Wintknow es un lugar cálido, a pesar de no ser muy conocido está lleno de felicidad y buenos momentos o al menos eso era antes de que la oscuridad se adueñase de la ciudad, no todo lo que crees es real, no todos son de fiar y recuerda tener cuidado...
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La ciudad seguía a oscuras a excepción de ciertos vecindarios como el nuestro que no se abastecía de la energía de la nave 3 sino de la 6, las horas en casa parecían pasar tan lento, incluso tras 2 días del accidente en la nave 3 parecía que había pasado una eternidad, anoche mi padre no llegó a dormir pero cuando llegó por la mañana traía su maleta café que usualmente usaba para ir a casar en días especiales, nunca estuve de acuerdo con sus tradiciones de caza y él lo respetó, sin embargo, me enseñó lo letal y poderosa que era un arma, me enseñó a utilizarla en caso de emergencia, lo saludé pero lucía tan cansado que solo me sonrió y se dirigió a su habitación, donde mi madre aún descansaba, a decir verdad, anoche tampoco pude dormir, motivo por el cual decidí salir de mi habitación y preparar el desayuno, suspiré, tantas cosas estaban pasando al mismo tiempo, pensé, en ese momento tocaron a la puerta y salí de mis pensamientos, corrí a abrirla y me encontré con Grace, a su lado estaba Marshall y atrás de ella Steve.
-Chicos, no los esperaba, pasen, acabo de terminar de preparar el desayuno, ¿gustan? – asintieron y mientras caminaba de la sala a la cocina por más platos y vasos sentí que alguien estaba siguiéndome, me giré esperando encontrarme con mi mejor amiga, pero en su lugar me encontré con un chico de ojos azules, ojos que solía admirar, su cabello estaba muy corto, supuse por el servicio militar, Steve me miraba incómodo.- ¿Necesitas algo?- le pregunté siguiendo mi camino, tomé los platos y comencé a servir un par de sándwiches en cada uno y en los vasos jugo de fresa, permanecí callada porque no sabía que más decir y tampoco quería sonar grosera.
-¿Te ayudo?- preguntó y yo asentí terminando de servir todo, lo vi tomar los platos y llevarlos al comedor pero antes de salir de la cocina se giró y volvió- ¿crees que podamos hablar?- un poco nerviosa accedí- Bien, lamento todo lo que hice en el pasado, sé que no estuve bien y que tanto a Jaden como a ti los lastimé, sé que no tengo perdón, lo que hice fue horrible, lo recuerdo y yo mismo me asusto y detesto como acabaron las cosas, solíamos ser buenos amigos antes de todo eso ¿recuerdas?
-¿Cómo olvidarlo?, mira si es por eso, Steve, no te preocupes, dejemos ese asunto en el pasado, podemos ser amigos como en los viejos tiempos.-dije y lo vi sonreír.
-Eres la mejor chica que he conocido- soltó antes de llevarse los platos al comedor, esta vez lo seguí yo con los vasos, pero algo me detuvo al salir, Jaden, me bloqueaba la salida con su cuerpo, aún llevaba puesta su pijama por lo que supuse acababa de despertar, lo saludé y besé su mejilla antes de seguir mi camino, mamá y papá bajaron mucho tiempo después de que nosotros desayunáramos, dijeron que iban a salir de casa y luego desayunarían, pero eso jamás llegó a pasar pues justo cuando abrieron la puerta para salir, un oficial los detuvo y solicitó permiso para entrar, mis padres un poco nerviosos lo dejaron pasar, nos miró a todos y con una mirada de preocupación, nos contó y volvió a ingresar a la casa, esta vez con una mochila gris, de esta sacó una pulsera de color gris, con una esfera transparente en medio.
-Supongo que todos ustedes saben ya de la preocupación del presidente Fred hacia la ciudad sin luz, teme por su seguridad, pues no sabe cuánto tiempo tarden en arreglar el corto de la nave 3, por lo que, es importante que cada ciudadano porte una pulsera con su número de usuario, una vez activadas, verán una secuencia de colores hasta que se neutralice y luego aparecerá una luz verde indicando que el usuario se encuentra bien si es el caso contrario se encenderá una luz roja, una vez la usen no pueden quitársela en ningún momento y por favor, permanezcan en sus casas, si salen serán multados- comentó en dirección de mis padres, luego a cada uno de nosotros se nos acercó y nos pidió la mano derecha, vi a mis amigos y mis padres hacer una mueca de dolor y no supe por qué hasta que llegó mi turno, eran como si te clavasen millones de aguja al mismo tiempo, miré mi muñeca y vi como pequeñas gotas de sangre se deslizaban por mi mano, algunas gotas de sangre fueron llevadas a la esfera transparente la cual comenzó a cambiar de color rápidamente hasta llegar al color verde, debajo de la esfera había un número Fr33, decía mi pulsera, todas y cada una de ella llevaba grada letras y números, el oficial se marchó a toda prisa y yo lo detuve antes de que saliera de la propiedad.