Capítulo 2

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El sol salió recordándonos que un nuevo día comenzaba, me levanté de la cama y abrí la ventana sintiendo el calor que emanaba el sol, tomé una ducha rápida y bajé por las escaleras, lo primero que vi al llegar al primer piso de mi casa fue a Jaden...

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El sol salió recordándonos que un nuevo día comenzaba, me levanté de la cama y abrí la ventana sintiendo el calor que emanaba el sol, tomé una ducha rápida y bajé por las escaleras, lo primero que vi al llegar al primer piso de mi casa fue a Jaden ayudando a preparar el desayuno a mi mamá, sonreí al ver aquella escena, convenciéndome una vez más de que Jaden era perfecto aún con sus imperfecciones, mamá cocinaba un par de huevos mientras que mi novio preparaba jugo de naranja.

-Buenos días- dije acercándome a la cocina, mamá me dedicó una sonrisa y Jaden me saludó rápidamente para después volver la vista a la preparación de su jugo de naranja.

-Buenos días hija, ¿Podrías poner la mesa por favor?- asentí dirigiéndome al comedor y coloqué algunos vasos y platos en la mesa, luego de un rato nos sentamos los tres y desayunamos en silencio, mentiría si dijese que no estaba preocupada por lo de anoche, porque lo estaba y en el fondo sabía que tanto como mamá y Jaden también lo estaban, nos prohibieron salir de casa, había soldados por doquier y una ciudad sin luz, era motivo suficiente para permanecer preocupado, sabía que algo andaba mal, lo noté al ver a mi padre entrar con una maleta negra, su rostro estaba serio, cosa que en él no era común, nos saludó rápidamente y tomó de la mano a mamá para llevarla al patio diciendo que había algo importante de lo que debían hablar, me levanté de la mesa llevando conmigo la pila de trastes sucios y me dediqué a lavarlos.

-Hola linda-susurró Jaden detrás de mí-¿dormiste bien?- preguntó al momento que terminé de lavar los trastes, giré y negué con la cabeza.

-Por lo visto no fui la única que pasó una mala noche.-comenté al ver fijamente a Jaden y percatarme de las recientes ojeras que comenzaban a formarse en su rostro.-Sé que todo lo que sucedió ayer ha sido bastante extraño y más porque han cerrado las salidas de la ciudad, pero no te preocupes ya verás que pronto las abrirán y podrás volver a casa y ver a tus padres.- tomé su mano y él suspiró cerrando los ojos, lo conocía tan bien que sabía que había algo más que no se atrevía a decir, no lo presionaría pero no podía evitar sentirme preocupada al verlo en tal estado.

-No es solo eso Olive- confesó en voz baja, aquella confesión me sorprendió, bajó la vista y soltó mi mano.-Es solo que no quise decírtelo ayer pero Marshall no vino solo, Steve está aquí.-esta vez fui yo quien cerró los ojos, recordando todo a la perfección, desde el momento en que nos conocimos hasta el día que terminamos, ahora entendía la preocupación de Jaden al saber que Steve estaba de regreso, no solo se preocupaba por mí, se preocupaba por nosotros, sabía que Steve podía ser alguien peligroso si se lo proponía, después de un año volvió debí suponerlo al ver a Marshall aquí.

Sentí mi cuerpo destensarse al sentir la cálida mano de Jaden en mi mejilla.

-Jaden, no tienes de que preocuparte, Steve ha cambiado bastante en estos últimos años.-dije tratando de sonar segura de lo que decía aunque en realidad no lo estaba.

-Eso es lo que Marshall dice pero ¿Quién te asegura que eso sea verdad? ¿Quién te asegura que no te hará daño? ¿Qué te asegura que no intentará separarnos de nuevo?-sus preguntas me hicieron estremecer sabiendo de antemano que eso podría ser un grave problema.

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