que caminaban por el pasillo hacia el jardín que ya estaba decorado para la ocasión.

— Por su puesto que si, cariño. ¿Quieres caminar conmigo al altar para ver a papá? — Después de un efusivo asentimiento, lo tomó en brazos, escuchando como la marcha nupcial empezaba. Su corazón latía con fuerza ante la emoción, se sentía joven, estúpido y enamorado como aquella vez que tuvieron esa unión en aquel bosque, sólo con sus amigos presentes. Estaba completamente feliz de que su boda fuera a esa altura de sus vidas. Con su hijo en brazos y un montón de amigos y conocidos felices por ellos.

— Vamos, amigo. — Y dicho eso, empezó a caminar a paso lento rumbo al altar, vislumbrando a su prometido mirándolo a él y a Teddy con adoración. Esa sería una boda inolvidable.

Continuará...

— — —
Queridas, querides y queridos.

Empecé a pensar muchos hc de la boda entre nuestros amados bebés y he decidido escribirlos. Quise empezar con este porque Teddy será una parte fundamental de la boda.
Quiero aclarar que aquí, en mi versión, Teddy tiene cinco años y nació en los 90's, así que es diez años menor que Harry (él tiene quince para la boda) y ajá.

Eso es todo por ahora, esperen las demás partes. Lov u all✨✨✨

~A married life~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora