City Of Dark

Capítulo 7

La noche pasó de manera lenta, cada minuto que pasaba me mataba, sentía el dolor en mi corazón, nunca había experimentado la muerte de un ser querido hasta ahora, aceptar que mis padres se habían ido de este mundo era difícil de procesar para mí y pese al dolor que sentía no había nada que pudiera hacer, sabía que debía ser fuerte si lo lograba entonces el sacrificio de mis padres no sería en vano, tumbada en el suelo del supermercado me dediqué a llorar en silencio pues de ese modo dejaba salir mi dolor no pasó mucho tiempo hasta que pude conciliar el sueño.

Un susurro seguido de un ligero soplido me hizo despertar no tenía idea de que hora era y a decir verdad cuando abrí los ojos me sentí muy perdida, Marshall estaba ahí sentado a mi lado.

-Olive, vamos- dijo y sin saber a que se refería lo seguí en silencio, parecía que me había llamado por un largo tiempo pero yo no era de las personas que se despertaban con facilidad, Marshall sabía eso, llegamos a la bodega del supermercado corrió la vieja cortina negra y encendió una vela, lo miré extrañada, conocía a mi mejor amigo más que a nadie por ende era consciente de que algo lo abrumaba.

-¿Qué ocurre Marsh?-pregunté observando un antiguo reloj rojo pegado en la pared, eran las 5:30 am, mi mejor amigo se alejó de mí y caminó hacia una repisa tomó una pequeña bolsa dejando la vela en la repisa, suspiró pesadamente y cerró los ojos, verlo así me preocupaba.

-Yo Olive sabes que te quiero mucho ¿verdad?- comenzó jugueteando con su ondulado cabello, bajó la mirada y un escalofrío me invadió, ¿a qué venía todo esto? Me pregunté.

-Lo sé

-Sé que no es el mejor lugar para decirlo y mucho menos ahora que has pasado por mucho- supe entonces que se refería a la muerte de mis padres quizás estaba preocupado por mí pero eso era de lo último que quería hablar.- no quiero incomodarte con ese tema y quiero que sepas que tienes todo mi apoyo, no sé lo que es perder a un padre e imagino lo doloroso que puede llegar a ser tal vez no quieras saber nada ahora y puede que no tenga sentido decirlo ahora pero si no lo hago entonces me sentiré como si fuera el peor amigo.- su blanquecino rostro se volvió aún más pálido y sus ojos carecieron de vida.

-Marshall, no sé que quieres decir con todo esto pero por favor te suplico que no hablemos más de mis padres- lo vi asentir y bajé la cabeza para evitar que viera que mis ojos comenzaban a tornarse rojizos, tomó una de mis manos como si buscase valor para hablar, sonrió con amargura y soltó mi mano para luego sentarse en una caja al lado mío, señalo la otra caja y tomé asiento.

-Es sobre ese día.- dijo entrelazando sus manos- el día de la cacería.

Sus palabras me sorprendieron, eso no era algo que yo esperase que dijera, siempre había evitado hablar del tema pero Marshall era el hermano de Steve a pesar de eso nunca se enteró por completo de lo que sucedió ese día, busqué algo que decir en silencio pero él se adelantó.

-No es necesario mentirme diciendo que nada malo ocurrió por que estuve ahí, vi lo que sucedió.- confesó

Ante escuchar lo que mi mejor amigo presenció aquel día me sentí horrorizada, todo este tiempo conocía la verdad y no dijo nada por temor a que algo pudiera sucederme, quise llorar, una parte de mí se negaba a creer que eso fuera real, creía conocer a Steve como a la palma de mi mano y esta versión era tan distinta, siempre supe que algo no encajaba del todo, me sentí frustrada si esto era cierto entonces todos corríamos peligro, me negaba a aceptar que él no era una persona común sino un psicópata; Salí de la bodega sin saber como reaccionar, estaba enojada y decepcionada, la persona que conocía no era quien decía ser, Marshall me siguió pidiéndome que parara, que debía tranquilizarme, pero seguí caminando hasta llegar a la sección donde los chicos dormían tenía que enfrentarlo sin embargo, lo único que pude ver fue una escena que me hizo retroceder unos cuantos pasos, quería que negara la nueva versión, que dijera que no era una mala persona y que jamás haría daño a nadie pero con lo que me encontré fue con la clara imagen de Jaden y Dafne besándose en el pasillo, al verme se separaron, pasaron los segundos más largos de mi vida pero nadie decía nada, al ver que no dirían nada sonreí, en el fondo siempre lo supe pero esperaba que no fuera verdad.

-¡Olive!- gritó Jaden caminando hacia mí, comencé a correr hacia mi sección, quería dormir y pretender que no me dolía verlo, en algún momento me alcanzó y tiró de mi muñeca hasta tenerme cerca, lucía incómodo y asustado.- no es lo que parece, lo juro, puedo explicarlo.

-No- cerré los ojos por un momento, no dejaría que viera el daño que me estaba haciendo, con mi otra mano lo empujé logrando así zafarme de su agarre.- Ni siquiera te molestes, te agradecería si me dejaras en paz a partir de ahora, esto se acabó.

-Por favor Olive, yo te amo, esto no, es un error lo juro trató de tomar mi mano otra vez pero no lo logró.

-¡Aléjate de ella!- gritó Marshall colocándose en medio de nosotros, tomó mi mano y apuntó a Jaden con el dedo índice.

- ¿O qué? ¿Qué harás?- preguntó tomó su mano y la torció, Marshall dejó salir un grito de dolor y los separé enseguida.

-Ya basta, nunca pensé que fueras capaz de hacer algo así Jaden, te pido que no te acerques a mí de ahora en adelante.

-¿De verdad estas así de molesta? ¿Por qué lo defiendes tanto? Solo déjame hablar contigo te juro que no es lo que tú piensas.- se acercó y retrocedí junto a Marshall, esta situación comenzaba a cansarme.

-No pienso hablar contigo, déjame en paz.- le dije, a lo lejos vi a Dafne quien parecía divertirse con lo que pasaba, Jaden hizo ademan de querer tomar mi brazo cuando Steve apareció, tiró de su camisa y lo alejó de nosotros.

-Te ha dicho que no te acerques a ella ¿Es que no puedes entender? Y ni se te ocurra tocar a mi hermano, este no es el mejor momento para ser un imbécil sería mejor que vayas y descanses, te recuerdo que todos podemos morir si nos quedamos aquí.- le dijo en un tono amenazante, luego lo soltó logrando así que Jaden le diese una sonrisa forzada y chocara su hombro con fuerza al irse a su pasillo.

-¿Están bien?- preguntó Steve preocupado, yo asentí y en voz baja le agradecí, su hermano lo miró angustiado pero no comentó nada hasta que me alejé de ambos, Grace también estaba ahí, no me di cuenta porque estaba detrás de nosotros, al verme me rodeo con sus brazos y me consoló hasta que el sueño nos invadió a ambas, sin duda alguna este había sido el día más largo y pesado de mi vida, lo había perdido todo y había ganado una verdad, ahora me quedaba claro quien tenía razón.