Capítulo 9

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Tiempo, aquello que tenemos pero nunca es suficiente, pasamos la vida quejándonos de no tener tiempo suficiente cuando la realidad es diferente y una vez que tu tiempo se acabó lo logras ver, todo ese tiempo que alguna vez desaprovechaste

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Tiempo, aquello que tenemos pero nunca es suficiente, pasamos la vida quejándonos de no tener tiempo suficiente cuando la realidad es diferente y una vez que tu tiempo se acabó lo logras ver, todo ese tiempo que alguna vez desaprovechaste.

Poco importaba lo sorprendidos que estábamos con el acto de Marshall y la reciente cuenta regresiva junto con esa temible neblina, ahora solo debíamos enfocarnos en salir sin ser vistos y sin poder ver con claridad, ese día estaba decepcionada y molesta, ni siquiera podía ver a Marshall a la cara, sabía que estaba asustado, todos lo estábamos pero el hecho de perderlo me dejaba un mal sabor de boca seguido de un dolor en el estómago, pensar en perderlo me irritaba, ¿Cuántos más perderían la vida mientras buscaban libertad? La simple idea de imaginar la cantidad de heridos y muertos me causaba nauseas, pudimos haber ayudado pero era tal y como mi madre sugirió, corríamos riesgo ayudándolos al no saber si estaban infectados o no, me dije a mi misma que algún día vengaría a todos aquellos que murieron aquí, vengaría la muerte de mis padres.

-Olive, tenemos todo listo para marcharnos- comentó Marshall cabizbajo, su camiseta verde a cuadros ahora llena de sangre seca era lo único que podía ver, estaba segura de que él se percató de mi trato indiferente, pasé a su lado sosteniendo mi chaqueta de cuero tratando de no juzgarlo cuando la tiré al piso y me solté a llorar, mi mejor amigo me abrazó, sus cálidos brazos me hicieron sentir a salvo pero a la vez tenía tanto miedo, golpeé ligeramente su pecho, Grace y él ya habían hablado sobre el tema pero luego de bajar y idear un mejor plan yo solo lo evité, fue entonces que me di cuenta de cuanto me asustaba el no tener ni idea de cuando sería la última vez que viera ese brillo peculiar en sus ojos ocultos tras sus típicos lentes negros, no estaba lista para perder a otro ser querido, odiaba en este momento tanto a Jaden como a Dafne pero lo último que querría sería que algo les pasara, debía encontrar una forma de mantenernos a salvo.

-Perdón, no quise no quise lastimarlos, estaba asustado y yo no pensé bien- declaró y pude notar como su voz se entrecortaba con cada palabra, dolía, joder, claro que lo hacía, me limpié las lágrimas y tomé sus lentes solo para limpiarlos después de dedicarle una sonrisa.

-Yo lo sé, está bien Marsh pero por favor no lo hagas de nuevo, no podría imaginar un mundo sin ti, eres mi mejor amigo, nos conocemos desde niños, eres mi hermano y no te juzgo pero no quiero perderte, saldremos de aquí y viviremos ya lo verás.

Por un instante su expresión se llenó de esperanza, supe que estaba en un lugar tan oscuro en el que la luz no era más que un sueño al que nunca podrías llegar, levanté mi chaqueta y caminamos donde los demás, todos estaban preparados para partir, dividimos el grupo por habilidades, Steve quien pertenecía al ejército y conocía más de armas y técnicas lideraba el grupo por entre la niebla hasta nuestro objetivo, los demás estaban en medio formando una fila y yo iba al último, de ese modo tendríamos algo de ventaja si aparecía algún infectado y que no nos tomara por sorpresa.

Caminamos alrededor de dos horas hasta que por fin los hermanos Orlou reconocieron una vieja cabaña como la suya, llegamos a salvo, una inspección se realizó antes de alojarnos y al ver que era seguro colocamos un antiguo librero en la puerta para así impedir la entrada de alguien más a la cabaña, el silencio reinó en la habitación, todos estábamos a salvo, a pesar de la niebla descubrimos que sí que afectaba a los portadores del virus ZMB, no los eliminaba, como se tenía planeado sino que los paralizaba, los volvía lentos y si pasabas cerca de ellos ni siquiera te notaban, era como si esa niebla tuviera el poder de dejarlos en desventaja ante nosotros.

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